Producciones como House of Cards o Juego de Tronos permiten entender algunas estrategias
En un momento en el que la palabra seriéfilo está de moda, aunque aún no la reconozca la RAE, el bagaje de series es tan extenso que es difícil no encontrar ejemplos que permitan entender cualquier escenario. En este caso nos centramos en el contexto político surgido tras las elecciones del 20 de diciembre.
Dos meses después de los comicios, España ya ha batido su récord en la actual democracia con el periodo más longevo con presidente en funciones, que se alargará como mínimo hasta el 1 de marzo, cuando Pedro Sánchez, líder del PSOE, intentará la investidura por primera vez. Las urnas dejaron un Parlamento muy fragmentado con el auge de Podemos y Ciudadanos y la pérdida de votos y escaños de los dos grandes partidos PP y PSOE, frente a anteriores legislaturas.
Con los datos puestos encima de la mesa, es fácil diseñar la partida de ajedrez que juegan grandes y pequeños (partidos) para llegar a La Moncloa o ser parte importante de un Gobierno. Lo que es más difícil es entender qué estrategias está siguiendo cada jugador, por qué opta con ella, y qué resultados puede conseguir.
Volviendo al primer párrafo, las series pueden ayudarnos a entender este contexto. Así, nos quedamos con cinco ejemplos:
1. HOUSE OF CARDS
Se trata de la serie política del momento, uno de los grandes éxitos (quizás el más grande hasta el momento) de Netflix. House of Cards se centra en el congresista demócrata Francis Underwood, interpretado por Kevin Spacy, y en su ascenso meteórico en la Casa Blanca, con estrategias de lo más inteligentes a la vez que despiadadas.
La serie permite ver así como un político tiene que contentar a propios y a extraños a la vez
Las diferencias entre el sistema electoral y político de Estados Unidos y España se trasladan a las que hay entre la serie y el momento político actual en el Congreso. No obstante, sí resulta interesante ver cómo Underwood tiene que ganar apoyos en su propio partido y negociar a la vez con terceros, cómo llega a pactos subterráneos con unos congresistas y de forma pública con otros.
La serie permite ver así como un político tiene que contentar a propios y a extraños a la vez, algo que nos puede recordar a cómo en la actualidad los líderes políticos españoles necesitan amarrar todo el apoyo posible en su formación, a menudo ante las quejas de algunos barones, y a la vez negociar con otros partidos.
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2. BORGEN
Para Pedro Sánchez es la serie que mejor ejemplifica lo que estamos viviendo. Es una producción emitida por la cadena pública Danmarks Radio entre 2010 y 2013 en Dinamarca y, también, en España por Canal Plus.
Pedro Sánchez recomienda ver Borgen para entender el momento político actual en España
En este drama político hay un parlamento fragmentado con dos partidos mayoritarios, laboristas y conservadores, y un tercero en discordia en el centro, el Partido Moderado liderado por la protagonista, Birgitte Nyborg. Los nombres son inventados, pero corresponden a la realidad política danesa.
La serie empieza con unas elecciones parlamentarias (vamos a hacer poco spoiler, ya que ocurre en el primer capítulo) para el Palacio de Christiansborg (el Congreso de Dinamarca, que recibe el nombre coloquial de Borgen). Antes de estos comicios, se conoce un escándalo en torno al líder conservador, y después de ellos, el candidato laborista se ve obligado a dimitir por otro escándalo. Con ambos partidos castigados en las urnas, cuestionado el primero y descabezado el segundo, los moderados aumentan el número de parlamentarios, aunque siguen en tercer lugar.
A partir de ahí comienza una carrera por negociar apoyos para formar un Gobierno en el que participan varios partidos, y se inicia una legislatura en la que las negociaciones y los pactos serán el hilo conductor. Como mínimo, se parece a la actualidad española.
EL ALA OESTE DE LA CASA BLANCA
Uno de los grandes nombres propios de la historia de las series, y pionera del boom actual de las producciones de la pequeña pantalla. La serie muestra el día a día del presidente de Estados Unidos, Joshua Bartlett, un demócrata interpretado por el popular actor Martin Shenn.
Como todas las obras creadas por Aaron Sorkin, tiene un punto de idealista, de lo que la realidad debe ser, algo que hemos visto también con The Newsroom (serie sobre un grupo de periodistas de televisión). No obstante, permite evaluar las decisiones y estrategias que deben tomar los mandatarios para solucionar problemas y ponerse en su situación, no siempre fácil o cómoda.
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SCANDAL
La serie está basada, al menos parcialmente, en la que fuera jefa de prensa de la administración George H. W. Bush, Judy Smith, que precisamente es una de las productoras ejecutivas de la serie. La producción se centra en una agencia de gestión de crisis, que tiene como clientes a trabajadores de la Casa Blanca e, incluso, al presidente de Estados Unidos, Fitzgerald Grant III.
La misión de la agencia es lavar la imagen de sus clientes, muchos de ellos políticos de primer nivel, que en ocasiones son dañadas por sus rivales.
Precisamente esta semana el presidente del Gobierno de España en funciones, Mariano Rajoy, pedía prudencia y respeto antes de acusar o juzgar públicamente a un político. “No sé de qué se acusa a Rita Barberá”, decía como ejemplo.
La serie nos permite conocer los entresijos y las formas en las que se puede dañar y/o limpiar la imagen de un político, ya sea con la verdad (o no) por bandera.
JUEGO DE TRONOS
Si cambiamos la violencia por la retórica, los ejércitos que cada jugador tiene como apoyo por el número de votos o diputados, y le echamos mucha imaginación, podemos encontrar un símil interesante
Es difícil redactar un artículo de series sin nombrar a Juego de Tronos, la sangrienta y exitosa serie de HBO que este año, en abril, regresará a los televisores con su sexta temporada. La producción representa la lucha por distintas personas, familias, facciones o estados por aumentar de poder.
Obviamente no estamos ante un contexto de guerras y muertes, pero si cambiamos la violencia por la retórica, los ejércitos que cada jugador tiene como apoyo por el número de votos o diputados, y le echamos mucha imaginación, podemos encontrar un símil interesante con el que entender más las estrategias para mejorar la posición de poder de cada personaje. Al final y al cabo, se da una mezcla de ambición y búsqueda de mejorar el bienestar de otros que se puede encontrar en cualquier escenario político.
Como anécdota, para terminar, igual que comentábamos antes que Borgen había sido recomendada por Pedro Sánchez, en este caso Juego de Tronos fue la serie que regaló Pablo Iglesias, líder de Podemos, al Rey Felipe VI. Iglesias, además, coordinó la publicación del libro 'Ganar o morir: lecciones políticas en Juego de Tronos'.
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