La irrupción de Ciudadanos ha sido un factor político altamente dinamizador
La "nueva política" más evidente ha quedado de manifiesto en el Congreso de los Diputados con la presencia de un grupo variopinto de jóvenes vestidos de jóvenes que han invadido las estancias vetustas del palacio de la Carrera de San Jerónimo y han puesto en práctica la consigna tragicómica de 'épater les bourgeois', como hacían los poetas simbolistas del XIX (nada hay nuevo realmente bajo el sol), para dejar constancia de su heterodoxia creativa, que en realidad es una llamada a la evolución, una invocación al futuro.
Con la irrupción de Podemos, el sistema de representación español se ha ampliado puesto que han entrado en él sectores sociales que hasta hace poco permanecían en la abstención o tenían serias dificultades para canalizar su participación en la vida pública. Pero ésta no es la única novedad, ni seguramente la más importante, de esta legislatura que acaba de dar sus primeros pasos: la irrupción de Ciudadanos, que ocupa el centro político y arranca parcelas ideológicas a sus contiguos, el PP y el PSOE, haciéndose con una parte nada insignificante de sus clientelas, ha sido un factor político altamente dinamizador.
La irrupción de Ciudadanos, que ocupa el centro político y arranca parcelas ideológicas a sus contiguos, el PP y el PSOE, haciéndose con una parte nada insignificante de sus clientelas, ha sido un factor político altamente dinamizador
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Ciudadanos, que ha logrado lo nadie había conseguido hasta ahora –el CDS de Suárez, con el autor de la Transición al frente, nunca pasó de 17 diputados (1986)-, y que arrancó de un movimiento intelectual antinacionalista de centro-izquierda, ha crecido espectacularmente gracias al acierto de su líder, Albert Rivera, que ha diagnosticado mejor que nadie los vicios del sistema y las ineficiencias y errores de los partidos tradicionales.
Rivera ha abierto brecha por las grietas que la corrupción había formado en la ‘vieja política’ y ha presentado un programa electoral moderno que trata de simplificar las burocracias e introducir la innovación en casi todas las esferas de la vida pública, conciliando en lo posible las dos opciones clásicas, liberal y socialdemócrata, de la mano de Luis Garicano, un respetado y brillante economista de la London School of Economics. Ha llevado a cabo un proceso de selección de personal que está aflorando personajes brillantes como la catalana Inés Arrimadas, uno de sus hallazgos. Y tras el 20D, administra sus 40 escaños –menos de los previstos por las encuestas pero en todo caso una representación potente- con destreza, en busca de fórmulas posibles de gobernabilidad. En cierto sentido, Rivera representa hoy lo más selecto de “lo nuevo”, en el marco refrescante del cambio producido. Y sería sin duda muy positivo que una personalidad brillante como el líder de C’s formara parte de la solución que se arbitre para conducir este país a través de las grandes reformas que deberían ser consideradas inaplazables.
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