Rivera ya ha anunciado que irá a los tribunales ante un ultraje tan gratuito
Juan Carlos Monedero, politólogo, antiguo asesor del chavismo e ideólogo fundamental de Podemos –formación de cuya cúpula se ha apartado por discrepancias ideológicas can la actual mayoría-, ha cometido la vileza de acusar al líder de Ciudadanos, Albert Rivera, de consumir cocaína, hábito que explicaría a su entender su pretendida ‘excitación’ en el debate. El vídeo que reproduce tan grave acusación, formulada en un acto de la revista ‘Mongolia’, asquea por las viscosas insinuaciones, que no dejan sin embargo lugar a dudas de la intención denigratoria de quien las formulaba.
Produce una gran repugnancia que un personaje oscuro como el referido profesor utilice argumentos de esta calaña
Con independencia de que la transparencia de Rivera invita a poner la mano en el fuego por su integridad, produce una gran repugnancia que un personaje oscuro como el referido profesor utilice argumentos de esta calaña para descalificar a un adversario político. Conviene recordar que Podemos irrumpió en el panorama político español como un ariete contra la corrupción y contra los hábitos de “la casta”, con críticas muy fundadas a la decadencia y al deterioro moral de la vida pública española y con la pretensión de regenerarla desde postulados éticos entroncados con los fundamentos de la democracia.
Pues bien: aquel viento renovador que fue acogido con ilusión por muchos ciudadanos ha desembocado en episodios de maledicencia como el que afecta al líder de Ciudadanos, quien ya ha anunciado que irá a los tribunales ante un ultraje tan gratuito. No es extraño que tales conductas, unidas a la evolución acomodaticia del ideario de la organización, que ha pasado de la izquierda radical al puro oportunismo, esté reduciendo Podemos a la mínima expresión. A una especie de IU sin alma, sin ideas y sin clientela.
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