Las entidades soberanistas llaman a la movilización diaria hasta el domingo, mientras crece la preocupación y el temor entre la ciudadanía
El callejón sin salida en el que se ha metido Cataluña se estrecha, cuando quedan menos de cuatro días para la fecha fijada por el bloque separatista para celebrar el referéndum ilegal de independencia de la región. La sociedad catalana se sigue tensando en medio de llamadas a la movilización diarias desde las entidades soberanistas, a la par que aumenta el nerviosismo y temor entre la ciudadanía acerca de las consecuencias del inédito pulso que mantienen las fuerzas del Estado y las instituciones catalanas.
La ofensiva policial y judicial pone el acento sobre los colegios electorales, después de la última orden de la Fiscalía de precintar los puntos de votación. Es sólo una parte de la logística imposible del 1-O. Las papeletas, las notificaciones para la constitución de las mesas y las urnas son, por el momento, inexistentes aunque el Govern insista en que se votará y en que los miembros de las mesas ya han sido notificados.
El Ejecutivo catalán sostiene que habrá referéndum y llama a la calma, aunque calienta unos ánimos que ya están casi a punto de ebullición con acusaciones de incitación a la violencia mediante las actuaciones del Ministerio Público. Desde el Estado, Podemos afea al Gobierno su actuación en Cataluña, que considera desproporcionada, mientras el PSOE sigue reclamando diálogo y soluciones políticas. No ya sólo para el día 1, sino para ese 2, 3, 4 y todos los que vendrán después.
El Ejecutivo catalán sostiene que habrá referéndum y llama a la calma, aunque calienta unos ánimos que ya están casi a punto de ebullición
Este sería un resumen, a muy grandes rasgos, de los flancos del 1-O. Una situación en la que el Estado ya da por impedido el referéndum desde hace días, aunque sigue pidiendo unidad a los partidos constitucionalistas. Y no solo para oponerse a la celebración del referéndum de autodeterminación convocado en Cataluña para el 1 de octubre, sino también después, "frente a declaraciones unilaterales”, en palabras de la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría.
Entretanto, el presidente del Gobierno cosecha apoyos internacionales hacia la unidad de España. Los más recientes de Reino Unido y de EEUU. El presidente de los EEUU, Donald Trump, que ha recibido este martes al jefe del Ejecutivo Español, Mariano Rajoy, se ha referido a la situación en Cataluña en la rueda de prensa posterior a su reunión: "España es un excelente país y debe permanecer unido". De hecho, ha subrayado que sería una "tontería" que Cataluña no siguiera dentro de este "bello" e "histórico" país.
Horas después, el embajador de Reino Unido en España, Simon Manley, ha recalcado el respaldo del Ejecutivo británico a la postura del Gobierno español frente al referéndum de independencia de Cataluña, al tiempo que ha asegurado que Londres quiere que "el Estado de Derecho sea respetado". "España es un gran aliado y un país amigo con el que mantenemos una estrecha relación, por lo que queremos que el Estado de Derecho y la Constitución sean respetados siempre", ha declarado el embajador británico este miércoles en un encuentro con periodistas celebrado en la sede de la delegación diplomática en Madrid.
RESPUESTA CIUDADANA
Pero a estas alturas, poco importan ya estos gestos al ciudadano de a pie y el ambiente en Cataluña es de crispación absoluta. Sólo hace falta echar un vistazo a las cuentas en redes sociales de la región para asistir a debates airados sobre la legitimidad del referéndum y percatarse de que la población se divide en bandos. Una clara anomalía para el decano del Colegio de Politólogos y Sociólogos de Catalunya (Colpis), Jordi Pacheco i Canals, ya que “la polémica gira en torno a la validez o no del referéndum y de la actuación del Estado y no alrededor de las ventajas de la permanencia en España o de la secesión”. Ante una consulta legal y con garantías “la conversación se produciría en torno a estas cuestiones racionales”, redondea el experto.
Esta situación “insólita” provoca que la reacción popular sea visceral, algo que no mitiga la actuación de la instituciones estatales para el decano del Colpis. “Se trata de una intervención meramente represiva que afecta a los derechos y libertades fundamentales”, expone Pacheco i Canals, ante las que el independentismo reacciona “exhibiendo músculo”, lo que también provoca “que sea difícil encontrar soluciones intermedias rápidas”, argumenta el politólogo.
