Los rebrotes, las dudas sobre la vacuna, las tensiones en EEUU... hay demasiadas variables negativas
El caldo de cultivo actual en los mercados es, cuanto menos, preocupante. Los rebrotes de coronavirus se multiplican en el mundo y los países vuelven a imponer medidas restrictivas. La vacuna contra el Covid parece que no va a llegar antes de final de año, como la mayoría esperaba. Estados Unidos va a la deriva hasta ver quién gana las elecciones y sus políticos no logran ponerse de acuerdo sobre los estímulos para enfrentar el virus.... Y, para colmo, estamos en octubre, el mes de los suelos de las bolsas por antonomasia.
A la espera de ver lo que sucede finalmente, da la impresión de que existe cierto despiste generalizado sobre el rumbo que tomarán las bolsas, con muy pocos que se atrevan a aventurar qué ocurrirá en el corto-medio plazo. Hay demasiadas variables sobre la mesa y todas parecen negativas. Proliferan también las dudas sobre lo que ocurrirá con el Bexit. Si al cierre de 2020 no hay un acuerdo, esta sería la puntilla que le faltaría a un año para olvidar.
"Con la perspectiva de un inminente plan de estímulo en Estados Unidos que disminuye día a día, el aumento de las tasas de infección que provoca restricciones más estrictas en toda Europa, y las escasas perspectivas en relación con una vacuna antes de mediados del próximo año, no es de extrañar que los inversores empiecen a ponerse un poco nerviosos", reconoce Michael Hewson, analista jefe de CMC Markets en Londres.
Desde que comenzó la semana, el mercado ha asistido a los desencuentros entre demócratas y republicanos en EEUU -el segundo debate entre Donald Trump y Joe Biden, previsto para este jueves, finalmente no se celebró por desacuerdos sobre el formato-, a los anuncios de Johnson & Johnson y de Eli Lilly, que han suspendido los ensayos de su vacuna contra el Covid y de su tratamiento para la enfermedad, respectivamente; a un incremento constante de las medidas restrictivas en el mundo (Francia ha impuesto toque de queda en varias ciudades, entre ellas París); y a un 'punto muerto' sobre el Brexit muy poco esperanzador.
Pese a todo, están los que parecen tener 'la bola de cristal' y se mojan en sus previsiones... y lo hacen mostrando un optimismo que contrasta con el sentimiento negativo generalizado. Es el caso del banco suizo Julius Baer, que aventura tajante que "las bolsas subirán hasta final de año". La razón principal para sostener esta hipótesis es que considera que no habrá cierres generalizados en los distintos países, si no cierres localizados, como se está viendo hasta ahora, y eso tendrá una menor repercusión económica y, por ende, una menor repercusión en la renta variable.
La previsión de Julius Baer choca con lo que se vio este jueves en las plazas europeas, con caídas muy abultadas precisamente ante ese aumento de restricciones. Además de Francia, el Gobierno de Irlanda del Norte ha fijado sus planes para su propio mini-bloqueo de cuatro semanas, mientras que el Gobierno galés está haciendo planes para cerrar la frontera con Inglaterra. El Ejecutivo de Reino Unido, por su parte, se está encontrando con resistencia al implementar sus restricciones más estrictas en las ciudades de Manchester y Liverpool.
Aun así, el banco suizo insiste en que la situación actual es muy diferente a la de hace meses, con las tasas de mortalidad significativamente más bajas en combinación con un mayor conocimiento de las vías de transmisión. "Las tasas de mortalidad más bajas implican que los grupos de riesgo, especialmente los ancianos, pueden ser protegidos más eficazmente", subraya.
"En lo que respecta a la propagación del virus, las habitaciones mal ventiladas y los lugares abarrotados de gente, en combinación con conversaciones a corta distancia, desempeñan un papel importante. Los países del Asia oriental han mostrado el camino. Las mascarillas obligatorias y el distanciamiento social, junto con las pruebas y el rastreo, son mucho más eficaces que los cierres económicos generalizado", insiste.
Sobre la base de estas conclusiones, estos expertos consideran que las medidas "selectivas" de las autoridades deberían volver a situar las tasas de reproducción del virus por debajo de 1 (es decir, contener el virus), permitiendo que se reanude la mayor parte de la actividad económica. "Los cierres selectivos ralentizarán la recuperación en las próximas semanas, pero eso debería ser temporal", concluyen.