Su exabogado ha reconocido que cometió irregularidades durante la campaña
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha advertido este jueves de que "el mercado colapsaría" si se inicia un proceso de 'impeachment' o juicio político contra él en el Parlamento, después de que su exabogado Michael Cohen haya reconocido que cometió irregularidades durante la campaña previa a las elecciones de 2016.
Cohen ha admitido bajo juramento que pagó grandes sumas de dinero a dos mujeres por orden de Trump y en plena campaña
"No sé cómo se podría juzgar a alguien que está haciendo un muy buen trabajo", ha esgrimido Trump en una entrevista con la cadena Fox News, en la que ha salido al paso del debate abierto tras la confesión de Cohen, del que el presidente ha intentado desmarcarse en los últimos días. "Si alguna vez me juzgaran, creo que el mercado colapsaría, creo que todo el mundo sería muy pobre", ha añadido el mandatario, firme defensor de unas reformas económicas que, en su opinión, han revertido el declive en que habían sumido los demócratas a Estados Unidos.
Cohen ha admitido bajo juramento que pagó grandes sumas de dinero a la actriz porno Stormy Daniels y a la modelo Karen McDougal por orden de Trump y en plena campaña. Ambas mujeres han asegurado que mantuvieron relaciones con el ahora presidente, que ha desmentido ser el instigador de dichos pagos y ha negado que estos supusiesen delito alguno.
Por ahora los principales líderes del Partido Democráta se han mostrado reacios a iniciar un proceso de 'impeachment' contra el presidente en el Congreso, un proceso complejo y al que solo se ha recurrido en dos ocasiones en Estados Unidos, contra Andrew Johnson en 1868 y Bill Clinton en 1998.
DEFENSA DE MANAFORT
El repudio público de Trump hacia Cohen contrasta con la férrea defensa de su exjefe de campaña Paul Manafort, condenado esta semana por ocho cargos, entre ellos fraude bancario y fiscal. El presidente no ha ocultado que tiene la potestad para indultarlo.
Trump ha aprovechado la entrevista para reiterar sus críticas contra el Departamento de Justicia y contra el fiscal general, Jeff Sessions, al que no perdona que se recusase en las investigaciones abiertas por la presunta injerencia de Rusia en las elecciones. Trump se siente víctima de una "caza de brujas" y culpa de ella tanto a la oficina de Sessions como al FBI.
"Puse a un fiscal general que no se ha hecho con el control del Departamento de Justicia", ha dicho Trump, para acto seguido matizar que prefiere no interferir en los asuntos de dicha oficina. "Seguiré sin implicarme y quizás sea lo mejor", ha apostillado el mandatario.