En este contexto, la última batalla se libra en la calle. Pero la mayoría de la población no está para revoluciones. “Hace falta una chispa, un error, alguien que se sobrepase para que prenda el polvorín”, comenta un ciudadano Balear que vive en Cataluña desde el año pasado. Después de trasladarse desde EEUU en verano de 2016 ha visto con pasmo como ha ido escalando la situación en los últimos meses y ahora confiesa su preocupación sobre las actuaciones de ambos lados del conflicto.
Cada noche, a las 22:00 horas, las caceroladas y los gritos de “votarem” (votaremos) o los cánticos del himno dels ‘Segadors’ llenan las primeras noches de otoño, mientras en un bar de Terrassa su propietario trata de combatirlos con el ‘Cara al Sol’ a todo volumen
“Los tumultos, la gente en la calle, las protestas, la Guardia Civil. Todo me da mucho miedo”, se le une una catalana de origen aragonés que, a sus 90 años, no tiene reparos en explicar que el momento histórico le trae ecos del pasado. La esposa de un funcionario de la Generalitat expresa su temor a no cobrar este mes o los próximos meses, después de que Hacienda haya intervenido las cuentas de la Generalitat y deba afrontar los pagos a los empleados públicos. Una situación que también preocupa a una trabajadora de un centro de salud, una barcelonesa de 35 años que desearía poder votar el 1 de octubre contra la independencia, pero que no se atreverá a acercarse a su colegio electoral tras las últimas noticias de que se precintarán los puntos de votación.
Otro ciudadano de Barcelona, de 44 años, explica que asiste a diario a las movilizaciones y protestas que tanto la Assemblea Nacional Catalana (ANC) como Òmnium Cultural han organizado desde la macro operación de la Guardia Civil de hace tan sólo una semana, en la que se produjeron 16 detenciones de altos cargos y funcionarios. Mientras, cada noche, a las 22:00 horas, las caceroladas y los gritos de “votarem” (votaremos) o los cánticos del himno dels ‘Segadors’ llenan las primeras noches de otoño, mientras en un bar de Terrassa su propietario trata de combatirlos con el ‘Cara al Sol’ a todo volumen.
Entretanto, desde el mundo de la cultura, músicos, escritores y periodistas piden que se imponga el ‘seny’, a la par que cargan contra la ausencia de diálogo político. Por otra parte, la comunidad educativa de Cataluña se embarca en una huelga en institutos de secundario y universidades y AMPAs, profesorado y padres desafían al Ministerio Público y llaman a maestros, profesores y familias a llenar las escuelas y colegios el domingo para facilitar la votación soberanista.
OFENSIVA DE LA FISCALÍA
Es la más reciente reacción de la población civil a las actuaciones judiciales y policiales que se suceden desde que el Tribunal Constitucional suspendió el referéndum y la Fiscalía emprendió acciones contra sus impulsores y puso en marcha el dispositivo para impedir la consulta. Después de las operaciones de la Guardia Civil de hace tan sólo una semana, el ministerio de Interior ha seguido ampliando el gargantuesco dispositivo policial desplazado a la comunidad, superior a 10.000 agentes, que se reparten en su mayor parte entre Barcelona y Tarragona.
Junto a los Mossos d’Esquadra, comandados por el mayor José Luís Trapero, están a disposición del coronel de la Guardia Civil Diego Pérez de los Cobos, quien comanda el dispositivo policial del 1-O. Su cometido será impedir que se constituyan las 6.300 mesas electorales en los puntos de votación designados por la Generalitat, que el president Carles Puigdemont publicó en su cuenta de Twitter.
Además, las instrucciones que ha firmado hasta la fecha el fiscal superior de Cataluña, José María Romero de Tejada, ordenan a los Mossos que identifiquen a los responsables de los centros designados como colegios electorales en el referéndum del 1-O con el fin de tomarles declaración como testigos. Las decisiones del fiscal también contemplan que se requisen las llaves de los centros y, en última instancia, ha dictaminado el precinto de los puntos de votación y desalojar antes del sábado a las personas que estén dentro, han informado a 'Europa Press' fuentes conocedoras.
El fiscal también solicita a los Mossos, entre otras cosas, vigilar la integridad de los precintos hasta las 21 horas del 1 de octubre -una hora después de acabar la votación-, de que le informen de si hay casos en que se rompe dicho precinto -o se accede a los locales- y, si es así, volver a ponerlos e identificar a las personas que lo hubieran hecho. Todo esto con el objetivo de que se constituyan las mesas, de hecho se pide que no se facilite la votación en un radio de 100 metros alrededor de los puntos designados.
