Análisis | La verdad subjetiva de Iglesias... y sus consecuencias

Iglesias ha recurrido a la marrullería para cargar sobre Pedro Sánchez la responsabilidad del fracaso de la propuesta de Compromis

  • 'No se puede utilizar la táctica de las medias verdades para prosperar en política'
Antonio Papell
Bolsamania | 27 abr, 2016 12:29 - Actualizado: 18:14
Sanchez-Iglesias-reunen-acercar-posturas_100000524_796624_4000x2249-560x315

Iglesias, un personaje que ha ido decayendo a ojos vista en cuanto se le ha ido conociendo –ha sido muy sintomática la crítica acerba que le ha deparado quien fue su profesor de ciencia política, el catedrático Ramón Cotarelo-, recurrió ayer a la marrullería para cargar sobre Pedro Sánchez la responsabilidad del fracaso de la propuesta de Compromis, una oferta abierta que podía haber terminado encajando si Iglesias no jugase manifiestamente a otra cosa y si hubiera buena fe en todas las partes.

La credibilidad de Iglesias, quien ha evolucionado desde el apoyo abierto y directo al populismo latinoamericano hasta las actuales ambigüedades y su flirteo con la izquierda poscomunista de Izquierda Unida, está bajo mínimos.

En su rueda de prensa en el Congreso tras la audiencia regia, Iglesias manipuló la propuesta in extremista de Compromís para arrinconar al PSOE. El líder de Podemos interpretó torticeramente la contraoferta planteada por los socialistas -que era evidentemente una invitación a la negociación- como una negativa al plan que horas antes había explicado al Rey el diputado del partido valenciano, Joan Baldoví. "Es evidente que el señor Pedro Sánchez ha dicho que no", pontificó Iglesias, aterrorizado seguramente ante la posibilidad muy cierta de que la opinión pública le achaque la responsabilidad de que haya que repetir elecciones al no haberse prestado a apoyar a un gobierno reformista, la única opción posible si se descartaba la ‘gran coalición’.

Lea también: Sigue aquí toda la actualidad política rumbo a las nuevas elecciones

Con la habilidad que le caracteriza, Iglesias se parapetó en el supuesto enfado de la vicepresidenta valenciana, Mónica Oltra, ante la actitud de Sánchez y compartió su frustración. Pese a ser preguntado sobre ello, no quiso entrar a valorar la propuesta de los socialistas, pero dejó claro que rechaza la fórmula de un Gobierno monocolor con independientes: "Todos los firmantes del acuerdo tendrían que formar parte" del hipotético gobierno, dijo. Es decir, la vía valenciana en todo su esplendor y sin matices.

La credibilidad de Iglesias, quien ha evolucionado desde el apoyo abierto y directo al populismo latinoamericano hasta las actuales ambigüedades y su flirteo con la izquierda poscomunista de Izquierda Unida, está bajo mínimos. Todos tenemos derecho a evolucionar, pero no a negar nuestra propia evolución ni a intentar disimular el pasado. Y mucho menos a utilizar la táctica de las medias verdades para prosperar en política.

Antonio Papell

Lea también:

La respuesta de Errejón a los guiños de Sánchez y el PSOE

Vídeo | Pablo Iglesias y Errejón, ¿qué esconden sus mensajes amorosos?

Análisis | Las claves de este final de etapa y el riesgo de unas nuevas elecciones

Análisis | Los pros y contras de las fórmulas de gobierno

Análisis | Podemos: críticas propias e impropias

Análisis | Por fin sabemos lo que es la 'operación Solana'

Análisis | La promesa de Puigdemont: legalidad y consecuencias

contador