Las bolsas se encuentran en fase de rebote y las primas de riesgo se han relajado
Bolsas al alza, primas de riesgo y volatilidad a la baja ... la tranquilidad va volviendo a unos mercados que comienzan a confiar en que el plan de rescate aplicado en Europa por el Banco Central Europeo (BCE) y los gobiernos sea suficiente para contener la crisis del Covid-19, pese al desacuerdo sobre los coronabonos.
Todavía hay muchas dudas sobre los efectos económicos a corto, medio y largo plazo, pero la sensación de los inversores es que los peores momentos de la pandemia han quedado atrás. "El brote de Covid-19 ha desencadenado una respuesta fiscal sin precedentes, ya que los gobiernos han anunciado 2,8 billones de dólares en medidas de estímulo, equivalentes al 3,3% del PIB mundial", destacan los analistas de Bank of America.
Estos expertos añaden que los estímulos provocarán unos "índices de deuda significativamente más altos", aunque este efecto colateral por el momento no es lo que más preocupa a las bolsas. Y es que la respuesta fiscal, junto a los estímulos anunciados por el Banco Central Europeo (BCE) y otros organismos como la Reserva Federal (Fed), están ayudando a evitar una crisis crediticia.
Un ejemplo muy claro es la evolución de la prima de riesgo española y de la rentabilidad del bono español a 10 años, que en apenas una semana, desde el 11 al 18 de marzo, se disparó hasta el 1,24% desde el 0,23%. La intervención de emergencia del BCE, con un programa QE extraordinario de 750.000 millones de euros, ha relajado el estrés que estaba soportando la prima de riesgo española y también la italiana, lo que ha sido muy bienvenido por el mercado.
Esto no quiere decir que las medidas tomadas hasta la fecha sean la panacea y que a partir de ahora la economía se recuperará rápidamente. Simplemente, que se ha evitado un escenario aún peor de crisis financiera y crediticia unida a la súbita recesión que ya se ha producido por la crisis sanitaria.
Por ejemplo, los analistas de Berenberg consideran que la fuerte contracción en la actividad económica derivada del Covid-19 y los cierres relacionados son temporales. Y aunque la incertidumbre es elevada, su escenario base es que la etapa aguda de la crisis sanitaria ha terminado en gran medida en China y comenzará a disminuir en las naciones avanzadas para finales de abril y algo más tarde en las naciones emergentes.
"Esto será seguido por una recuperación", afirman. Aunque añaden que "las medidas de actividad económica registrarán ganancias porcentuales, pero no coincidirán con los dramáticos descensos actuales que se están desarrollando actualmente", por lo que "probablemente llevará varios años elevar la producción económica a niveles anteriores a la crisis".
En este escenario de incertidumbre, los economistas de Pimco afirman que uno de los aspectos fundamentales que faltan en la respuesta económica europea es la protección de los balances fiscales soberanos. Es inevitable que se deterioren como consecuencia de esta crisis y los países deberían tener el margen y la libertad para poder responder, afirman. "Los planes del BCE son bienvenidos, pero un compromiso más incondicional de apoyo soberano (a través del control de los spreads de la deuda) podría ser esencial", añaden.
Otro asunto pendiente en Europa, recuerdan, es un esfuerzo supranacional convincente para frenar la crisis. Más que re-distribuir el capital ya existente, se necesitaría una verdadera asignación de nuevos fondos, consideran. En este sentido, no están convencidos de que "recurrir a las líneas de crédito condicionadas del Mecanismo Europeo de Estabilidad sea una solución efectiva en este momento".
Del mismo modo, concluyen, el poco apetito político por unos bonos comunes en esta fase de la crisis les hace ser "escépticos respecto a las posibilidades de una respuesta fiscal efectiva a nivel pan-europeo". No obstante, parece poco probable un compromiso de este tipo, algo que sin duda sería muy bien recibido por el mercado pero que no tiene muchas posibilidades de producirse.