El metal precioso se encamina a su mejor rendimiento anual desde finales de la década de 1970
El oro se niega a pisar el freno. El metal precioso ha vuelto a batir récords históricos en las últimas jornadas tras superar los 2.800 dólares por onza y su escalada parece no tener fin. Tradicionalmente un refugio en períodos de inestabilidad, el oro se ha revalorizado más de un 30% este año, encaminándose a su mejor desempeño anual desde 1979. ¿Qué es lo que ha provocado estas alzas?
Como con casi todo lo que tiene que ver con los mercados, es complicado reducirlo todo a un único factor. En esta ocasión, ha sido una confluencia de circunstancias lo que han provocado esta escalada cuyo punto de inflexión se sitúa en verano de 2024, según Nitesh Shah, director de materias primas e investigación macroeconómica de WisdomTree.
Este experto señala que, en ese momento, cuando los obstáculos que dificultaban el aumento del rendimiento de los bonos y la apreciación del dólar estadounidense dieron paso a un repunte de los bonos y la depreciación del dólar estadounidense.
Los modelos de WisdomTree apuntaban a un "valor justo" del oro de unos 2.360 dólares/onza –es decir, una ganancia interanual del 27,5%– a finales de septiembre de 2024. Dado que los precios subieron cerca de un 43% interanual, hasta los 2.639 dólares/onza, a finales de ese mes, la gestora veía "posible" que se produjese "alguna caída". Sin embargo, no ha sido así.
Según Shah, la fortaleza "adicional" del oro puede deberse a varios factores como, por ejemplo, las bajadas de tipos de interés de muchos bancos centrales, especialmente de la Reserva Federal (Fed); la depreciación del dólar estadounidense hasta mínimos de 14 meses; los estímulos fiscales y monetarios de China; la escalada de los riesgos geopolíticos; o la brusca caída de los rendimientos de los bonos.
Asimismo, la actividad compradora de los bancos centrales; el aumento de la demanda minorista en mercados como la India, donde se han reducido drásticamente los aranceles a la importación; y el incremento de los volúmenes de compra de materias primas cotizadas en bolsa (ETCs, por sus siglas en inglés), son otros puntos a tener en cuenta.
"Aunque estos factores adicionales no figuran en nuestro modelo, ya que históricamente no hemos podido demostrar su importancia estadística, los volúmenes de compra de los bancos centrales, en particular, son de una escala mucho mayor que en años anteriores, y es probable que estén impulsando los precios del oro", explica la firma estadounidense.
De igual modo, el aumento de la tensión en Oriente Próximo, tras los últimos ataques entre Israel e Irán, también está respaldando los precios del metal precioso. "La incertidumbre sobre el futuro tiende a respaldar la compra de oro, por lo que esperamos que este mes el oro esté bien cotizado", explican los expertos de WisdomTree, al tiempo que añaden otro factor a la ecuación: unas elecciones presidenciales estadounidenses "reñidas".
Los comicios, que se celebrarán el próximo 5 de noviembre, no tienen un favorito claro: la media agregada de encuestas de 'FiveThirtyEight' da una ligera ventaja de apenas un punto porcentual a Kamala Harris sobre Donald Trump, aunque es el candidato republicano el que se impone a la demócrata en los mercados de apuestas. En lo que sí que parece coincidir la mayoría de analistas es en la preocupación por el déficit y la deuda del Gobierno federal, que podría debilitar el atractivo del dólar y, en consecuencia, impulsar al alza al oro.
"Se aproximan las elecciones y el clima político es muy incierto; la Fed está recortando las tasas de interés; están las perspectivas de Rusia, Ucrania… Hay tantos factores que impulsan el oro al alza, y todas las noticias negativas es lo que realmente busca el oro. El próximo paso al alza probablemente sean los 2.850 dólares", apunta Daniel Pavilonis, estratega sénior de mercados en RJO Futures, en declaraciones concedidas a la 'CNBC'.
A su vez, WisdomTree destaca que el "posicionamiento especulativo neto" en futuros del oro refleja la fortaleza del sentimiento positivo hacia el precioso metal. Según datos de la gestora, el posicionamiento en los futuros ha vuelto, precisamente, a niveles alcanzados al estallar la guerra entre Rusia y Ucrania, y está a solo un 20% del máximo histórico de 2020.
"No solo los futuros del oro han despertado interés en el mercado. Los inversores han vuelto a invertir en oro como ETCs tras casi dos años de ventas entre mayo de 2022 y mayo de 2024. Desde este último mes, ha habido aproximadamente 3 millones de onzas troy de flujos en ETCs (+3,7%), por valor de 7.800 millones de dólares", señala la gestora estadounidense, que recuerda que, en 2022, el oro competía con un mercado de renta fija "cada vez más barato y con rendimientos al alza".
"En aquel momento, muchos inversores ignoraban la fortaleza de los precios del oro y optaban por el mercado de renta fija en busca de exposiciones defensivas. Ahora que volvemos a un entorno de bajadas de tipos, los rendimientos de los bonos han caído y los inversores están dispuestos a comprar oro de nuevo", agrega Shah.
En base al mismo modelo, WisdomTree se muestra bastante optimista con las perspectivas del metal, a pesar del cambiante consenso de mercado. Y es que, si bien los inversores parecen más optimistas sobre el ritmo y la magnitud de la relajación monetaria, la Fed parece ser más cauta; de hecho, apuntan, los datos del mercado laboral, más sólidos de lo previsto, y la inflación están llevando a los mercados a moderar sus expectativas. Además, los datos macro que se conocerán en noviembre podrían verse afectados por los trastornos provocados por los huracanes, la huelga de estibadores y los preparativos electorales, por lo que es posible que se dé "un abanico de interpretaciones más amplio de lo normal".
Según la gestora, el consenso de Bloomberg apunta a que la inflación seguirá bajando y se situará cerca, aunque ligeramente por encima, del objetivo del banco central); que la Fed lleve los tipos de interés al 3,5% en septiembre de 2025; que el dólar se depreciará; y que los rendimientos de los bonos bajarán. Además, aunque el consenso no prevé que los rendimientos de los bonos vuelvan a los mínimos de mediados de septiembre, se espera que bajen desde los niveles actuales.
"Dados los riesgos geopolíticos antes mencionados, el posicionamiento superior a la media parece apropiado. El oro es un activo muy codiciado en épocas de tensión económica, financiera y geopolítico y estos desencadenantes podrían impulsar aún más el sentimiento positivo por el metal. En el escenario de consenso, el oro alcanza los 3.030 dólares/onza en el tercer trimestre de 2025, claramente por encima del máximo de septiembre de 2024, aunque los precios podrían moderarse en los próximos meses antes de llegar a esa cifra", sentencia Shah.
En su escenario alcista, WisdomTree cree que el oro podría alcanzar los 3.360 dólares/onza. Dicho caso de inversión contempla una inflación en niveles todavía elevados, pero con la Fed reconociendo que las fuentes de inflación escapan a su control y continuando su ciclo de recortes, así como riesgos geopolíticos elevados. El caso bajista de la gestora sitúa al metal en 2.400 dólares/onza en el tercer trimestre de 2025 debido a una Fed mucho más restrictiva, un dólar más fuerte y un fuerte rendimiento del bono estadounidense a 10 años.