Si el banco vendiera la participación de su filial turca a un precio mínimo, el impacto sobre su solvencia sería "muy reducido"
MADRID, 7 (EUROPA PRESS)
El Banco de España considera que un potencial problema de liquidez en Garanti no se extendería ni afectaría a la totalidad del grupo BBVA, a pesar de ser su mayor accionista con una participación del 49,9%, debido a su modelo de negocio descentralizado, que permite mantener una elevada autonomía financiera.
Así consta en el informe sobre Estabilidad Financiera correspondiente al mes de noviembre elaborado por el Banco de España, que añade que la descentralización de riesgos elimina la existencia de cualquier obligación establecida y tampoco establece líneas de liquidez comprometidas desde el grupo hacia la filial.
Además, el banco presidido por Francisco González, quien será sustituido por Carlos Torres Vila a partir del 1 de enero de 2019, realiza coberturas parciales para mitigar la fluctuación de la lira turca en el valor de los fondos propios y en el beneficio que aporta su participada.
De este modo, la autoridad monetaria dirigida por Pablo Hernández de Cos asegura que, en el caso hipotético extremo de la venta de esta participación por un importe mínimo, el impacto sobre la ratio de capital CET1 --que mide la solvencia de una entidad-- sería "muy reducido" para BBVA.
No obstante, el Banco de España apunta a la renovación de la financiación mayorista en moneda extranjera y a una mayor desaceleración económica y depreciación de la lira turca como principales preocupaciones sobre la evolución futura de la filial turca del 'banco azul'.
En el primer caso, que tiene que ver con la financiación en los mercados mayoristas, el organismo de supervisión bancaria destaca el único vencimiento que la entidad turca tiene este año, que es este mismo mes de noviembre, concretamente un préstamo sindicado con un tramo en dólares de 405 millones y otro, en euros, de 649 millones.
La segunda preocupación está relacionada con que una peor evolución de la economía turca tendría un impacto "relevante" en el deterioro de la calidad de la inversión crediticia, particularmente en los acreditados que se financian en moneda extranjera, que a cierre de junio de 2018 ascendía a alrededor del 40% y se centraba en empresas.
BBVA es el único banco español que tiene intereses económicos significativos en Turquía, siendo el mayor accionista de la segunda entidad privada más importante del país y el tercero si se incluyen los públicos. Cuenta con 73.000 millones de euros en activos, el 11% del total del grupo español. Asimismo, con 748 millones de euros en beneficio, Garanti aporta --en función de la participación-- 373 millones de euros a BBVA (14% del beneficio atribuido del grupo).
En este contexto de deterioro financiero y ajuste intenso, aunque reactivo, de las políticas monetarias, las perspectivas económicas del Banco de España para Turquía son de una "intensa" desaceleración a partir de la segunda mitad de 2018, pudiendo entrar en recesión en 2019.
EMERGENTES Y COTIZACIONES DE LOS BANCOS
Por otro lado, la fuerte apreciación del euro frente a las divisas de los principales países emergentes --más de un 30% frente a la lira turca o casi un 20% contra el real brasileño--, se vio agravada a partir en los meses de verano a raíz de la crisis desatada en Turquía que provocó un aumento significativo de la volatilidad en los mercados de divisas y terminó afectando a la cotización de muchos bancos.
Los activos financieros en el exterior de las entidades de depósito españolas han aumentado hasta superar el 45% y colocarse con una posición "relevante", a pesar de que hace sólo cinco años no rozaban ni el 30%.
El Banco de España ha hecho hincapié en este sentido en el modelo de gestión de liquidez y descentralizado que siguen los bancos españoles en su operativa en el exterior, en el que cada filial debe gestionar sus necesidades de forma autónoma, y el hecho de que la actividad se realiza mayoritariamente (83,9%) en la moneda local de los países en los que desarrollan su actividad.
En casi toda la primera mitad del año, las cotizaciones de los bancos europeos, a excepción de los alemanes que han caído a lo largo de todo el año y de los italianos cuya cotización subió en los primeros meses del año, se mantuvieron relativamente estables.
Fue a partir de mediados de mayo cuando la cotización de los bancos europeos, particularmente los italianos, comenzó a caer y ha mantenido una tendencia descendente desde entonces. Como resultado de este comportamiento, las cotizaciones de los bancos de los principales países europeos han caído entre el 24% y el 26% en lo que va de año, y la de los bancos alemanes por encima del 40%.
Los bancos españoles han seguido la misma tendencia y han caído un 24% entre el 1 de enero y el 30 de octubre de 2018. Estos descensos en las cotizaciones se traducen en una caída del cociente entre el valor de mercado y el valor en libros de los sistemas bancarios europeos.