Estas decisiones llegan también después de que se hayan procedido a cerrar 140 páginas web relacionadas con la consulta soberanista y de que se hayan requisado papeletas, materiales y propaganda del 1-O. La actuación más relevante en este sentido ocurrió el 19 de septiembre cuando, durante un registro a la empresa Unipost, los agentes del Instituto Armado se incautaron de las papeletas del censo y de los sobres nominales de constitución de las mesas electorales.
Lo último, la decisión del Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC), que ha ordenado este miércoles a los Mossos d'Esquadra, la Guardia Civil y la Policía Nacional que impidan el uso de lugares públicos para la preparación del referéndum del próximo 1 de octubre y que cierren los que se hubieran podido abrir para la votación.
LA LOGÍSTICA DE LA VOTACIÓN
Aunque nadie se atreve a aventurar qué pasará ante esta suerte de ‘dimensión desconocida’ en la que ha entrado Cataluña ya vuelan las especulaciones. Elecciones autonómicas o una Declaración Unilateral de Independencia (DUI) son los escenarios que se barajan.
Con todos estos golpes a la organización de la consulta ilegal, se antoja imposible que se pueda votar. De hecho Moncloa considera que cuenta con varios triunfos en su haber y que ha desactivado el referéndum. No obstante, “hay que esperar al 1 de octubre para ver si el gobierno de Puigdemont ha logrado driblar a Moncloa y finalmente aparecen las urnas y las papeletas”, indica Pacheco i Canals.
Las últimas noticias al respecto es que la policía investiga si las misteriosas urnas se transportan en camiones de los panaderos catalanes y que el Govern ya ha enviado los sobres nominales a los 55.000 ciudadanos que deben constituir las mesas, aunque no ha revelado mediante qué canal o mecanismo les ha hecho llegar estas notificaciones.
Del desarrollo de los acontecimientos del día 1 poco ha trascendido. La hora fijada para que se constituyan las mesas es a las 07:30 horas de la mañana, pero no será hasta una hora y media después, a las 09:00 horas, que se pretende que se abran las puertas de los 2.200 puntos de votación -entre un 3% y un 4% son centros sanitarios, tratándose de CAP en la mayoría de casos. La misma sede de la Conselleria de Enseñanza de la Generalitat será sede electoral del referéndum, junto a escuelas y centros educativos de toda Cataluña, si es que se burla la acción policial que deberá dejarlos precintados. La votación finalizará a las 21:00 horas y se espera que el Govern comparezca para hacer una valoración de la jornada después del recuento. Si es que lo hay.
DETERMINACIÓN DEL GOVERN
Así las cosas, el Ejecutivo autonómico sigue embarcado en la campaña por el ‘sí’ a la independencia que finaliza el viernes. Con sólo dos jornadas más por delante, el mensaje que repiten como un mantra es que “esto no lo para nadie”. Los miembros del Govern de Puigdemont, de Junts Pel Sí y de la CUP siguen caldeando el ambiente y valiéndose de las actuaciones del Estado para movilizar aún más a la ciudadanía.
En un reciente acto de campaña, Puigdemont ha señalado que ”lo que ha pasado estos días no lo olvidaremos nunca. Pase lo que pase, esto que han hecho no lo olvidaremos. Ni los silencios cómplices ni la cooperación necesaria para que el Gobierno haya podido perpetrar una actuación tan severa", ha advertido. El vicepresident de la Generalitat, Oriol Junqueras, por su parte, ha reiterado que, pese a la trabas del Estado el 1 de octubre habrá referéndum, ya que en cualquier democracia "el derecho a voto es imprescindible".
Pero después del día 1 llegará el día 2. Y aunque nadie se atreve a aventurar qué pasará ante esta suerte de ‘dimensión desconocida’ en la que ha entrado Cataluña ya vuelan las especulaciones. Elecciones autonómicas o una Declaración Unilateral de Independencia (DUI) son los escenarios que barajan politólogos y expertos. El diputado en el Congreso y coordinador de los parlamentarios del PDeCAT, Jordi Xuclà, ha descartado ambos extremos y ha explicado que lo que habrá será "un proceso constituyente" de la República catalana que se prolongará, como máximo, durante un plazo de seis meses. Eso, claro está, si se puede votar y si vence el 'sí'. Si vence el ‘no’ los catalanes deberán volver a las urnas. Esta vez con garantías.