El banco central australiano considera que todavía hay riesgos alcistas para los precios
El Banco de la Reserva Federal de Australia (RBA) ha mantenido los tipos de interés en el 4,35%, una decisión que se ha situado en línea con lo esperado. Además, el organismo monetario ha anticipado que no descarta volver a subir los intereses si es necesario, pese a que ha revisado a la baja sus previsiones de inflación.
La entidad ha destacado que "la inflación siguió cayendo en diciembre", pero ha añadido que "sigue siendo alta (4,1%)", sobre todo porque "la inflación de los precios de los servicios disminuyó a un ritmo más gradual, en consonancia con las previsiones anteriores del RBA, y sigue siendo elevada. Esto es coherente con el continuo exceso de demanda en la economía y las fuertes presiones internas sobre los costes".
Según su valoración, "si bien hay señales alentadoras, las perspectivas económicas son inciertas y la Junta sigue muy atenta a los riesgos de inflación".
El RBA prevé que "la inflación volverá al rango objetivo de entre el 2% y 3% en 2025 y al punto medio en 2026". Su previsión es que "la inflación de los precios de los servicios disminuya gradualmente, a medida que se modere la demanda y se atenúe el crecimiento de los costes laborales y no laborales".
Por otra parte, ha señalado que "persiste un alto nivel de incertidumbre en torno a las perspectivas de la economía china y las implicaciones de los conflictos en Ucrania y Medio Oriente".
En el mercado australiano, ha indicado que "existen incertidumbres respecto de los retardos en el efecto de la política monetaria y de cómo responderán las decisiones de fijación de precios y salarios de las empresas al crecimiento más lento de la economía, en un momento de exceso de demanda y mientras el mercado laboral sigue ajustado. Las perspectivas para el consumo de los hogares también siguen siendo inciertas".
En este escenario, la "máxima prioridad" para el RBA es "devolver la inflación al objetivo dentro de un plazo razonable". Así, aunque el banco central ha reconocido que "la inflación está disminuyendo", también espera que "pase algún tiempo aún antes de que la inflación se sitúe de manera sostenible en el rango meta".
Por ello, ha anticipado que "la trayectoria de las tasas de interés que mejor garantice que la inflación regrese a su objetivo en un plazo razonable dependerá de los datos y de la evolución de la evaluación de los riesgos, y no se puede descartar un nuevo aumento de las tasas de interés".
"La Junta seguirá prestando mucha atención a la evolución de la economía mundial, las tendencias de la demanda interna y las perspectivas de inflación y del mercado laboral y sigue firme en su determinación de devolver la inflación a su objetivo y hará lo que sea necesario para lograr ese resultado", ha concluido el organismo.
Los expertos de Oxford Economics afirman que, pese a la caída de la inflación en el cuarto trimestre, el RBA "todavía está muy atento a los riesgos al alza para la inflación de servicios" y al "crecimiento de los salarios".
Por ello, "ha mantenido una perspectiva agresiva, advirtiendo que aún pueden ser necesarias nuevas subidas de tipos". No obstante, estos analistas consideran que "esto es un intento de orientar las expectativas del mercado, que se han vuelto demasiado moderadas".
En su opinión, "dado el enfoque muy tolerante con la inflación hasta la fecha, sería necesaria una enorme sorpresa al alza para impulsar al RBA a volver a actuar, y creemos que más aumentos son sólo una posibilidad remota".