El portavoz del PP en el Parlament, Alejandro Fernández, asegura que no se repetirá un nuevo 9-N en la región
El portavoz del PP en el Parlament de Cataluña, Alejandro Fernández, lo tiene claro: el próximo 1 de octubre, por mucho que insistan el president Carles Puigdemont y el vicepresident Oriol Junqueras, "no habrá referéndum". Tal y como ha asegurado este lunes, ese día no se repetirá lo que pasó el 9-N de 2014, a pesar de las amenazas de la Generalitat. "No habrá referéndum como tal, no tendrán ni centros públicos ni urnas, habrá que ver la performance alternativa que se les ocurre pero el movimiento independentista está destinado al fracaso", ha remarcado.
"No es tan fácil esconder unas urnas. Las investigaciones están a cargo de las fuerzas de seguridad"
Así lo ha dicho en una entrevista en la Cadena Cope, en la que ha admitido también que el PP no conoce la ley con la que el Govern quiere instrumentalizar el referéndum, aunque considera que "lo que se ha filtrado dejaría una Cataluña a medio camino entre Corea y Venezuela sin ninguna separación de poderes".
Además, sobre las declaraciones de algunos líderes de la CUP en las que se asegura que ya hay urnas preparadas y un censo, el político del PP ha reconocido que eso es algo que no les "preocupa demasiado". Sobre todo, ha indicado, porque "no es tan fácil esconder unas urnas. Las investigaciones están a cargo de las fuerzas de seguridad por si hubiera partidas
ocultas destinadas a pagar todo esto", ha dicho recordando las medidas impuestas por el Gobierno de Mariano Rajoy. Además, pende sobre la Generalitat la amenaza de la Fiscalía General del Estado, que dijo que perseguirá la compra de urnas para el referéndum.
Por último, Fernández ha criticado la instrumentalización que ha hecho la Generalitat de la huelga de trabajadores de Eulen en el aeropuerto de El Prat. Según ha señalado, "huelgas ha habido en todos los gobiernos y es la primera vez que se utiliza una para hacer interpretaciones políticas que enrarecen el ambiente". Lo ha afirmado en relación a las cuartillas que los independentistas han repartido en el aeropuerto en los últimos días, asegurando que con la independencia de Cataluña este tipo de situaciones no se producirían, señalando así directamente al Estado como responsable.