"El entorno actual requiere estrategias de inversión más reflexivas"

Las bolsas europeas están "bien situadas para recuperarse" si hay una evolución positiva en Ucrania

Virginia Mora
Bolsamania | 28 dic, 2022 06:00 - Actualizado: 11:39
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"El entorno actual requiere estrategias de inversión más reflexivas que simplemente perseguir el crecimiento de las ganancias y un mayor rendimiento, independientemente de las valoraciones o el riesgo crediticio". Son palabras de los expertos de AXA IM, que han elaborado una guía, como vienen haciendo otras gestoras y casas de análisis, con consejos de inversión de cara a 2023.

Chris Iggo, presidente del Instituto de Inversiones AXA IM y CIO de AXA IM Core, ha explicado cuáles son las perspectivas de la gestora en un comentario, en el que indica que tras un complicado 2022, con el final del año los mercados parecen haber encontrado "una base más estable", aunque no por ello se puede bajar la guardia. Y es que "la inflación es alta y solo muestra signos de moderación", y en su opinión "no es probable que los bancos centrales dejen de subir los tipos hasta bien entrado el nuevo año".

"Esperamos una recesión en ambos lados del Atlántico", dice este experto, y eso sin duda condiciona los consejos de inversión de AXA IM de cara al próximo año. Apunta Iggo que "la modesta recuperación de los precios de los activos hacia fines de 2022 no debe verse como un paso hacia la revisión de los picos de valoración de los últimos años", porque "es probable que la relación precio-beneficio de las acciones se mantenga por debajo de sus máximos y que los rendimientos de los bonos no vuelvan a acercarse a cero".

Asimismo, ve poco probable que se repita en el corto plazo "el tipo de rendimiento de capital que disfrutaron los inversores en la era de la flexibilización cuantitativa". Y de ahí su recomendación de seguir una estrategia de inversión "más reflexiva" de cara a los próximos 12 meses.

Según Iggo, es probable que a principios de 2023, "con la incertidumbre macroeconómica todavía relativamente alta, los inversores mantengan un nivel defensivo". "No se deben descartar la volatilidad y los períodos continuos de pérdidas", dice, y por eso es clave cómo se configuran las carteras. Aunque cree que los inversores de renta fija serán "los que más se beneficiarán del pico de la inflación y los tipos".

"Para los mercados de bonos, la compensación entre rentabilidad y riesgo ha mejorado. Los rendimientos son más altos, en comparación con la situación de los últimos años, y esto proporciona más 'carry' para los tenedores de bonos y mejores oportunidades de ingresos para nuevas inversiones de renta fija", destaca el experto de AXA.

También cree que con mayores rendimientos, "la renta fija tiene el potencial de desempeñar un papel más importante en las carteras de activos múltiples". Tal y como señala, "si las acciones luchan con el entorno de crecimiento, los bonos pueden proporcionar una cobertura y una alternativa para aquellos inversores que priman los ingresos".

RENTA FIJA: ¿DÓNDE INVERTIR?

Iggo también comenta que "el nuevo régimen de los mercados de renta fija y estrategias relacionadas es más equilibrado", y aunque en los últimos años "los rendimientos estuvieron dominados por las ganancias de capital", ahora los ingresos "deberían ser un contribuyente más significativo a los rendimientos totales". Esto, dice, tiene implicaciones en la construcción de la cartera, ya que "los bonos se adaptan mejor a las estrategias centradas en los ingresos, además de permitir a los inversores institucionales una mayor flexibilidad para cumplir con los pasivos sin asumir riesgos innecesarios de crédito o liquidez para alcanzar los objetivos de rendimiento".

Desde AXA apuntan que este enfoque en los ingresos, con un potencial de ganancia de capital "más modesto", respalda los mercados de bonos corporativos. Sin embargo, no se puede olvidar que es posible que "los prestatarios sean cuestionados y esto podría impactar en el nivel de los diferenciales de crédito", que se mantienen por debajo de los máximos observados en anteriores períodos de tensión.

"Esto significa que para calificaciones crediticias similares, los rendimientos actuales son significativamente más altos que en los últimos años", lo que cree Iggo que "proporciona un atractivo potencial de rentabilidad, ya que las empresas han gestionado bien sus balances en general", liquidando la deuda, conteniendo los niveles de apalancamiento y asegurando una buena cobertura de intereses.

Además, apunta que de cara a 2023 cree que el crédito de alto rendimiento tendrá un papel destacado en las carteras. "Por supuesto, los incumplimientos aumentarán un poco, pero no nos preocupa una gran ola de incumplimientos relacionados con el refinanciamiento". Como apunta, dada la estrecha relación entre el exceso de rendimiento de los bonos de alto rendimiento (en relación con los bonos del gobierno) y los rendimientos de las acciones, "consideramos que el alto rendimiento es una opción de riesgo relativamente menor en una eventual recuperación de los rendimientos de las acciones".

Entonces, ¿hay que olvidarse de la renta variable? Iggo señala que el repunte del mercado de renta variable del cuarto trimestre de 2022 se ha visto impulsado, principalmente, por las expectativas de inflación y tipos altos, pero "debe juzgarse frente a una perspectiva de ganancias en deterioro y en un entorno en el que los tipos de interés van a ser más altos de lo que han sido durante años". "Estos seguirán siendo obstáculos para las acciones durante algún tiempo", remarca el analista de AXA, que afirma que incluso después de la "importante reducción de calificación ya observada", los mercados bursátiles "aún son vulnerables a la recesión de ganancias esperada".

TODO DEPENDE DE LOS PRECIOS DE LA ENERGÍA

Con las acciones, es posible que se produzca una rotación de sectores y estilos en el futuro. Como comenta Iggo, "las acciones de energía han tenido un rendimiento superior gracias a los altos precios del petróleo y el gas", aunque recuerda que históricamente las ganancias del sector energético "son más cíclicas y tienen un menor potencial de crecimiento a largo plazo que los sectores más dinámicos de la nueva economía que se han visto más afectados por la reducción de calificación del mercado".

Bajo su punto de vista, las perspectivas a largo plazo de las empresas de energía tradicionales se ven desafiadas por el impulso de la transición energética, de forma que aunque los precios pueden permanecer altos, "esto no está garantizado si el crecimiento socava la demanda de energía o si hay nuevos desarrollos en el lado de la oferta (el fin de la guerra en Ucrania, el regreso de Irán a los mercados petroleros mundiales, etc.)".

"No es raro tener años consecutivos de rendimientos negativos de las acciones. Sin embargo, creemos que el panorama es más equilibrado; las ganancias están bajo presión pero las valoraciones son más atractivas", apunta el experto de AXA, que destaca que fuera de EEUU los mercados "han visto caídas significativas en los múltiplos de precio-beneficio", por lo que cree que las bolsas europeas "estarían bien situadas para recuperarse si se produjera una evolución positiva en Ucrania".

También señala que "Asia se beneficiará de una recuperación post 'cero Covid' en China. Sin embargo, a largo plazo, no es probable que la prima de valoración de EEUU se vea cuestionada dado el dominio de la tecnología estadounidense, un mayor nivel de seguridad energética y una demografía más positiva. Aunque a corto plazo algunas partes del mercado estadounidense con precios elevados "siguen siendo vulnerables".

"El ajuste global obligó a una revaluación en todas las clases de activos. Las expectativas de flujo de efectivo se han visto cuestionadas y los inversores deberían tener menos confianza en las estrategias de crecimiento del capital a medida que ingresamos en 2023", destaca Iggo, que cree que los rendimientos de los bonos "deberían mejorar en relación con la volatilidad".

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