Las compañías temen una represalia de Pekín, mientras los fabricantes chinos vuelan en bolsa
Las acciones de los principales fabricantes europeos de vehículos se han teñido de rojo este jueves. Compañías como Renault, Mercedes-Benz, BMW o Stellantis han caído entre un 2% y un 3,5%, mientras que Volkswagen se ha dejado un 4,17% por temor a las represalias que podría tomar China después de que la Unión Europea (UE) anunciase ayer que impondrá aranceles de hasta el 38% a una serie de fabricantes del país asiático.
Sin embargo, estas compañías han subido en bolsa tras conocerse la decisión de la Comisión Europea. En concreto, el fabricante de vehículos eléctricos (VE) BYD subió un 4,15% en la sesión. A su vez, Geely repuntó un 1,69%, mientras que Nio y Li Auto sumaron un 1,31% y un 2,67%, respectivamente. En el lado contrario encontramos a SAIC, respaldada por el Estado chino, que cedió un 1,55%.
El motivo de estas subidas es que los analistas entienden que los aranceles impuestos por la UE son bastante "modestos" en comparación con el 100% impuesto por Estados Unidos, los cuales fueron elevados desde el 25% anterior el mes pasado. Desde el punto de vista de Estados Unidos, estos aranceles "frenarán la expansión" de marcas chinas como Nio, XPeng o BYD a nivel global "en un contexto en que la situación en China es especialmente débil".
En concreto, los aranceles provisionales impuestos por Europa son del 17,4% para BYD, mientras que los de Geely se elevan al 20% y los de SAIC, al 38,1%. Los tres se sumarían al 10% que ya se aplica a los VE importados. Asimismo, según explicó la Comisión en un comunicado, las empresas que cooperaron en la investigación comunitaria, pero no fueron incluidas en la muestra, estarán sometidas a aranceles del 21%. Las que no cooperaron, se enfrentarán a aranceles del 38,1%.
Según el Instituto Kiel, un arancel adicional del 20% sobre los automóviles eléctricos chinos reduciría las importaciones en una cuarta parte. Y con 500.000 vehículos importados en 2023, esto corresponde a unas 125.000 unidades por un valor estimado de casi 4.000 millones de dólares. "La caída se vería compensada en gran medida por un aumento de la producción dentro de la UE y un menor volumen de exportaciones de vehículos eléctricos, lo que probablemente significaría precios notablemente más altos para los consumidores finales", dicen los investigadores de esta firma. Otros expertos creen que compañías como BYD podrán absorber este golpe y seguir obteniendo buenos márgenes de beneficio debido a los costes de fabricación que tienen.
Como decimos, estos aranceles son provisionales y se introducirán a partir del 4 de julio "si las conversaciones con las autoridades chinas no condujeran a una solución eficaz". Las medidas definitivas se establecerán en un plazo de cuatro meses desde la imposición de los aranceles provisionales.
Por su parte, los fabricantes europeos no han recibido bien esta noticia por varios factores. Uno de ellos, por su exposición al mercado chino, algo especialmente palpable en el caso de las compañías alemanas. No solo por lo que venden, sino también por lo que fabrican en el gigante asiático. Volkswagen, BMW y Mercedes-Benz tienen parte de su producción en China y también se verán expuestos a esta subida de aranceles. Asimismo, según los analistas de Bankinter, los fabricantes germanos también temen la posible represalia de China, ya que entre el 30% y el 40% de sus ventas se realizan en territorio chino. De hecho, Alemania ha sido, junto a Suecia y Hungría, uno de los países que más se ha opuesto a esta medida, que sí cuenta con el respaldo de otras grandes economías comunitarias como Francia o España.
A su vez, China ya ha advertido que tomará medidas. En una conferencia de prensa celebrada este pasado miércoles, el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Lin Jian, ha instado al bloque comunitario a "cumplir el compromiso" de apoyar el libre comercio y oponerse al "proteccionismo". "La UE y China tienen que trabajar para salvaguardar la cooperación económica y comercial general", ha asegurado.
China defiende desde hace meses que la postura del Ejecutivo comunitario es marcadamente proteccionista y lanzó una investigación antidumping sobre las importaciones de bebidas alcohólicas procedentes de Europa, en clara respuesta a la investigación antidumping sobre el VE chino que realizó la Comisión Europea. Además, si bien Pekín todavía no ha anunciado si aumentará el arancel del 15% al que están sometidas las fábricas europeas cuando exportan a China, sí ha advertido que están dispuestos a subir los aranceles a vehículos de gran cilindrada, así como en productos agrícolas.