El Kremlin ha aprobado el uso de armas nucleares tras un ataque convencional
La guerra entre Rusia y Ucrania vuelve a tener un papel protagonista en los mercados. Si el lunes el todavía presidente de EEUU, Joe Biden, autorizaba a Ucrania a atacar territorio ruso con misiles estadounidenses, este martes Rusia aseguraba haber recibido el primer ataque con dicho armamento. En paralelo, el Kremlin publicaba el decreto presidencial por el que entraba en vigor la nueva doctrina nuclear del país, que establece que el ataque contra territorio ruso por parte de un país aliado de un tercer Estado con armas nucleares será considerado una agresión por parte de esta última nación. Es decir, podría desencadenar una respuesta nuclear por parte de Moscú.
"La disuasión nuclear tiene como objetivo garantizar que un adversario potencial entienda que es inevitable la represalia en caso de agresión contra Rusia y su aliado", afirmó el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov.
A su vez, Serguéi Lavrov, ministro de Asuntos Exteriores ruso, aseguró que Rusia haría todo lo posible para evitar una guerra nuclear, aunque definió el ataque "como una nueva fase cualitativa de la guerra occidental contra Rusia y reaccionaremos en consecuencia". "Ahora, el peligro de un enfrentamiento armado directo entre potencias nucleares no puede subestimarse. Lo que está ocurriendo no tiene análogos en el pasado; estamos avanzando por un territorio militar y político inexplorado", añadió Serguéi Riabkov, viceministro de Relaciones Exteriores de Rusia encargado del control de armas y las relaciones con Estados Unidos.
"No es la primera vez que los inversores tienen que considerar una amenaza nuclear de Rusia. Pero esta es la más grave hasta la fecha. Esperemos que los dirigentes chinos intervengan para prevenir al presidente Putin contra una escalada tan grave. Hay motivos de sobra para la cautela", subraya David Morrison, analista sénior de mercados de Trade Nation.
Como era de esperar, la reacción del mercado a estos acontecimientos no tardó en llegar. Los índices europeos recortaron con fuerza este martes, al tiempo que se produjo una huida hacia activos refugio, como el franco suizo, el yen japonés o el oro. Por el contrario, las bolsas estadounidenses revirtieron parte de las pérdidas iniciales, mientras que el dólar siguió ganando terreno frente a las monedas europeas.
"La reacción del mercado es lógica, ya ayer (lunes) se podía sentir que la tensión iba en aumento. Por el momento, la reacción del mercado es contenida, algunos siguen en modo de espera", apunta Andrea Tueni, director de ventas de Saxo Banque France. Sin embargo, otros creen que todavía es pronto para cantar victoria.
Según Morrison, los principales índices norteamericanos –el Dow Jones, el S&P 500, el Nasdaq 100 y el Russell 2000– se mantienen en niveles "de soporte", lo que indica "que los inversores siguen nerviosos con el precio de las acciones de muchas empresas, que cotizan cotizan a niveles enrarecidos".
"Centrándonos sólo en el S&P, hay una banda de soporte que va de los 5.870 a los 5.800 puntos. Hasta ahora, el soporte se ha mantenido en el extremo superior de esta banda, lo que es una noticia positiva para los alcistas. Si los precios se mantienen estables, existe una posibilidad razonable de que los índices bursátiles estadounidenses vuelvan a intentar superar los máximos históricos alcanzados a principios de la semana pasada. Pero también hay razones para ser cautelosos", explica.
Entre estas razones no solo se encuentran los factores geopolíticos ya mencionados, sino también las megacapitalizaciones tecnológicas. Este grupo conocido como los 'Siete Magníficos' representa actualmente alrededor de un tercio del S&P. Dicho de otro modo: está "ampliamente sobrevalorado" para Morrison. Esto es un problema de por sí, pero se hace mucho más grande si se tiene en cuenta que Nvidia, la mayor empresa del mundo por capitalización bursátil en estos momentos y gran impulsora del 'rally' de la inteligencia artificial (IA), presenta resultados este mismo miércoles.
"Si el fabricante de chips de IA generativa supera las previsiones y, una vez más, publica previsiones positivas, esto podría sentar las bases para otra subida de los valores tecnológicos. Pero cualquier decepción podría dar lugar a una fuerte liquidación, ya que los inversores se apresurarían a recortar su exposición al lado largo. Los inversores ya están inquietos tras conocerse estos días que los chips Blackwell de Nvidia están teniendo problemas", señala este experto.
Otra de las grandes preocupaciones del mercado son los elevados rendimientos de los bonos del Tesoro estadounidense, que han subido con fuerza desde mediados de septiembre, tras el recorte de tipos de 50 puntos básicos de la Reserva Federal (Fed). Por si fuera poco, los rendimientos volvieron a dispararse tras la victoria electoral de Donald Trump, ante el temor de que sus políticas disparen el déficit y la inflación y provoquen un cambio de rumbo por parte de la Fed.
"El tipo a 10 años ha retrocedido desde sus niveles más altos, pero sigue siendo elevado y no muy por debajo del 4,50%. Si se supera este nivel, podría causar mucha preocupación entre los inversores, provocando una caída del apetito por el riesgo", explica el experto de Trade Nation.
