Europa se verá más afectada que otras regiones por la dependencia energética
Las bolsas van a tener que convivir las próximas semanas con el conflicto de Ucrania de fondo. La tensión está lejos de decrecer tras los últimos movimientos de Estados Unidos y las declaraciones de Vladimir Putin, presidente de Rusia. El escenario que se avecina será mucho más volátil y se dejará notar más en Europa, debido a los vínculos del Viejo Continente con el Kremlin para la importación de gas.
En el último 'Investment Talk' de Amundi, Alessia Berardi, responsable de Investigación de Estrategias y Macroeconomía Emergentes; Francesco Sandrini, responsable de Equilibrado, Renta y Retorno Real y Yerlan Syzdykov, responsable Global de Mercados Emergentes han hablado de la situación de Ucrania y cómo puede afectar a la economía.
"La 'guerra de nervios' añade volatilidad a los activos de riesgo a nivel global", indican estos expertos. Estas implicaciones se suman a las relacionadas con las altas expectativas de inflación para 2022, el debilitamiento de los indicadores de seguimiento debido a la variante Ómicron y el hecho de que los bancos centrales se vuelvan más agresivos para actuar contra la inflación, como ha hecho la Reserva Federal (Fed) en su último Comité de Mercado Abierto (FOMC, por sus siglas en inglés).
Estas causas han dejado a la economía y los mercados en una situación delicada. Desde principios de año, se han visto fuertes rotaciones que favorecen a los valores cíclicos en detrimento de las áreas más caras y con mayor liquidez, como los de crecimiento, las criptodivisas o los títulos de crédito a la baja.
Europa es una de las regiones en las que hay que centrar la atención. Las valoraciones de la renta variable son atractivas y la inclinación del mercado hacia el 'value' es una oportunidad para los inversores globales, pero la dependencia de Rusia respecto a la energía la vuelve vulnerable a los incrementos en los costes energéticos, con su traslado inmediato a los datos de inflación, según estos expertos. Existe, por tanto, un riesgo de estanflación si la escalada va a más.
"Teniendo en cuenta la evolución de las tensiones en Ucrania y el contexto mundial, los inversores de carteras globales de activos múltiples deberían permanecer neutrales en términos de asignación de riesgos, manteniendo una postura de corta duración en la renta fija y utilizando estrategias de cobertura para los activos que más podrían sufrir en caso de deterioro de la situación geopolítica", argumentan.
A nivel de divisas, los inversores deben ser cautos con el rublo, según comentan estos analistas, a pesar de la solidez de la cuenta corriente del país y de la atractiva valoración de la moneda. Ante un escenario de alta inflación por un repunte de los precios de la energía a causa de interrupciones del suministro, el dólar se puede beneficiar por la aversión al riesgo.
En el este de Europa, aunque la guerra no les afectaría directamente, las relaciones comerciales y la dependencia energética también les haría sufrir, al contrario que los mercados de Oriente Medio.
En la actualidad prevén tres posibles escenarios. Por un lado, el compromiso pacífico de ambas partes. Esto traería consigo un alivio para la renta variable mundial. Según sus cálculos, tiene un 60% de probabilidades de que ocurra.
Por otro lado, una pequeña incursión militar a pequeña escala en la región de Donbás, controlada por los prorrusos, con el reconocimiento de la misma como estado independiente y construyendo potencialmente un puente terrestre para conectar con la región anexionada de Crimea. El impacto en la renta variable puede depender de la escala de la intervención, pero los mercados ya han descontado mucho con una gran corrección de las acciones rusas y un aumento de la volatilidad a nivel mundial. Este escenario tiene un 30% de probabilidades.
Por último, el menos probable, incluye una gran invasión, ocupando una parte significativa de Ucrania, en la que está incluida Kiev, e instalar un presidente prorruso. Esto puede considerarse un riesgo de cola, pero desencadenaría una volatilidad mucho mayor en las bolsas y el apoyo a los activos refugio para la cobertura del riesgo geopolítico, como el dólar.
Los discursos desde Estados Unidos y la Unión Europea cambian el tono con el que hablan de Rusia debido a la dependencia del Viejo Continente del gas ruso para poder producir energía. Precisamente, este punto es uno de los clave a la hora de no excluir a los bancos del país del sistema SWIFT, para poder seguir comercializando con él. Sin embargo, Washington tiene en la mano, según estos expertos, otro tipo de sanciones, como la prohibición de transacciones en el mercado secundario de las empresas estadounidenses, lo que provocaría la expulsión de los mercados a la moneda rusa, los bonos y las acciones en moneda fuerte.
"Esto causaría más dolor para el rublo y todos los demás activos rusos negociables. Un escenario en el que se prohíba la propiedad de todos los activos rusos es muy improbable, en nuestra opinión", indican. En este escenario, las medidas irían contra la deuda ya existente y no la nueva, puesto que las empresas en general y el Estado no dependen en gran medida de los inversores extranjeros. En cualquier caso, sostienen que Rusia está mejor preparada para recibir las sanciones que en 2014, cuando se anexionó Crimea.
Por todo ello, estiman que el escenario de sanciones más duras es poco probable, a menos que se produzca una escalada militar del conflicto.