Desde Morgan Stanley creen que las acciones defensivas pueden ser una opción prudente
Los bancos centrales están librando una cruenta batalla contra la elevada inflación. En su intento por devolverla al objetivo del 2%, están llevando a cabo un endurecimiento monetario que ha provocado que los mercados especulen sobre si el aterrizaje de la economía será forzoso o suave. A estos supuestos, los inversores han unido una nueva teoría: "Sin aterrizaje". Esta idea implica un crecimiento sólido y con las empresas pudiendo alcanzar sus estimaciones de ganancias.
Sin embargo, desde Morgan Stanley se muestran escépticos ante esta perspectiva. "La resiliencia económica no ocurre en el vacío; generalmente viene con una inflación resistente", apuntan desde el Comité de Inversiones Globales de la entidad.
Es más, indican que "eso puede conducir a una respuesta política más fuerte de la Reserva Federal (Fed) y tasas de interés más altas, lo que en última instancia podría frenar un mayor crecimiento económico y afectar los precios de los activos, una posibilidad que los inversores de acciones parecen estar ignorando".
Por ello, destacan tres señales que anticipan problemas para las bolsas mundiales a pesar de las recientes subidas:
1. Los activos distintos de las acciones están teniendo en cuenta datos económicos sólidos y preparándose para tipos de interés más altos
"Los rendimientos de los bonos han subido significativamente, con el rendimiento del Tesoro a 10 años alcanzando el 4% y el rendimiento a 2 años, sensible a las políticas, alcanzando el 4,6%, su nivel más alto desde noviembre”, analizan desde Morgan Stanley.
Además, en las últimas dos semanas, el dólar estadounidense se ha fortalecido un 3%, mientras que los precios del petróleo West Texas subieron alrededor de 3 dólares por barril.
"Estos movimientos sugieren que los inversores de acciones están ignorando los datos fundamentales que están teniendo un impacto en otros activos, y pueden ser tomados por sorpresa cuando las tasas más altas finalmente afecten las valoraciones de las acciones", añaden.
2. Las expectativas de inflación basadas en el mercado han subido
La estimación de inflación del mercado en los próximos dos años ha aumentado hasta el 2,9%, muy por encima del objetivo del 2% de los bancos centrales.
"Quizás lo más importante es que los comerciantes han aumentado sus expectativas para la tasa terminal, o qué tan alto llevará la Fed la tasa de los fondos federales en este ciclo de aumento, hasta más allá del 5%, por encima de las previsiones basadas en el mercado de principios de febrero que la situaban alrededor del 4,75%", subraya el equipo de Inversiones Globales de Morgan Stanley.
3. Los precios al consumidor y al productor ya no están cayendo con rapidez
La inflación en Estados Unidos se está desacelerando a un ritmo menor al anticipado. El Índice de Precios al Consumo (IPC) se situó en enero en el 6,4% en tasa interanual. Un descenso que estaba por debajo de las expectativas del mercado, que esperaba una caída hasta el 6,2%.
En términos mensuales, el IPC general subió en EEUU un 0,5%, mientras que la tasa subyacente creció un 0,4%. Una tendencia que también confirmó el lado mayorista, con un aumento de los precios al productor de 0,7% en enero, más fuerte de lo esperado.
Los analistas de Morgan Stanley creen que estos factores todavía tienen que cambiar el ánimo alcista que impera en las acciones, debido a que "cualquier intento reciente de revalorización del mercado se ha encontrado con inversores que intentan "comprar la caída", lo que hace que los precios de las acciones vuelvan a subir".
En este sentido, advierten que la resiliencia continua en el consumo tiende a significar presiones de precios persistentes, lo que a su vez llevará a los bancos centrales a mantener los tipos de interés, no solo más altos, sino por más tiempo, presionando las valoraciones de las acciones.
De esta manera, estiman que la teoría del "no aterrizaje" puede ser simplemente un "aterrizaje forzoso" que se está posponiendo.
"Los inversores deberían considerar agregar de manera oportuna acciones defensivas que se hayan vendido recientemente, con un enfoque en los rendimientos de dividendos y flujo de efectivo, así como en la posibilidad de obtener ganancias", concluyen desde Morgan Stanley.