Hay demasiadas incertidumbres en la mesa que hacen recomendable la "prudencia"
Las bolsas europeas no son actualmente la mejor opción para los analistas. A la guerra de Ucrania, que ha agravado los problemas de inflación, se suma la incertidumbre por lo que pueda pasar en la segunda vuelta de las elecciones francesas, del 24 de abril. Aunque se confía en el triunfo de Emmanuel Macron, una victoria de Marine Le Pen, que no se descarta en absoluto, supondría un revés muy contundente para los índices del Viejo Continente, que ya están de por sí muy tocados.
"De momento, inversión en Europa, la justa", comenta Víctor Alvargonzález, director de estrategia y socio fundador de la firma Nextep Finance, quien reconoce que hay un cúmulo de incertidumbres (la inflación, lo que pueda hacer Rusia y lo que suceda en las urnas francesas) que han neutralizado las buenas previsiones que se tenían para los índices a medida que se iba saliendo de las pandemia.
Amundi recomienda "prudencia" respecto a la renta variable europea, favoreciendo los valores estadounidenses de alta calidad y el sector del value, mientras que Bank of America reconoce que la volatilidad va a seguir acompañando a las plazas en el Viejo Continente, acrecentada por la incertidumbre electoral gala, que no se despejará hasta finales de mes.
"Por desgracia, este panorama parece haber llegado para quedarse por cierto tiempo. A Putin le quedan varios objetivos por alcanzar antes de poder presentar ante sus ciudadanos algún resultado de la invasión", avisa Alvargonzález. "Se trataría de la ocupación total del área del Donbás, el control de la frontera marítima del sur del país y la consolidación de la anexión de Crimea. Más guerra y, por lo tanto, sanciones cada vez más duras para tratar de impedir el baño de sangre en Ucrania. Las medidas podrían afectar al petróleo y al gas ruso, cuya sustitución supone más inflación y menos crecimiento en Europa", añade.
Moody's Investors Service recoge en su último informe que una suspensión total de las exportaciones energéticas rusas a la Unión Europea (UE) provocaría probablemente un racionamiento energético en los países más dependientes del gas ruso, lo que "posiblemente desencadenaría una recesión económica en Europa y elevaría el riesgo de una recesión mundial".
"Aunque el corte total de las exportaciones rusas de energía a la UE no es nuestra hipótesis de base, sus efectos negativos repercutirían en todas las clases de activos, especialmente en las empresas europeas de servicios públicos, en los sectores no esenciales pero intensivos en energía y en los emisores mundiales sin grado de inversión con necesidades de refinanciación a corto plazo", afirma Laura Pérez, analista de Moody's.
S&P también ha alertado de las consecuencias económicas para Europa de toda esta situación, y del shock que supondría una "ruptura comercial" entre Alemania y Rusia. "Podría hacer mella en el sector manufacturero alemán, uno de los tres centros mundiales de fabricación además de Estados Unidos y China", ha anticipado Paul Gruenwald, economista jefe de S&P Global.
"Ello se traduciría en un descenso del PIB, del empleo y de la confianza (alemanes), lo que provocaría una especie de shock macrofinanciero. Ese es el tipo de escenario que nos preocupa y que podría mover la aguja", ha reconocido.
En la búsqueda de alternativas de inversión, desde eToro aconsejan renta variable japonesa, tal y como explica Ben Laidler, estratega de mercados globales de la plataforma de inversión en multiactivos.
La bolsa de Japón “comparte muchos de los atractivos de inversión de Europa, como los bajos tipos de interés, las valoraciones baratas, una composición de los índices más cíclica y empresas globalizadas y competitivas, desde Sony hasta Toyota”, afirma este experto.
Con todo, "con menos vientos en contra, como la guerra de Ucrania, la dependencia energética de Rusia y la inflación del 7%, Japón es un refugio relativamente más seguro para quienes buscan mantener una exposición cíclica al crecimiento mundial", concluye.