Ante el mundo bipolar que se ha creado y para cubrirse de los posibles efectos de la desglobalización
Credit Suisse ha avisado a los inversores de que deben empezar a proteger sus carteras ante los efectos de la desglobalización y la aparición de un mundo bipolar con una cada vez más marcada diferencia entre Occidente y Oriente. ¿Cómo y cuándo hacerlo? Según los expertos del banco suizo, "puede que sea demasiado pronto para que los inversores cambien radicalmente de rumbo", aunque sí pueden ir adoptando determinadas decisiones ante las "señales de advertencia" que ya está mandando el mercado. Lo mejor, dicen, es apostar por "activos reales".
Alexandre Bouchardy, jefe de estrategia de inversión en Credit Suisse Asset Management, ha desvelado qué es lo que propone la gestora del banco suizo ante el nuevo escenario que se ha originado por la invasión rusa de Ucrania. "Febrero de 2022 puede pasar a la historia como un momento decisivo, un punto de inflexión en el que el mundo comenzó a separarse entre Occidente -con los países democráticos liderados por Estados Unidos y sus aliados- y el Oriente autocrático liderado por China y Rusia".
El experto apunta que estas tensiones "llevaban años germinando", pero lo cierto es que ahora más que nunca los inversores se enfrentan a una situación en la que "China estaría emergiendo como un competidor que desafía al poder establecido, Estados Unidos". "Muchos piensan que el objetivo del gigante asiático es reorganizar el orden mundial para establecer un sistema que refleje mejor la importancia de este país en el mundo y esté más en sintonía con sus valores".
Sea como sea, destaca el estratega, la historia demuestra que una situación geopolítica como la actual, en la que se cuestiona la hegemonía, provoca una "situación inestable" de la que los mercados no podrán escapar. "Socava la estabilidad global", como también lo hace el auge de los populismos, por lo que los inversores deben estar preparados.
No obstante, desde Credit Suisse remarcan también que no es la única preocupación que debería afectar a la estrategia de inversión. El hecho de que el mundo esté entrando en una fase de desglobalización es algo que no se debería ignorara la hora de configurar las carteras.
"La relocalización gana importancia en un mundo desglobalizado", destaca Bouchardy, que recuerda que aunque el debate sobre el posible retroceso de la globalización "está todavía candente, hay una serie de indicadores que podrían al menos servir como señales de advertencia para los inversores atentos".
A saber: el comercio como porcentaje del PIB, que ha venido aumentando constantemente desde mediados de la década de 1980, se ha estabilizado desde la crisis financiera mundial, sin olvidar que las barreras comerciales están aumentando y a esto se suman los aranceles que se implementaron durante la presidencia de Donald Trump. Más recientemente, además, Rusia ha recibido fuertes sanciones "destinadas a desvincular al país" de las economías occidentales y su sistema financiero.
Asimismo, destaca este experto, la pandemia de Covid-19 "ha puesto de relieve la vulnerabilidad de la cadena de suministro mundial", lo que ha dado lugar a que los gobiernos y las empresas busquen formas de atenuar las dependencias externas. No se retiran de China, pero lo cierto es que ya muchas multinacionales occidentales han "diversificado sus líneas de producción", por ejemplo, mandándolas a otros países como Vietnam y la India.
"El deseo de producir más cerca de donde se consumen los bienes -la llamada relocalización- está cobrando cada vez mayor importancia, mientras que el 'friend-shoring' (producir en países de confianza y políticamente afines) puede convertirse en la consigna de un mundo bipolar", apunta Bouchardy.
Además, cree que la desglobalización puede "conducir a una disminución de la eficiencia y la productividad, a un aumento de los precios generales por la subida de los costes de mano de obra e insumos, así como a la contracción de los márgenes". Y esto es algo que los inversores también deben tener en cuenta.
¿CÓMO ASIGNAR ACTIVOS?
Así las cosas, Credit Suisse pide repensar muy bien en qué se invierte en cada momento si se quieren evitar sustos en el futuro. "Puede que sea demasiado pronto para que los inversores cambien radicalmente de rumbo, pues a través del diálogo y los acuerdos basados en el respeto mutuo se pueden alcanzar resultados positivos", dice el experto sobre su teoría del surgimiento de un mundo bipolar.
Pero apunta que "la asignación estratégica de activos debería, como mínimo, prever un cambio radical en el orden mundial". Y es que hay "una serie de señales de advertencia que nos recuerdan períodos difíciles y no se pueden ignorar".
Según defiende Credit Suisse, los inversores "deben seguir vigilando de cerca la situación para evaluar su evolución", y recuerda que los indicadores económicos, políticos y sociales son "fundamentales" para realizar este seguimiento. Es entonces, cuando tengan todos los datos encima de la mesa, cuando deberán tomar decisiones.
Tal y como dice Bouchardy, "desde el punto de vista de los inversores a largo plazo, el principal objetivo debe ser identificar qué tipo de activos tendrían un buen rendimiento y cuáles se verían afectados negativamente en caso de un cambio de paradigma".
"Creemos que se debería dar preferencia a los activos reales, como las materias primas, el oro, los bonos indexados a la inflación, determinados bienes inmuebles y la renta variable", dice este experto, que remarca que mientras que las multinacionales "se verían afectadas negativamente, las empresas centradas en el ámbito nacional se beneficiarían de la desglobalización".
Además, apunta que las letras y los bonos "podrían verse negativamente afectados debido a la tendencia de los gobiernos a utilizar la inflación para salir de los problemas". Por eso cree que es bueno mirar atrás y ver qué ha pasado en la historia para elegir el mejor activo en cada momento. Sobre todo teniendo en cuenta que desde principios del siglo pasado "los períodos caracterizados por la represión financiera han conducido a una rentabilidad real positiva de la renta variable y a un rendimiento negativo de los bonos nominales".
Por último, dice que son los inversores los que "deben decidir cuándo es el momento de cambiar de rumbo". "Esta decisión debería basarse en un análisis probabilístico, teniendo en cuenta el contexto histórico y en relación con las primas de riesgo de activos cruzados", porque dependiendo de las valoraciones, como las primas de riesgo, "puede que valga la pena asumir algunos riesgos a pesar de la difícil situación", destaca Bouchardy.
Credit Suisse indica que, por el contrario, "es posible que otras clases de activos deban ser rechazadas por completo porque las primas de riesgo no reflejan el cambio de paradigma". "Como individuos e instituciones responsables, necesitamos actuar y prepararnos para un desenlace pacífico óptimo", pero al mismo tiempo "deberíamos empezar a planificar la combinación de activos adecuada para proteger nuestras carteras de las posibles consecuencias negativas relacionadas con el surgimiento de la desglobalización y de un mundo bipolar", concluye.