El 'voyeur' que está encendiendo el debate sobre la ética periodística... una vez más

Se reabre el debate de hasta dónde debe llegar un periodista en pos de una historia

  • La culpa la tiene el estadounidense Gay Talese, cuya última columna ha removido los cimientos de la profesión periodística
  • ¿Cuál es el límite que no debería cruzar un profesional?
Virginia Mora
Bolsamania | 13 abr, 2016 10:13 - Actualizado: 12:03
espiar ojo cerradura

Una vez más, el debate sobre la ética periodística está servido. Desde hace días a ambos lados del Atlántico se dirime sobre cuáles son los límites de la profesión y qué es de recibo hacer y qué no en pos de una buena historia. El culpable no es otro que el periodista estadounidense Gay Talese, cuya última columna -que es un 'aperitivo' de su próximo libro- ha removido los cimientos del periodismo.

Sólo dos personas conocían las prácticas de este hotelero, su mujer y el escritor

Y es que en su última publicación en The New Yorker, titulada 'El motel del Voyeur', relata nada más y nada menos la historia de un hombre que remodeló un hotel de Colorado para poder espiar desde un falso techo a sus huéspedes. Se trata de la historia real de Gerald Foos, que catalogó todas las incursiones espías que realizó durante décadas (entre 1960 y 1990) en un diario que pasó al propio Talese, y que este ha 'volcado' en su libro.

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Sólo dos personas conocían las prácticas de este hotelero, su mujer y el escritor, que llegó incluso a visitar el motel y a espiar a una pareja junto al dueño tras recibir una carta de Foos en 1980 contándole lo que hacía. Y es ahí donde surge la polémica: Talese, que conocía las prácticas de Foos, prefirió mantener el secreto para asegurarse así la historia, aunque según parece en un principio no pensaba escribir nada dado que se había comprometido a guardar el secreto sobre la identidad del 'voyeur'.

Sin embargo, lo ha hecho, y ahora todos se preguntan si el escritor fue cómplice de un delito, que podría haber prescrito, al tiempo que se pone en cuestión cuáles son sus valores tras años y años en la profesión, ya que ha sido capaz de pagar al propio Foos por sus diarios, que empezó a escribir en 1966, para poder escribir su último libro.

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TRÁFICO DE DROGAS Y UN ASESINATO

El problema no era sólo que Foos espiaba a sus huéspedes para ver cómo practicaban sexo, sino que además fue testigo de algunos delitos que no denunció porque él mismo estaba cometiendo uno. En concreto, fue testigo de tráfico de drogas y decidió hacerse con parte del alijo que uno de sus huéspedes guardaba en la habitación. Y una vez que el traficante se percató de que faltaba parte de la droga, culpó a su novia y la mató, algo que presenció el hotelero desde el techo de la habitación.

Talese decidió empezar a escribir el libro en 2013, después de que Foos hubiese vendido el hotel y hubiesen prescrito sus delitos

Pero la cosa no acaba ahí, ya que según parece Foos no sólo no hizo nada para ayudar a la víctima, sino que tras marcharse el traficante de la habitación y ver que la chica aún respiraba, no hizo nada para salvarla. Esta y otras historias son las que aparecen en el libro de Talese, y de las que ha dado un adelanto a través de la mencionada columna.

Según recoge el portal Slate, Talese decidió empezar a escribir el libro en 2013, después de que Foos hubiese vendido el hotel y hubiesen prescrito sus delitos, lo que le protegería a ambos ante posibles demandas. Asimismo, Foos anuló el acuerdo de confidencialidad que había obligado a firmar a Talese cuando se puso en contacto con él para contarle lo que hacía, algo que el escritor mantuvo en secreto. Fue en ese preciso momento cuando ambos decidieron sacar provecho de la historia, y no antes, lo que ha hecho que muchos se pregunten cuál es la razón periodística que envuelve este tema, si de verdad hay un trasfondo de interés público o si simplemente es algo de lo que han decidido beneficiarse. 'Talese tenía la obligación, como ciudadano, de revelar esta conducta ilegal de Foos, y no lo hizo'. Esta es sólo una de las críticas que se están oyendo estos días.

Pese a ello, el New Yorker ha emitido una nota en la que dice que no cree que Talese haya violado los límites legales y éticos.

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OTROS CASOS POLÉMICOS

La entrevista que hizo el actor Sean Penn al 'Chapo' Guzmán, y que publicó la revista Rolling Stone, también levantó ampollas

No obstante, el de Gay Talese no es el único caso con el que han surgido las dudas sobre la ética periodística. Hace poco, concretamente el pasado mes de enero, la entrevista que hizo el actor Sean Penn al 'Chapo' Guzmán, y que publicó la revista Rolling Stone, también levantó ampollas. Sobre todo porque se realizó después de que el narcotraficante hubiese huido de la cárcel y las autoridades mexicanas le buscaban. Penn viajó a México para entrevistarse con el capo de la droga bajo un acuerdo “inusual”, según el cual 'El Chapo' leería y aprobaría la historia escrita por el actor antes de que se publicase.

En ese momento se inició en los medios estadounidenses una acalorada polémica sobre los estándares y la ética periodística, que ya se había producido años atrás, en 2013, cuando se produjo la filtración del consultor tecnológico Edward Snowden a The Guardian y The Washington Post, a los que reveló secretos de Estado y documentos clasificados por EEUU como alto secreto sobre varios programas de la NSA (Agencia de Seguridad Nacional, por sus siglas en inglés), incluyendo programas de vigilancia masiva.

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