Los banqueros centrales protagonizan una cita para la que los analistas no esperan "fuegos artificiales"
Los banqueros centrales acuden desde este jueves a su cita anual con el Simposio de Jackson Hole, que en esta edición número 46 abordará los 'Cambios estructurales en la economía global', aunque el interés de los mercados estará más centrado en el corto plazo, en concreto en las pistas que puedan ofrecer los protagonistas sobre las futuras subidas de tipos de interés y la hipotética llegada de los primeros recortes.
Sin embargo, los analistas prefieren enfriar las expectativas, y aseguran que no esperan "fuegos artificiales" para uno de los platos fuertes del encuentro, la intervención del presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, Jerome Powell, quien comparecerá ante el público este viernes.
"Muy poco ha cambiado en el panorama económico de Estados Unidos. La inflación, aunque está cediendo lentamente, sigue siendo demasiado alta para que el FOMC se sienta cómodo, incluso cuando el crecimiento sigue siendo sólido. Creemos que es demasiado pronto para que la Reserva Federal cante victoria e indique un fin explícito al ciclo de ajuste", asegura John Velis, estratega de BNY Mellon.
Lo que sí espera este analista es que las palabras de Powell redunden sobre lo ya dicho en el último cónclave monetario de la Fed, lo que implica que el banco central "sigue dependiendo de los datos y la reunión de septiembre es, como declaró Powell en sus comentarios de julio, 'en vivo', es decir, que no se descarta una subida de tipos ni una suspensión de la política".
"No creemos que los tipos suban en otoño. En lugar de ajustar el nivel de los tipos, creemos que la Reserva Federal se centrará en el período de tiempo que los tipos permanecerán en el objetivo actual del 5,5%. Es probable que la economía se desacelere a medida que aumenten las restricciones crediticias en el sistema financiero y que el mercado laboral se relaje lentamente", pronostica Velis.
Desde BNY Mellon esperan que la Fed mantenga los tipos hasta mayo de 2024, lo que está "más o menos en línea con las expectativas del mercado". Powell posiblemente no desvelará esta incógnita, aunque sus palabras serán escrutadas en busca de cualquier detalle, y es que los mercados están ansiosos por conocer cuándo comenzarán los primeros recortes de tipos.
Para los analistas de Rabobank, tanto Powell como la titular del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde (quien también interviene el viernes), "se abstendrán de dar una orientación más clara de cara a la reunión de septiembre mientras esperan las pruebas finales sobre las perspectivas económicas y de inflación".
"Los propios banqueros centrales están ocupados tratando de determinar cuánto ajuste aún necesita la economía, mientras los economistas todavía se aferran a un clavo ardiendo donde se encuentra la tasa de interés neutral. Podría decirse que tanto Powell como Lagarde están actualmente bastante contentos con las probabilidades que los mercados atribuyen a otra subida de tipos en el futuro cercano, siempre y cuando esto impida a los operadores descontar recortes de tipos que efectivamente suavizarían la postura de la política monetaria", señalan.
Además, subrayan que "todavía existen los riesgos de que ambos hagan demasiado o demasiado poco en la lucha contra la inflación, y cuantos más recortes de tipos prefieran los comerciantes, mayor será el riesgo de que los banqueros centrales tengan que subir los tipos más de lo que pretenden".
Por su parte, Salvatore Bruno, director de inversiones de Generali Investments, asegura que "los mercados esperan un tono más equilibrado" por parte de Powell este viernes, aunque no descarta que el presidente de la Fed opte por subrayar "la necesidad de mantener los tipos más altos durante más tiempo".
"Estudios recientes de la Reserva Federal plantean la hipótesis de unos tipos de interés 'neutrales' (los que garantizan el pleno empleo y un crecimiento estable del PIB) que pueden situarse en niveles más altos de lo estimado hasta ahora. Mucho dependerá de la profundidad de una eventual recesión", agrega.
Desde el banco privado suizo Julius Baer enfatizan que "cualquier pista sobre el rumbo futuro de la política monetaria en Estados Unidos, Europa y Japón será el foco de atención de los mercados financieros", y esperan que la orientación sea "que los bancos centrales quieran mantener abiertas todas las opciones por ahora en lo que respecta a las decisiones de política".
"Los datos clave han demostrado que las presiones sobre los precios y los salarios se están disipando, lo que respalda la necesidad de abstenerse de seguir endureciendo las políticas a pesar de que las lecturas de inflación siguen siendo demasiado altas. Al mismo tiempo, a pesar de un endurecimiento político récord, la economía es mucho más resistente y parece capaz de crecer a pesar de las altas tasas de interés", manifiesta David Kohl, economista jefe de Julius Baer.
En tal situación, añade, el compromiso previo del banco central con una futura trayectoria política "podría ser engañoso para los mercados financieros y proporcionar un incentivo para ignorar la incertidumbre inherente a las perspectivas actuales de crecimiento e inflación".
Joshua Mahony, analista jefe de Scope Markets, recuerda que "los mercados siguen sintiendo que un aumento en septiembre es en gran medida improbable, con solo un 13% de posibilidades atribuidas a tal movimiento".
"Sin embargo, dado que los mercados consideran una probabilidad del 43% de un aumento en noviembre, podríamos ver cierta volatilidad del dólar si Powell o sus colegas optan por cambiar el tono esta semana", concluye.