Los analistas creen que "podría ser un catalizador para un repunte de fin de año"
Scott Bessent será el próximo Secretario del Tesoro de EEUU. El presidente electo, Donald Trump, lo ha elegido para sustituir en el cargo a Janet Yellen y su nombramiento ha tenido una "cálida" acogida por parte del mercado.
"Se trata de un claro guiño a Wall Street: Bessant es un gestor de fondos de cobertura, por lo que podría ser un catalizador para un repunte de fin de año, que suele ser un periodo fuerte para el sentimiento de riesgo y los mercados bursátiles", valora Kathleen Brooks, directora de investigación de XTB.
Bessent, que dirige el fondo de cobertura macro Key Square Group, tendrá un papel crucial como asesor económico "más importante del presidente para implementar su agenda, que incluye renovar algunos de los recortes de impuestos de 2017 que expiran el año próximo, flexibilizar las regulaciones financieras, y dar prioridad al dólar. Wall Street tenía que tener un papel destacado en la nueva administración Trump y lo ha conseguido", afirma Manuel Pinto, analista de mercados.
De hecho, el futuro Secretario del Tesoro es visto como un "antídoto" a las opiniones económicas más extremas de Trump. Se le considera un halcón fiscal y está a favor de un menor gasto gubernamental. Asimismo, es percibido como un candidato relativamente "convencional y seguro".
"Bessent podría hacer algo para controlar el déficit estadounidense. También se ha pronunciado a favor de los recortes de impuestos corporativos, lo que consolida una parte de la agenda política de la nueva administración que atrae a los inversores", comenta Russ Mould, director de inversiones de AJ Bell.
Por su parte, los estrategas de Renta 4 esperan que, aun apoyando las políticas de Trump de mayores aranceles y recorte de impuestos, "priorice la estabilidad para economía americana y mercados financieros. Su elección apunta a que los aranceles propuestos serán máximos (negociables a la baja) y de aplicación gradual, a la vez que podría ser más sensible a la evolución del déficit público (recorte de gasto)".
"Se esperaba que las promesas electorales de Trump impulsaran el déficit estadounidense más que las de Kamala Harris, y un elemento clave de la operación de Trump fue la venta de bonos. En los últimos tres meses, el rendimiento del bono del Tesoro a 2 años es 45 puntos básicos más alto, y el rendimiento del bono a 10 años es 60 puntos básicos más alto. Los bonos estadounidenses han tenido un rendimiento inferior al de los bonos europeos en los últimos tres meses, ya que el mercado ha anticipado un aumento del déficit bajo la presidencia de Trump", añade Brooks.
Por lo tanto, la experta cree que es posible que veamos una reversión en la venta masiva del mercado de bonos a principios de esta semana y los rendimientos del Tesoro estadounidense podrían beneficiarse del efecto "Scott Bessant". "Los rendimientos a 10 años se negocian actualmente alrededor del 4,32%, y existe el riesgo de que la curva de rendimiento estadounidense pueda desinvertirse como consecuencia de un movimiento en el mercado del Tesoro".
Esto es debido, según remarcan desde Rabobank, a que existe la opinión de que una postura relativamente moderada respecto de los aranceles (considerándolos una táctica de negociación en las conversaciones sobre comercio y política exterior), debería significar menos inflación y, por ende, una política monetaria más flexible. Y por otro, a que "un halcón en el déficit fiscal debería significar una menor emisión de bonos del Tesoro de Estados Unidos".
"Sin embargo, hay razones muy claras para ser cautelosos a la hora de operar con esta visión, sobre todo porque ha sugerido nominar al próximo presidente de la Reserva Federal lo antes posible. Este presidente en la sombra podría entonces dar una orientación efectiva sobre cómo planean gestionar la economía una vez que termine el mandato de Powell", advierten desde la entidad.
La visión estratégica de Bessent para la economía estadounidense se centra en preservar la hegemonía del dólar estadounidense como moneda de reserva global.
"Su plan, denominado la política '3-3-3', es una maniobra audaz destinada a remodelar el panorama económico de Estados Unidos: reducir el déficit presupuestario a sólo el 3% del PIB para 2028, aumentar el crecimiento del PIB real a un vigoroso 3% mediante una amplia desregulación y aumentar la producción de petróleo en la asombrosa cantidad de 3 millones de barriles diarios. Esta audaz estrategia está diseñada para estabilizar y potenciar al dólar estadounidense, mejorando su atractivo y afirmando su dominio en el escenario mundial", concluye Stephen Innes, socio gerente de SPI Asset Management.