JP Morgan cree que hay un riesgo latente para este tipo de acciones tras el estallido de la guerra
Cuando parecía que el lujo iba a salvarse de la volatilidad y el contexto macroeconómico tras el estallido de la guerra, los expertos de JP Morgan han llegado para desmontar esta teoría. Y es que en el último informe de la entidad concluyen que el “limitado” margen de mejora de las acciones de este sector puede llevar a reducir el alcance de sus revalorizaciones.
“Tras un año de superación sostenida de los beneficios y de revisiones positivas de las previsiones, creemos que el próximo informe del primer trimestre podría ser el último en el que se produzcan sorpresas positivas generalizadas”, explican en el escrito.
El entorno macroeconómico se está volviendo “más volátil” y ven un riesgo de subida limitado para el consenso, más allá del primer trimestre, que espera un fuerte crecimiento y márgenes continuados para el resto del año, algo que no comparten estos expertos.
“Con los comentarios optimistas de las empresas en el momento de presentar los resultados del cuarto trimestre y del año fiscal para los meses de enero y febrero, y a pesar de la renovada emergencia de la Covid-19 en China, esperamos ver todavía un buen primer trimestre para el sector del lujo”, indican.
De hecho, prevén un crecimiento orgánico del 23% de media en toda su cobertura, o un 21% en comparación con el primer trimestre de 2019, antes de que comenzara la crisis del coronavirus. Sin embargo, las cifras se ralentizarán en comparación con el cuarto trimestre de 2021, aunque seguirán en un crecimiento “muy saludable”.
“Estas previsiones nos sitúan por delante del consenso para todos los nombres, con el mayor delta positivo para LVMH y Richemont”, afirman.
Sin embargo, creen que hay poco margen de error para el resto del ejercicio. “Si miramos más allá del primer trimestre, nos situamos en línea con el consenso o ligeramente por debajo de él para la mayoría de los nombres”, señalan.
Por el momento, ven un entorno relativamente benigno, que incluye un crecimiento sostenido y márgenes máximos para el resto del año. Sin embargo, el entorno macroeconómico desfavorable, con una inflación que no para de crecer y avisos por parte de muchos analistas de la posible contracción de la economía, en el que, además, observan que las cuentas se endurecen un 13% de media en el segundo semestre del año, se preguntan si el ciclo de revisión positiva de los beneficios podría hacer pronto una pausa para respirar.
De hecho, atendiendo a la situación que está dejando la guerra de Ucrania en el Viejo Continente, ya son varios los indicadores que alertan de la combinación de ambas variables. El índice PMI ya alertaba de que la economía de la zona euro se ralentizó en marzo, debido al impacto de la guerra en Ucrania, que ha provocado una desaceleración de la actividad y ha disparado el riesgo de que la eurozona y su economía comience a deteriorarse en el segundo trimestre, con un mejor crecimiento y una mayor inflación.
Puede consultar aquí el directo especial de 'Bolsamanía' sobre la guerra.
Sin embargo, las previsiones de algunas entidades como PIMCO todavía contemplan un crecimiento por encima de la tendencia histórica para las economías desarrolladas en conjunto, la gestora ha revisado su previsión de crecimiento un punto porcentual a la baja, situándola en el 3% para 2022, en comparación con las previsiones pre-guerra. Al mismo tiempo, ha elevado su estimación media de inflación en las economías desarrolladas en dos puntos porcentuales, hasta llevarla al 5% en 2022.
Eso sí, pese a todo, JP Morgan salva dos títulos que sitúan “cómodamente” por delante del consenso tanto para el primer trimestre como para el año completo. Es el caso de Richemont, con recomendación de ‘sobreponderar’, y LVMH, con la misma calificación.
En cambio, el mayor riesgo de caída se da en Ferragamo, que pasan de ‘neutral’ a ‘infraponderar’, y colocan en vigilancia de catalizador negativo hasta los resultados del primer trimestre, ya que se embarga en un nuevo viaje de cambio que debería pesar sobre el crecimiento de los márgenes para el año, dejándonos dos dígitos por debajo del consenso.