El diagnóstico, análisis de datos o la biofarmacia, claros beneficiados de esta tecnología
La inteligencia artificial (IA) es, sin ninguna duda, una de las grandes temáticas de inversión de 2023. Los avances en este campo han copado la atención de los mercados, que han catapultado el valor de las empresas relacionadas con esta tecnología, como es el caso de Nvidia, haciendo que algunos analistas alerten de la burbuja que se podría estar formando. Sea como fuere, si bien muchos se centran en el potencial de la IA generativa, como ChatGPT, por su capacidad para transformar los modelos de producción, otros tantos señalan el potencial de esta tecnología en campos como el sector sanitario.
Es el caso de los expertos de Morgan Stanley Research, quienes creen que la inteligencia artificial y el aprendizaje automático (AA, 'machine learning' en inglés) está "proliferando en todo el sector". Según una encuesta realizada por la firma neoyorquina, el 94% de las empresas sanitarias afirmaron que emplean la IA o el AA en alguna medida, al tiempo que se prevé que la asignación presupuestaria media estimada del sector a estas tecnologías crezca del 5,7% en 2022 al 10,5% en 2024.
Con todo, aunque el uso de estas tecnologías parece estar en auge, todavía tienen que alcanzar todo su potencial como "motor de nuevas oportunidades de negocio y eficiencias" para transformar realmente este y otros sectores. En caso de que estas tecnologías alcancen una madurez adecuada para que su uso sea más amplio, Morgan Stanley ve cuatro áreas del sector sanitario que serán las claras vencedoras: el sector biofarmacéutico, la tecnología y servicios sanitarios, las herramientas de diagnóstico y la tecnología médica.
La firma neoyorquina destaca que la industria biofarmacéutica se está moviendo para desbloquear el potencial de la IA y el AA en una serie de áreas, incluido el descubrimiento de medicamentos, el desarrollo clínico, la fabricación y el compromiso médico-paciente.
Por ejemplo, en 2021, más de 100 solicitudes de medicamentos y productos biológicos a la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) incluyeron componentes de estas dos tecnologías frente a las 14 registradas en 2020. Y es que, tanto la IA como el AA, explican, podrían ayudar a acortar los plazos de desarrollo de los medicamentos, reducir el gasto en I+D y aumentar la probabilidad de éxito de los pacientes.
"Cada mejora del 2,5% en las tasas de éxito del desarrollo preclínico podría dar lugar a más de 30 nuevas aprobaciones de medicamentos en 10 años. Duplicar esta cifra podría suponer la aprobación de 60 nuevas terapias, lo que se traduciría en un valor adicional de 70.000 millones de dólares para el sector biofarmacéutico", afirma Terence Flynn, responsable de investigación biofarmacéutica en EEUU de Morgan Stanley.
A su vez, la incorporación de estas tecnologías en I+D y fabricación posicionará mejor a las empresas para escalar las mejoras mientras se identifican nuevas áreas para la automatización. Según estos expertos, estos avances podrían permitir la creación de un mercado de alrededor de 50.000 millones de dólares en la próxima década.
Por otro lado, desde la firma neoyorquina opinan que la IA y el AA ofrecen la oportunidad de impulsar el cambio y la eficiencia allá donde confluyan servicios sanitarios y tecnología. En este sentido, explican, las capacidades predictivas de estas herramientas facilitarán a médicos y otros profesionales sanitarios la detección y el diagnóstico de enfermedades con mayor rapidez.
Otras ventajas que brindan estas tecnologías podrían aumentar la precisión y eficiencia en la asignación de pacientes, diagnósticos, codificación de riesgos, procesamiento de reclamaciones, gestión de la cadena de suministro y modelización predictiva.
En última instancia, indican, esto permitirá a los sanitarios dedicar más tiempo a los pacientes, lo que podría mejorar su satisfacción y su salud.
En cuanto a los pacientes, añaden, la IA podría ayudarles a acceder a los tratamientos y a gestionarlos. De igual modo, tiene la capacidad de desbloquear los canales de distribución de seguros más eficaces y de encontrar más fácilmente farmacias locales con los precios de medicamentos más bajos, al tiempo que mejoraría los servicios de telesalud, la detección de enfermedades y las capacidades de modelado tridimensional.
Así, los analistas esperan que la IA mejore las ineficiencias en la prestación y coordinación de la asistencia para impulsar el valor en todo el ecosistema sanitario. "Vemos a las empresas centradas en el diagnóstico, la atención al paciente y los registros electrónicos de salud como las mejor posicionadas para beneficiarse", afirman.
Según estos expertos, el diagnóstico y análisis de componentes biológicos es uno de los principales ámbitos de inversión en IA y AA debido a su potencial para mejorar la atención sanitaria… y para crear nuevas oportunidades de negocio.
"Avances como la adopción de la secuenciación de nueva generación y la generalización de las historias clínicas electrónicas han abierto la puerta a diagnósticos avanzados mediante la combinación de datos genómicos con historias clínicas de pacientes, imágenes médicas y otros datos. Por ejemplo, los algoritmos podrían ayudar a comprender la causa de una enfermedad o a identificar correlaciones sutiles que no pueden analizarse con los métodos tradicionales", explican.
Así, señalan, los enfoques que proveen la IA y el AA "serán cada vez más necesarios y deseables" para las empresas que quieran aprovechar estos complejos conjuntos de datos para crear ventajas competitivas, desarrollar nuevos productos y, en última instancia, orientar la asistencia sanitaria hacia la medicina personalizada y la mejora de la atención al paciente.
De igual modo, la tecnología de monitorización destaca como otra área potencial de inversión. Por ejemplo, la tecnología médica que recopila datos de dispositivos podría identificar anomalías y recomendar tratamientos.
Según los investigadores de Morgan Stanley, la IA podría analizar las constantes vitales de los pacientes y los resultados de las revisiones preventivas para detectar, recomendar tratamientos y controlar continuamente los niveles de glucosa o la salud cardiaca y neurológica. "A más largo plazo, los implantes de cadera o rodilla equipados con sensores inteligentes permitirían a los proveedores controlar la recuperación del paciente", agregan.
Según los analistas, los dispositivos médicos que entran en juego en las primeras fases de la interacción con el paciente, como la monitorización continua de la glucosa, la monitorización cardiaca y la neuromonitorización, así como el diagnóstico y la robótica, son mercados clave para aprovechar la IA.
Con sólo el 24% de los dispositivos médicos que emplean estas dos tecnologías en la actualidad, el equipo de investigación de atención sanitaria de Morgan Stanley afirma que sigue habiendo "importantes oportunidades" en el futuro. En su opinión, las empresas más grandes son las mejor posicionadas para recopilar conjuntos de datos propios a gran escala e invertir en formación e implementación de la innovación en IA.