Los inversores temen que la Fed provoque una recesión en EEUU
Wall Street ha cerrado en rojo (Dow Jones: -0,29%; S&P 500: -0,56%; Nasdaq: -1,40%) una jornada que ha estado marcada, al igual que la semana, por la volatilidad. El parqué neoyorquino ha extendido las caídas producidas tras el desplome del jueves, que ha borrado las fuertes ganancias que habían registrado los índices neoyorquinos en las tres primeras sesiones de la semana.
El rally alcista del miércoles ha quedado en un espejismo y la renta variable americana ha vuelto a mínimos anuales. El Dow Jones ha retrocedido un 0,24% en los últimos cinco días, mientras que el S&P 500 se ha dejado un 0,21%. El Nasdaq, por su parte, ha acabado una nueva semana, la quinta de manera consecutiva, en rojo y habiendo firmado un retroceso del 1,54% que lo deja en niveles de noviembre de 2020. La incertidumbre a corto plazo es máxima.
Una de las variables a vigilar está en el mercado de deuda, ya que la rentabilidad del bono americano se disparó este jueves por encima del 3%, lo que perjudicó sobre todo al sector tecnológico. La masacre en el mercado de bonos, que se está produciendo en un entorno de fuertes caídas para la renta variable, ejemplifica los nervios de los inversores y la falta de refugios seguros en estos momentos.
En este escenario, César Nuez, analista de Bolsamanía, comenta que "las fuertes caídas del 5% en el Nasdaq anulan la figura para un rebote que vimos el miércoles y llenan de nubarrones negros el futuro técnico del índice".
Para Nuez, "llueve sobre mojado porque no debemos olvidar la ventana bajista (dos huecos a la baja sin cubrir) dibujada en abril. Tras realizar un pull back a la media de 200 sesiones, parece muy probable que terminemos viendo una continuación de las caídas hasta el nivel de los 12.000 puntos".
"Lo peor de todo", concluye este experto, "es que podríamos estar ante un cambio de tendencia a largo plazo. Sólo veremos una señal de fortaleza si consigue superar la resistencia de los 13.556 puntos, máximos del miércoles".
El rally del miércoles ha quedado en el olvido y ha sido un espejismo. Que Powell descartara subidas de 75 puntos básicos provocó un rebote importante, pero este jueves los analistas centraron su atención en el peligro que supone el endurecimiento monetario y en los riesgos crecientes de que se produzca una recesión.
"Las partes más caras del mercado fueron las que más sufrieron en la venta masiva del jueves. Aparte de un aumento continuo en los rendimientos, no hubo un flujo de noticias específico, lo que sugiere que la liquidación forzosa pudo haber influido", argumentan desde Julius Baer.
"La Fed continuará con su ciclo de endurecimiento más rápido y agresivo en cuatro décadas. Al mismo tiempo, las expectativas de crecimiento global se revisan continuamente a la baja, con la guerra en Ucrania y la estrategia cero-Covid-19 de China como comodines", añaden desde el banco suizo.
"Como tal, la capacidad de la Fed para diseñar un aterrizaje suave está lejos de ser un hecho. Las acciones de tecnología también estuvieron bajo una enorme presión debido al aumento de los rendimientos, ya que el sector ha estado cotizando con una prima en el mercado general dadas las mejores perspectivas de crecimiento", concluyen.
Por su parte, el ex vicepresidente de la Fed, Richard Clarida, ha echado más leña al fuego al comentar que los tipos deben subir hasta "territorio restrictivo del 3,5% incluso si la inflación se modera de forma importante en los próximos meses".
En la agenda económica, destaca el Informe de Empleo de abril, que ha concluido que la primera economía del mundo ha creado 428.000 puestos de trabajo no agrícolas, frente a los 400.000 previstos y los 428.000 del mes anterior. Además, la tasa de paro se mantiene en el 3,6% frente al 3,5% esperado. Se está prestando especial atención a la evolución de los salarios, que han subido un 0,3%, dato inferior al 0,4% previsto.
El barril de crudo West Texas ha repuntado un 2,09% ($110,53) y el barril Brent ha subido un 1,89% ($113), mientras el euro se ha apreciado un 0,03% ($1,0543). Además, la onza de oro ha avanzado un 0,34% ($1.882). Por último, el bitcoin se ha dejado un 0,37% ($35.952) tras registrar su peor jornada desde enero; y la rentabilidad del bono americano a 10 años repunta hasta el 3,13%, su nivel más alto desde 2018.