"Algunas autoridades monetarias drenan la liquidez en lugar de suministrar dinero barato", segun AJ Bell
Los fuertes vaivenes de las bolsas de esta tercera semana completa de julio hacen pensar a muchos analistas e inversores que los mercados están dando muestras de la preocupación sobre que la expansión de la variante Delta del Coronavirus ralentice la recuperación económica. Otros, explican el comportamiento en las principales plazas bursátiles de este lunes, cuando se vivieron importantes recortes, y del martes, cuando el rebote no ha acabado de calar en los índices mundiales, pese a que Wall Street ha recuperado parte de lo perdido, como fruto del clásico comportamiento veraniego, cuando hay pocos volúmenes en los mercados. Pero, ¿y si los responsables fueran los bancos centrales?
"Los mercados se preocupan por la variante del Delta y por si podría impedir que la recuperación económica mundial se desarrolle tan rápidamente como se prevé", afirma el director de inversiones de AJ Bell, Russ Mould. "Pero podría haber otro factor en juego (además de los tradicionales volúmenes ligeros en verano)", anuncia, "y es la política de los bancos centrales". Según el analista, "algunas autoridades monetarias importantes parecen estar drenando la liquidez en lugar de suministrar la oleada de dinero barato que, según muchos, es una de las principales razones por las que los precios de los activos están subiendo a pesar del difícil mar de fondo", explica el experto.
Algunos supervisores monetarios se han embarcado recientemente en un tapering que el Banco Central Europeo (BCE) o la Reserva Federal de EEUU (Fed) no parecen estar en condiciones de asumir. El Banco de Canadá ha recortado por tercera vez el alcance de su programa de expansión cuantitativa, el Banco de la Reserva de Australia también ha reducido el ritmo de compra de activos y Nueva Zelanda directamente ha cortado el grifo. "Ninguno de ellos está llegando a reducir su balance, sino que lo están aumentando más lentamente o, en el caso de Nueva Zelanda, lo están conteniendo", explica Mould.
Incluso la Reserva Federal de Estados Unidos está entrando en escena. El banco central estadounidense está utilizando repos en grandes cantidades, incluso mientras continúa con las compras de activos por valor de 120.000 millones de dólares al mes. El mayor banco central del mundo "está desviando la liquidez del sistema financiero con una mano, incluso mientras la bombea con otra", valora el director de inversiones de AJ Bell.
En un repo inverso (o acuerdo de recompra inversa), un banco o un banco central vende bonos del Estado a cambio de efectivo a una serie de contrapartes, en un plazo predeterminado (a menudo de un día para otro). Por lo tanto, "esto drena el efectivo del sistema financiero, al menos si lo hace un banco central", explica Mould, y "la Reserva Federal está manos a la obra en esto ahora mismo". En el último recuento, los pasivos pendientes de la Reserva Federal en materia de repos inversos ascendían a 860.000 millones de dólares, el equivalente a más de siete meses de expansión quantitativa.
Eso sí, el experto reconoce que "es difícil hablar seriamente en el mercado de que la Reserva Federal esté endureciendo su política". "Pero quizás la Fed está sentando las bases para dar un giro en el futuro y está dando estos primeros pasos para probar cómo reaccionarán los mercados financieros (y la economía)", arguye Mould.
Por el momento, no hay señales de tensión financiera en ninguna parte del sistema, al menos según los índices de la Fed de St. Louis y de condiciones financieras nacionales de la Fed de Chicago, de eficacia probada. Ambos se mantienen muy cerca de sus mínimos históricos.
"El S&P 500 sigue cotizando en los aledaños de sus máximos históricos, por lo que, una vez más, la Reserva Federal espera que el cambio de la marea de liquidez no haga tambalearse a demasiados barcos", subraya el director de inversiones de AJ Bell. "Sin embargo, un repunte del VIX y el tropiezo del S&P pondrán a los miembros de la Fed en alerta, ya que el repunte de los tipos repo del otoño de 2019 hizo que la tan anunciada salida a bolsa de WeWork se desmoronara, que el Bitcoin se hundiera un 25% en un mes y que los mercados más amplios de renta variable y de renta fija se pusieran nerviosos, aunque muy brevemente", redondea el experto.