MADRID, 20 (EUROPA PRESS)
El Gobierno español quiere implicar a la UE en la búsqueda de una solución para la crisis política en Nicaragua, a la vista de que los países de la región no han logrado poner en marcha ninguna fórmula y tampoco la Organización de Estados Americanos (OEA).
Según fuentes diplomáticas y comunitarias consultadas por Europa Press, la situación del país centroamericano ha sido ya abordada por los Veintiocho en el grupo de trabajo dedicado los asuntos latinoamericanos, pero aún no en el nivel de embajadores.
Ese será el próximo paso, ya que el ministro de Asuntos Exteriores, UE y Cooperación, Josep Borrell, escribió este miércoles a la alta representante para la Política Exterior, Federica Mogherini, para pedirle que el Consejo de Asuntos Exteriores de la UE asuma este tema en su agenda, según reveló él mismo a los diputados de la Comisión de Exteriores del Congreso.
Tras las protestas contra la reforma del seguro social del pasado abril, el Gobierno de Daniel Ortega ha desencadenado una oleada de represión que ha incluido a organizaciones de defensa de los Derechos Humanos y medios de comunicación. Más de 300 personas han muerto y la crisis ha disparado las solicitudes de asilo en la vecina Costa Rica.
"Ciertamente Europa tiene algo que decir sobre ello", dijo Borrell ante la Comisión parlamentaria. El último comunicado del Gobierno español sobre Nicaragua fue el pasado viernes, para condenar la decisión de la Asamblea Nacional (controlada por los partidarios de Ortega) de quitar la personalidad jurídica a nueve ONG y organizaciones de Derechos Humanos. Las entidades calificaron la decisión de venganza por sus denuncias de las violaciones de derechos humanos en los últimos ocho meses.
En su comunicado, el Gobierno reclamó al Gobierno que garantice las libertades de asociación, reunión, manifestación y expresión y a buscar una solución a la crisis "a través de un diálogo nacional inclusivo y comprometido entre las partes en conflicto".
El pasado noviembre, el ministro Borrell abrió la puerta a la posibilidad de unas "sanciones en el límite" como forma de presión, teniendo en cuenta que no parece que el régimen vaya a evolucionar por sí mismo.
También cabe la posibilidad de que la UE estudie la creación de un grupo de contacto para explorar las posibilidades de diálogo entre las partes, como acaba de hacer para el caso de Venezuela --donde también mantiene sanciones selectivas contra personalidades del régimen--.