Asimismo, el oro y la plata volvieron a subir este martes, extendiendo las ganancias de la anterior sesión, y consolidando una situación "mucho mejor que a finales de la semana pasada". Para Morrison, los mínimos marcados el pasado jueves pueden indicar "el fondo de la venta masiva" que comenzó para ambos a finales de octubre y que se aceleró tras la victoria de Trump en las elecciones presidenciales. Esta última desencadenó un salto en los rendimientos de los bonos y el correspondiente repunte del 'billete verde'.
"Estos factores fueron los desencadenantes de una sangría que sacudió a las manos más débiles de los metales preciosos. Tanto el oro como la plata pasaron de estar muy sobrecomprados a estar seriamente sobrevendidos en quince días. Si logran consolidar las ganancias de esta semana, pronto podrían volver a la senda alcista", apunta.
En este sentido, Morrison señala que el aumento de las tensiones geopolíticas "podría ser un catalizador" para las compras minoristas, algo que el 'rally' "ha echado en falta hasta ahora". "Si a esto se añade la fuerte presión compradora de muchos bancos centrales de países en vías de desarrollo (ansiosos por reducir su dependencia del dólar estadounidense), todo ello podría sentar las bases para un fuerte avance", agrega.
La sorpresa, no obstante, ha llegado por el lado del crudo. Si cabía esperar un repunte ante la amenaza de una guerra, habría sido del petróleo, pero el 'oro negro' se tiñó de rojo. Según Morrison, las "fuerzas del mercado" se están imponiendo a la amenaza de ataque nuclear por parte de Rusia, "tal vez porque los operadores de petróleo tengan la cabeza más fría y sepan reconocer un farol cuando lo ven".
"Mientras tanto, las perspectivas de crecimiento de la demanda mundial siguen deteriorándose. A ello no han contribuido los analistas de Bank of America, Citigroup y el Banco Mundial, que prevén que China tendrá dificultades para alcanzar su objetivo de crecimiento económico del 5% para 2024, a pesar de las recientes medidas de estímulo. Sin embargo, el lado de la oferta se ha visto un poco afectado por las reparaciones en el mayor yacimiento petrolífero de Kazajstán, Tengiz, que han provocado recortes de producción de hasta el 30%, y por un apagón en tierra que ha provocado el cierre completo del yacimiento petrolífero noruego Johan Sverdrup, el mayor de Europa Occidental", agrega.
Asimismo, otros activos refugio tradicionales como el ya mencionado franco suizo o el yen nipón han capitalizado esta huida hacia los valores seguros. Sin embargo, el nerviosismo sigue rodeando a la divisa asiática. Los estrategas de Rabobank recuerdan que sigue existiendo el riesgo de que el Banco de Japón (BOJ, por sus siglas en inglés) suba los tipos en diciembre. La última subida del organismo provocó un desplome generalizado de las bolsas debido a los efectos del 'carry trade' del yen.
"Se esperaba que el discurso de (Kazuo) Ueda aclarara las perspectivas de cara a esa reunión, aunque el Gobernador eligió sus palabras con cuidado y las probabilidades implícitas del mercado de una subida el mes que viene no se vieron afectadas significativamente: siguen indicando una probabilidad aproximada del 50% para una subida el mes que viene", apunta el banco neerlandés.
Estos expertos reconocen que, si bien "sería exagerado sugerir que Ueda utilizó su presentación del martes como un discurso de victoria", hubo "varios reconocimientos" de que el "círculo virtuoso" del Banco de Japón "se está estableciendo cada vez más en la economía". "Esto apoya ampliamente la opinión de que están madurando las condiciones que apoyarían una mayor retirada del estímulo monetario", apunta.
El ciclo virtuoso del Banco de Japón se centra en la idea de que unos salarios más altos para los trabajadores apoyarán el consumo y la rentabilidad de las empresas nacionales. Ueda explicó que los tipos de interés reales han sido negativos y, gracias a la favorable evolución de los precios, más bajos que en la década de 2010. Según el gobernador del BOJ, esto indica que "puede considerarse que ha aumentado el grado de acomodación monetaria". Por lo tanto, aunque la recuperación económica de Japón sigue siendo "tímida" y los datos de los salarios reales están luchando por volverse positivos, "parece haber margen para que el Banco de Japón continúe en su cautelosa senda de subidas de tipos".
Paralelamente, el ministro de Finanzas aseguró que "no hay cambios" en la postura del Gobierno de "tomar medidas apropiadas" contra los movimientos "excesivos" de la moneda nipona. Estos comentarios, señalan desde Rabobank, están "destinados a enviar una advertencia a los especuladores" que han estado reconstruyendo operaciones de 'carry trade' con el yen.
"Dicho esto, el impacto de los comentarios se ha visto claramente reforzado por el impacto de la demanda de refugio seguro de este martes. Aunque vemos margen para que el USD/JPY baje hasta 2025, el impacto del 'Trump trade' y la naturaleza vacilante de la recuperación económica de Japón hacen difícil suponer que el JPY pueda recuperar un terreno sustancial frente al billete verde. Somos partidarios de comprar yenes frente a euros y vemos margen para que el par EUR/JPY retroceda hacia 150 a 12 meses vista", sentencia el banco neerlandés.