First Republic ha sido el último en caer, evidenciando que la crisis bancaria no ha terminado
Después de que los índices salvaran considerablemente bien un mes de marzo marcado por la crisis bancaria, con las quiebras de Signature Bank, Silicon Valley Bank y Credit Suisse, y de que First Republic también haya sucumbido y, sin embargo, Wall Street apenas lo esté recogiendo este lunes, la pregunta que cabría hacerse es por qué las bolsas están aguantando tan bien pese a que los bancos están quebrando.
La respuesta la tiene Naeem Aslam, director de análisis de Zaye Capital Markets, quien explica que la razón de que los índices estadounidenses se mantengan firmes se debe a que los operadores han empezado a prestar más atención a las tecnológicas que a los bancos. De hecho, las subidas de marzo se debieron también al buen comportamiento de las tecnológicas. No en vano, el Nasdaq 100 cerró ese mes con alzas de más del 9%, mientras que el Nasdaq Composite sumó un 6,6% arriba.
"En la última semana, hemos visto cómo los gigantes tecnológicos estadounidenses presentaban unos resultados mejores de lo esperado. Hay menos temores respecto a sus futuros BPA (beneficios por acción), y su situación ha mejorado", comenta Aslam.
Esta semana le toca a Apple publicar cuentas del primer trimestre (jueves). "Otro informe (de resultados) estelar de Apple sólo puede animar a los amantes del riesgo a apoyar aún más a los mercados de renta variable", indica este analista. Por otra parte, comenta que la estructura y la composición del índice S&P 500 han cambiado, y ahora presenta un panorama más optimista cuando las grandes empresas tecnológicas y energéticas obtienen buenos resultados. "La semana pasada el sector petrolero ofreció unas cifras magníficas, y esta semana tendremos noticias de Shell, que preveo superará sus previsiones", apunta este experto.
En resumen, "los operadores opinan, con razón o sin ella, que el sector tecnológico estadounidense es más crucial, ya que la crisis actual sigue su curso y es poco probable que las circunstancias idiosincrásicas desemboquen en un Armagedón", concluye Aslam.