La ley electoral española fija el modelo de D'Hondt como el sistema que convierte los resultados electorales en número de escaños
Las elecciones autonómicas catalanas de este 21 de diciembre serán, a priori una de las más ajustadas. La esperada gran participación hará que un puñado de votos arriba o abajo pueda cambiar muchas cosas. La ley electoral española fija el modelo de D’Hondt como el sistema que convierte los resultados electorales en número de escaños.
El Sistema D'Hondt también en otros países como Francia, Argentina, Finlandia, Paraguay, Portugal o Suiza
Siempre criticado por unos y por otros, este sistema se emplea también en otros países como Francia, Argentina, Finlandia, Paraguay, Portugal o Suiza, aunque no es el único. Hay otros sistemas electorales, como el estadounidense o el británico, que otorgan todos los escaños a la fuerza más votada en cada circunscripción. Sea como fuere ninguno supone la equidad perfecta de un hombre un voto, esa que muchos partidos políticos, sobre todo los más pequeños, reclaman.
La Ley D'Hondt fue creada en 1878 por el jurista belga y profesor de derecho civil y de derecho fiscal en la Universidad de Gante Víctor D´Hondt. Este sistema reparte los votos en función de una tabla de valores creada a raíz de los resultados del escrutinio. En unas elecciones se contabilizan tres tipos de votos: los que reciben cada partido que se presenta, los votos en blanco y los nulos. Los denominados votos válidos son la suma de los votos de los partidos y los votos en blanco. El porcentaje de voto que recibe un partido frente al total de votos válidos representaría el número de escaños que un partido tiene en un parlamento. Los repartos de escaños se hacen en función de cada circunscripción, España se divide en 52: una por provincia más Ceuta y Melilla.
En el caso de las elecciones autonómicas de Cataluña, existen cuatro circunscripciones: Barcelona, Girona, Lleida y Tarragona. En total, se reparten 135 escaños: 85 entre los votos recogidos en Barcelona, 17 en Girona, 15 en Lleida y 18 en Tarragona. El reparto de escaños ya es polémico en el caso de estas elecciones ya que Barcelona está visiblemente infraponderada. La circunscripción barcelonesa representa el 74,83% del censo total de votantes estas elecciones frente al 63% de los escaños que reparte estos comicios. En el polo opuesta, la circunscripción de Lleida. Con un 5,65% del censo tiene asignados un total de 17 escaños, el 12,59% del Parlament.
ASÍ SE REPARTEN LOS ESCAÑOS
Para entender el sistema de reparto de escaños tomamos como ejemplo los resultados obtenidos por los partidos políticos que se presentaron a las pasadas elecciones generales de 2016 en la circunscripción de Barcelona.
En las generales de 2016, en Barcelona hubo 2.648.368 votos, de los cuales 15.934 fueron ‘nulos’ y 21.086 ‘en blanco’
En total, hubo 2.648.368 votos, de los cuales 15.934 fueron calificados ‘nulos’ y 21.086 de ellos fueron ‘en blanco’. La formación más votada fue En Comú Podem con 690.477 votos, seguido del PSC con 443.419 votos. ERC, PP, CDC y Cs fueron junto a los anteriores los partidos que lograron un puesto en Congreso de España gracias sus votantes en Madrid.
La guerra sobre si el sistema D’Hondt sirve o no para representar de verdad los votos se ve reflejada en estos resultados muy bien en el caso de PACMA. El partido animalista logró 47.478 votos, un 1,80% de los votos válidos, y se quedó sin representación parlamentaria. ¿La causa? la respuesta es la Ley D’Hondt.
Así se calcularían los escaños en un sistema proporcional. Los votos de cada partido se dividen entre el total de votos válidos. Multiplicando ese porcentaje obtenido por el número total de escaños que se reparten se obtendría el número de escaños que le corresponden. Este sistema da como resultado este reparto:
Para repartir los escaños mediante el sistema D’Hondt hay que componer una tabla. Antes de componer la tabla en función de los resultados hay que eliminar a aquellos partidos que no hayan logrado un 3% de los votos válidos. Esto hace que el incremento de los votos en blanco sea decisivo, puesto que a más votos en blanco, más número de votos es necesario para que un partido logre poder optar para un escaño.
La tabla de la Ley D’Hondt se crea con una primera columna en la que se divide el número de votos de cada formación entre 1. En la siguiente columna se divide entre 2, en la siguiente entre 3 y así sucesivamente. Se deberían de hacer tantas columnas como escaños se reparten, aunque no hará falta, ya que sólo servirían en el caso en que un partido lograse todos los escaños. En el caso de los resultados de Barcelona en las elecciones generales de 2016, la tabla quedaría así:
Para repartir los escaños se buscan los números más altos. En el caso de Barcelona se repartían 31 escaños, así que se seleccionan los 31 números más altos de la tabla, quedando así:
El resultado es similar al obtenido con el sistema proporcional, pero con una excepción. En Comú Podem pasaría a obtener 9 desde los 8 escaños que le daba el sistema proporcional. El perdedor sería PACMA. El partido animalista queda fuera del reparto de escaños debido a dos motivos: no supera el 3% de los votos y en la tabla diseñada por el sistema D’Hondt tampoco logra un reparto, quedándose a 28.376 votos de lograr robarle un escaño a Ciudadanos.
Por último, siguiendo el sistema utilizado en Estados Unidos o Reino Unido el resultado cambiaría muchos más. PSC, ERC, PP, CDC y Cs se quedarían sin representación en el Congreso de los Diputados. Toda la representación, los 31 escaños, pasaría a manos de En Comú Podem.
Con una participación récord, como se espera el 21-D, muchos señalan a la Ley D’Hondt ya que, en teoría, desfavorece más a los partidos pequeños en las circunscripciones en donde menos escaños se reparten. El motivo que los contrarios a este sistema esgrimen es que es más difícil alcanzar el 3% de corte, sobre todo si el número de votos en blanco crece. Sin embargo, en la realidad no beneficia ni perjudica porque no es común que los partidos se queden en el límite del 3% de los votos, como se puede ver en el ejemplo de PACMA. El problema de la Ley D’Hondt es más por el modelo de reparto que por el porcentaje de corte.
Entre los partidos constitucionalistas, el Partido Popular puede ser uno de los más afectados por la Ley D’Hondt. A pesar de rivalizar con la CUP en número de escaños, los populares rivalizan con ERC, Ciudadanos y JuntsXcatalunya en el reparto de los escaños.