Los analistas de Berenberg analizan la situación tras las elecciones municipales y autonómicas
La debacle electoral del PP en las elecciones autonómicas y el ascenso de los nuevos partidos, especialmente Podemos, han disparado las especulaciones sobre qué podría ocurrir en las generales que se celebrarán a final de año.
Sin embargo, los analistas de Berenberg no creen que se pueda replicar la situación de Grecia en las elecciones generales y dan cuatro claves por las que España no acabará igual.
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La primera es que el PP se mantiene como el partido más votado en España. Aunque son cerca de 11 puntos menos que en los comicios de 2011 y su peor resultado desde 1991, recuerda que las anteriores elecciones arrojaron un fuerte ascenso en el apoyo a los populares.
"Los dos partidos tradicionales mayoritarios juntos retienen más dela mitad del voto"
En segundo lugar, el PSOE continúa como el segundo partido más votado, con un 25%. Este porcentaje se encuentra en torno a tres puntos por debajo del resultado de 2011, “pero asegura que los dos partidos tradicionales mayoritarios juntos retienen más dela mitad del voto, en comparación con sólo el 30% de los partidos tradicionales de Grecia en las elecciones de enero”.
La tercera clave es Ciudadanos: aunque quedó “notablemente” por debajo de las previsiones de los sondeos, que le daban un 15% frente al 7% que consiguió en las urnas, “refuerza aún más la corriente pro-europea”, indican los analistas de Berenberg.
Por último, recuerdan que “Podemos no es ni de cerca tan fuerte como Syriza”. Así, señala que esta formación no concurrió con su propia marca, por lo que es difícil calcular su porcentaje de voto a nivel nacional. Frente a los fuertes apoyos logrados en Madrid y Barcelona, a nivel nacional se calcula que se situó por detrás de Ciudadanos.
EL RESULTADO NO SE REPETIRÁ EN LAS GENERALES
En su informe, los expertos de Berenberg señalan que “el ascenso de Ciudadanos y Podemos parece reducir otro riesgo para España como la independencia catalana”. “La victoria de una coalición izquierda en Barcelona podrían ser malas noticias para la economía allí, pero el fracaso de los nacionalistas catalanes es una señal de su debilidad de cara a las elecciones de septiembre”, explican.
"Las elecciones regionales son a menudo una ocasión para que los votantes descarguen su ira, mientras se vuelven más pragmáticos cuando realmente importa"
Asimismo, recuerdan que, tanto en España como en otros países, las elecciones regionales “son a menudo una ocasión para que los votantes descarguen su ira, mientras se vuelven más pragmáticos cuando realmente importa”. A su juicio, “esto hace extremadamente más improbable que un gobierno populista de izquierda aterrice en Madrid a final de año, revierta las reformas y haga estallar la próxima recesión en la cuarta mayor economía de la zona euro”.
Según los analistas de Berenberg, los resultados electorales “muestran una vez más que hay un riesgo de más cambios de gobierno en los países más golpeados de la zona euro” y recuerdan que también habrá elecciones generales en Portugal en octubre y en Irlanda a comienzos de 2016. Aunque todas estas economías han conseguido mejorar, “el progreso es demasiado lento para esos políticos que tomaron las decisiones duras para restituir la sostenibilidad económica y financiera de sus países”.
“Unos pocos meses más de progresos pueden ayudar a los partidos en el poder a reducir las posibles pérdidas”, pero lo más importante es que “el desastre griego sirve como recordatorio del coste del populismo”, concluye el análisis.
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