Los inversores internacionales han acelerado el ritmo de salida de sus carteras de la deuda italiana, que en el pasado mes de junio registró una reducción neta récord de 38.273 millones de euros, superando en un 13,5% el recorte de 33.703 millones del mes anterior, que ya había supuesto entonces la mayor caída mensual recogida por los datos del Banco Central Europeo (BCE).
Este ajuste en la exposición de los inversores extranjeros a la deuda italiana coincide con la renovada incertidumbre política en el país transalpino a raíz de la formación de un gobierno de coalición entre los partidos populistas del Movimiento 5 Estrellas (M5S) y la ultraderechista Lega.
De hecho, la rentabilidad exigida a los bonos italianos a diez años, que despidió 2017 por debajo del 2%, llegó a alcanzar a finales del pasado mes de mayo el 3,388%, relajándose ligeramente a continuación hasta algo por encima del 3% actual, lo que implica un diferencial respecto al 'bund' de unos 270 puntos básicos, frente a unos 150 puntos básicos al finalizar el año pasado.
La incertidumbre respecto a Italia ha provocado que la agencia Moody's decidiera este lunes ampliar el periodo de evaluación con vistas a una potencial bajada del rating 'Baa2' de la deuda a largo plazo del país transalpino, en vigilancia desde el pasado 25 de mayo, con el objetivo de contar con "mejor visibilidad" sobre la dirección de las políticas del nuevo Gobierno.
En este sentido, la agencia se mantiene a la espera de conocer las previsiones macroeconómicas y los planes del Ejecutivo italiano para los tres próximos años, que el Ministerio de Finanzas de Italia tiene previsto remitir al Parlamento no más tarde el próximo 27 de septiembre.
Asimismo, el Gobierno italiano deberá informar a mediados del próximo mes de octubre a la Comisión Europea acerca de las directrices presupuestarias para 2019, mientras que es necesario que los presupuestos sean aprobados antes de final de año.