Aseguran que la historia dice que salir así del mercado no es lo correcto
Huir del mercado con las fuertes correcciones como las vistas hace unas semanas. ¿Es correcto? La historia dice que no, según Schroders, quien da cuatro razones para mantener la cabeza fría en esos momentos.
La primera es que, a diferencia del dinero en efectivo, la inversión en bolsa es muy arriesgada a corto plazo, pero menos a largo plazo.
"Perder dinero a largo plazo nunca puede descartarse por completo y, evidentemente, es muy doloroso cuando le ocurre a uno. Sin embargo, también es muy poco frecuente. Por el contrario, aunque el dinero en efectivo pueda parecer más seguro, las posibilidades de que su valor se vea erosionado por la inflación son mucho mayores", dicen.
La última vez que el efectivo batió a la inflación en un periodo de cinco años fue entre febrero de 2006 y febrero de 2011 y "tampoco es algo que se espere que cambie pronto", apuntan.
En segundo lugar, se han registrado caídas superiores al 10% en la mayoría de años, pero las rentabilidades a largo plazo han sido elevadas. "El riesgo de pérdidas a corto plazo es el precio a pagar por las ganancias que puede proporcionar la inversión bursátil a largo plazo", afirman.
En tercer lugar, aseguran que retirarse tras grandes caídas podría costar la jubilación: "El mensaje es abrumadoramente claro: rechazar el mercado de renta variable en favor del efectivo en respuesta a una gran caída habría sido muy malo para la riqueza a largo plazo".
Como concretan, aunque el mercado no ha caído demasiado hasta ahora, no se puede descartar una mayor volatilidad y riesgo de caídas.
"Si esto ocurre, puede resultar mucho más difícil no dejarse llevar por las emociones y caer en la tentación de abandonar la renta variable y lanzarse a por el efectivo. Sin embargo, nuestros estudios muestran que, históricamente, esa habría sido la peor decisión financiera que un inversor podría haber tomado. Es prácticamente una garantía de que se tardaría mucho tiempo en recuperar las pérdidas".
Por último, en cuarto lugar, exponen que los periodos de mayor temor han sido mejores para la inversión bursátil de lo que cabría esperar.
"El índice VIX ha alcanzado nuevos máximos en los últimos días ante el temor de los inversores a un debilitamiento de la economía estadounidense, entre otras preocupaciones. El VIX es una medida de la volatilidad que los operadores esperan para el índice estadounidense S&P 500 durante los próximos 30 días. La última vez que alcanzó un máximo significativo fue en mayo de 2022, tras la invasión de Ucrania. Sin embargo, históricamente, habría sido una mala idea para los inversores vender durante los periodos de mayor temor", destacan.
En Schroders concluyen que una inversión de 100 dólares que se hubiese mantenido en la cartera de forma continuada en enero de 1990 habría crecido hasta valer más de 2,5 veces más que 100 que hubiesen optado por cambiar de estrategia pasando de la renta variable al efectivo para después volver a las acciones durante el mismo período.
"El pasado no es necesariamente una guía para el futuro, pero la historia sugiere que los periodos de mayor temor, como el que estamos viviendo actualmente, han sido mejores para la inversión en bolsa de lo que cabría esperar".