Los analistas advierten de que se avecina una negociación Reino Unido-UE llena de obstáculos
Hasta hace no mucho Boris Johnson y su Brexit "sí o sí" eran poco menos que el demonio y se clamaba por un segundo referéndum. Al mercado no le convencía el primer ministro ni mucho menos sus planes de salir de la Unión Europea incluso sin acuerdo. Sin embargo, después de meses y meses de incertidumbres, de 'noes' del Parlamento británico y de callejones sin salida, las bolsas y la libra están premiando su triunfo aplastante por dos motivos principales:
1. Da un respiro a la economía británica. "La magnitud de la derrota del Partido Laborista significa que el tipo de cambios radicales que le aguardaban a la economía (si hubieran ganado) es menos probable que se materialicen. Esta es una buena noticia para los inversores, que están esperando que la política británica les aclare la dirección que tomará la economía", explica Jasper Lawler, responsable de análisis de London Capital Group.
"La mayoría aplastante de los conservadores dará a la economía un respiro muy necesario durante los próximos seis meses. La confianza de las empresas debería recuperarse ahora que un Brexit sin acuerdo no es un riesgo en enero de 2020 y las perspectivas para la política interior en los próximos cinco años son relativamente claras. Muchas empresas podrán invertir sabiendo que el impuesto de sociedades probablemente no se incrementará, que los salarios no aumentarán rápidamente y que la agenda socialista del Partido Laborista no se aplicará pronto", apuntan desde Pantheon.
2. Da a Johnson la fortaleza y autonomía necesarias para negociar un Brexit ya pactado. "El punto principal es que ahora hay una hoja de ruta acordada para el Brexit y ahora hay un primer ministro que tiene un fuerte mandato del pueblo británico para sacarla adelante y para hacer lo que crea que es mejor", reconoce Lawler.
"La gran mayoría de los conservadores proporciona al primer ministro Johnson una flexibilidad suficiente durante las importantes conversaciones comerciales con la UE el año que viene. Una gran mayoría le facilita hacer que el Parlamento acepte ya sea una extensión del período de transición o acceder a algún tipo de toma de decisiones para facilitar un acuerdo comercial semi-decente", añaden desde Pantheon.
Pese a todo, los analistas advierten de que queda mucha negociación por delante entre Reino Unido y la UE y muchos obstáculos por superar.
"Como hemos destacado varias veces, es sólo el final del principio de Brexit. El acuerdo del primer ministro Johnson sólo trata de asegurar una retirada ordenada y las negociaciones sobre la futura relación están a punto de comenzar. El problema es que Johnson se ha comprometido a no prorrogar el período de transición, que finalizará el 31 de diciembre de 2020. Esto deja sólo 11 meses para negociar la futura relación, desde los bienes, los servicios y los mercados financieros, hasta el intercambio de datos", advierten los expertos de Danske Bank.
Además, está el hecho de que el Brexit en sí, aunque es algo ya prácticamente consumado, sigue siendo algo que no gusta a muchos y que nunca ha gustado. "El Brexit es un juego perdedor para la economía y ahora es sólo una cuestión de tiempo cuándo y cuánto dolor adicional infligirá", avisan desde Pantheon.
"El manifiesto de los conservadores afirma claramente que el período de transición no se extenderá más allá de diciembre de 2020. El Acuerdo de Retirada también establece que cualquier solicitud de prórroga debe ser aprobada a finales de junio, cuando el gobierno del Reino Unido probablemente todavía tenga expectativas poco realistas para el acuerdo comercial. Con toda probabilidad, entonces, Reino Unido se enfrentará al incómodo alto riesgo de que en diciembre de 2020 se produzca otro precipicio del Brexit, lo que frenará de nuevo la economía en el segundo semestre del año que viene", advierten estos expertos.
Moody's insiste en esta misma idea y remarca que "es poco probable que la incertidumbre relacionada con el Brexit disminuya durante más que unos pocos meses dado el periodo de transición relativamente corto con el que está comprometido el actual primer ministro".