La alcaldesa de Barcelona genera espacios con los republicanos y humilla a Torra
El terremoto institucional que ha acompañado a la sentencia del 'procés' y a las protestas por la condena a los líderes independentistas está provocando rápidos movimientos en el tablero político catalán. Con todos los actores soberanistas en el punto de mira, los más moderados buscan nuevos aliados de cara al escenario que se dibujará tras el 10N y la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, se ha aproximado a estos sectores.
La líder de BComú, que gobierna la ciudad de la mano del PSC, ha mantenido contactos con ERC y con entidades económicas de la ciudad este pasado fin de semana, a la vez que ha dejado al president de la Generalitat, Quim Torra, al borde de la humillación. Los republicanos, a su turno, han acelerado su distanciamiento de Junts Per Catalunya y se han acercado a Colau, con quien exploran alianzas futuras, según fuentes conocedoras.
En definitiva, las fuerzas de izquierda han aprovechado la crisis para generar nuevos espacios de confluencia que les permita encauzar el conflicto mediante el diálogo, explican personas próximas al entorno de la alcaldesa. Colau ha tomado la iniciativa y ha salido muy reforzada en un momento en que el independentismo ya ni siquiera intenta mantener una imagen de aparente unidad. Ha dominado el mensaje cuando el resto de partidos se han visto sobrepasados por la confrontación en las calles y las reivindicaciones ciudadanas.
"Su gestión de los servicios de la ciudad tras la virulencia de los disturbios ha sido impecable y, además, ha sabido buscar complicidades entre entidades e instituciones que no son de su cuerda", subrayan expertos consultados. Estos movimientos fueron explícitos el sábado, cuando la primera edil de la capital catalana se reunió en el Parlament de Catalunya con UGT, CC.OO., las patronales Foment del Treball y Pimec, Cercle d'Economia, LaFede.cat, Taula del Tercer Sector y Federació D'Associacions de Veïns i Veïnes de Barcelona (FAVB). En la reunión también estaba el presidente de la cámara catalana y republicano Roger Torrent.
PLANTÓN A TORRA
El enfado de Junts per Catalunya (JxCat) al conocer esta cita en la que no estuvo presente ningún miembro de la plataforma impulsada por el expresident de la Generalitat, Carles Puigdemont, y Torra fue mayúsculo. Más teniendo en cuenta que el mismo día, la jefa del gobierno municipal plantó al president de la Generalitat y a los alcaldes de Tarragona, Girona y Lleida en una reunión y comparecencia conjunta en el Palau de la Generalitat. "No quiso salir en la foto", comentan fuentes próximas y, en cambio, prefirió sumarse a la otra reunión con los agentes económicos de la ciudad.
JxCat, informó el mismo sábado de que la mini-cumbre se hizo sin que Torrent informara "a ningún miembro de la Mesa" del Parlament ni al grupo de parlamentario. Otro dato relevante: no figuraba ninguna de las entidades independentistas, hecho que también denunció el partido de Torra.
Colau ha seguido afianzando su posición de dominio este lunes, cuando ha logrado mantener una conversación telefónica con el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez. En pleno choque con Torra por la negativa del socialista a responder a las peticiones de diálogo del jefe del Govern hasta que este no condene de forma explícita y sin matices la violencia, se ha sabido que Sánchez ha hablado brevemente con la alcaldesa de Barcelona y con la presidenta de la Diputación de Barcelona, la también socialista Núria Marín.
El mismo Sánchez ha informado de este contacto en su cuenta de Twitter, a la vez que ha insistido en su pulso a Torra a quien "no considera un interlocutor válido", según fuentes conocedoras. Entornos cercanos al PSC comentan a este medio que el jefe del Ejecutivo espera que se produzcan elecciones en Catalunya para reconducir el conflicto en la región y ERC ya ha empezado a contemplar otros socios más allá del independentismo.