Los más críticos abogan por alternativas como los coches de hidrógeno o los híbridos enchufables
La electrificación continúa siendo uno de los principales desafíos del sector del automóvil, que se encuentra en un punto de inflexión sin precedentes. Los gobiernos a ambos lados del Atlántico, de Oriente y Occidente, tratan de impulsar la adopción del coche eléctrico en su afán de conseguir las cero emisiones netas, incluyendo la prohibición de venta de automóviles híbridos o de combustión. Sin embargo, en los últimos meses se han intensificado las críticas de los más escépticos, que acusan de estar promoviendo una adopción demasiado apresurada. “Parece que la megatendencia de la electrificación ha cambiado de marcha”, afirman desde WisdomTree.
Según los datos que maneja la gestora neoyorquina, Asia-Pacífico continúa siendo la región donde se registra el mayor crecimiento de ventas de vehículos eléctricos en 2022. Las ventas de esta región están lideradas por China, donde las preferencias de los consumidores están cambiando “rápidamente” y las marcas locales “se están haciendo un nombre propio”. “En 2022, BYD, que cuenta con el respaldo de Warren Buffett desde 2008, superó a Tesla como el líder mundial en ventas de vehículos eléctricos”, recuerdan desde la firma estadounidense.
Entre los modelos más vendidos del fabricante de Shenzhen en China se encuentra el SUV Song de tamaño mediano y dos sedanes, los Qin y Han. Esta circunstancia, señalan, “no solo disipa la noción de que BYD está operando en categorías de automóviles diferentes a Tesla, sino que también convierte a BYD en un competidor potencial para Tesla y otras compañías a medida que expande su presencia en Europa y otros lugares”.
Tesla, en cambio, ha mantenido su dominio en el Reino Unido gracias a su modelo Y, que se convirtió en el vehículo eléctrico de batería más vendido en un año en el que las ventas de vehículos eléctricos superaron a las ventas de automóviles diésel por primera vez desde que se tienen datos. En Noruega, donde los coches a gasolina y diésel se enfrentan a una prohibición más agresiva que entrará en vigor en 2025, los vehículos eléctricos representaron el 79% de las ventas totales de turismos nuevos en 2022.
“La adopción de vehículos eléctricos está siendo respaldada por varios factores. Estos incluyen la proliferación de nuevos modelos en diferentes rangos de precio que brindan a los consumidores más opciones, así como la mejora de la tecnología de baterías para la reducción de la ‘ansiedad de autonomía’, la expansión de la infraestructura de carga pública, los incentivos gubernamentales y el cambio de las preferencias de los consumidores por razones tanto ambientales como tecnológicas”, explican desde WisdomTree.
Aun así, no todo el mundo, tanto dentro como fuera de la industria, están completamente a bordo de la electrificación. “Las personas implicadas en la industria automovilística constituyen en gran medida una mayoría silenciosa. Esa mayoría silenciosa se pregunta si los coches eléctricos están realmente bien como opción única, pero, como creen que es la tendencia, no pueden pronunciarse en voz alta”, criticó el pasado diciembre Akio Toyoda, presidente de Toyota.
Mientras que algunos de sus principales rivales como Honda o General Motors han fijado fechas para que sus líneas sean completamente eléctricas, el mayor fabricante de automóviles del planeta ha optado por explorar alternativas como los coches de hidrógeno o híbridos. “Como la respuesta correcta sigue sin estar clara, no deberíamos limitarnos a una sola opción”, agregó Toyoda.
En el caso de los vehículos híbridos, de los que la compañía nipona fue pionera en su adopción, Toyota sigue defendiendo su utilidad en un contexto en el que los vehículos 100% eléctricos siguen siendo caros y en el que la infraestructura de recarga todavía no se encuentra lo suficientemente desarrollada.
En este sentido, Jim Rowan, CEO de Volvo, señala que en Estados Unidos “las costas este y oeste se están electrificando mucho más rápido que el resto del país”, al tiempo que ha indicado que los híbridos enchufables pueden ser una alternativa atractiva si las regiones no están lo suficientemente preparadas y para que los usuarios se acostumbren a esta tecnología. Allianz Trade calcula que en la Unión Europea había unas 230.000 estaciones de recarga públicas a término de 2021, lo que suponía una única estación por cada diez coches eléctricos vendidos solo en 2021.
“La afirmación de Toyota es que los automóviles de pasajeros serán conducidos por una variedad de transmisiones que incluyen la batería eléctrica, los híbridos y las celdas de combustible. Si el mundo quiere alcanzar sus objetivos contra el cambio climático, los fabricantes de automóviles deben innovar con tecnologías alternativas”, explican desde WisdomTree.
“Es un debate cada vez más polarizado. En su afán por abandonar los vehículos de gasolina y diésel, los gobiernos y los grupos de presión han engatusado, amedrentado y armado a los fabricantes de automóviles para que inviertan recursos en una tecnología que aún presenta importantes deficiencias, algunas de las cuales ya se están poniendo de manifiesto”, subraya Michael Hewson, analista jefe de mercados de CMC Markets en Reino Unido.
Este experto señala que, entre los principales problemas para su adopción, se encuentra la “tecnología de baterías disponible, que incluso con la mejor se tarda muchísimo más en recargar un vehículo eléctrico que en repostar un vehículo que utilice combustible líquido”. “Y eso incluso antes de tener en cuenta la capacidad adicional de la red eléctrica necesaria para poder gestionar el consumo y los costes adicionales de recargar un vehículo eléctrico en un espacio público, en ausencia de un punto de recarga doméstico”, agrega.
“Con unos precios sujetos a un IVA del 20% (en Reino Unido; 21% en España, 5% con la rebaja aprobada por el Gobierno) y la falta de infraestructura de puntos de recarga fuera de las zonas céntricas de las ciudades, un coche eléctrico sigue siendo un lujo para la mayoría de la gente”, apunta Hewson.
Para este experto, el “concepto” de tener un vehículo eléctrico “parece sencillo en lo que respecta a las emisiones”, pero la realidad del asunto es más compleja, pues “la producción de cada vehículo requiere muchos recursos y con los precios de la electricidad más altos, el argumento económico para tener uno es menos convincente”.
“Además, la modernización de la red necesaria para hacer frente a la capacidad extra que supondrá el paso de más personas a los vehículos eléctricos requerirá enormes inversiones en infraestructura eléctrica”, añade, a la vez que subraya que “simplemente, no hay un suministro infinito de cobre, cobalto, litio y todos los demás metales raros necesarios”.
Desde WisdomTree señalan que, para que la transición llegue a buen puerto, las prohibiciones de ventas de vehículos de combustión deberán estar respaldadas por “medidas políticas integrales” que garanticen que la “revolución” sea sostenible. Asimismo, destacan que, para este fin, la Agencia Internacional de la Energía ha recomendado mantener subvenciones, impulsar el mercado de vehículos pesados (camiones y autobuses) o promover su adopción en economías emergentes y en desarrollo, así como garantizar cadenas de suministro “seguras, resistentes y sostenibles”. “El panorama de los vehículos eléctricos ha cambiado mucho en los últimos años, pero lo hará mucho más en los próximos cinco”, concluyen.