Los analistas de Bankinter apuestan por productos que repliquen el comportamiento de bancos e industriales
La victoria de Donald Trump ha alterado las expectativas de los inversores. Los analistas examinan ahora qué activos se podrán ver beneficiados del nuevo rumbo de la política norteamericana, y ven oportunidades incluso a corto plazo. En Bankinter, las recomendaciones en este sentido son dos ETF, uno de bancos y otro de empresas industriales.
“Lo que realmente importa esta semana es comprobar si, en una especie de segunda ronda, las bolsas aguantan el tono tras la victoria de Trump”, subrayan los analistas de Bankinter en su informe semanal de mercados. Por ahora, está teniendo lugar “una rápida rotación de sectores desde eléctricas, renovables e inmobiliarias hacia industriales, bancos y farmas”, agregan.
Lo que realmente importa esta semana es comprobar si, en una especie de segunda ronda, las bolsas aguantan el tono tras la victoria de Trump
No obstante, advierten de que la reacción de los mercados hasta ahora “puede que haya sido demasiado buena. Sobre todo las bolsas. Sería normal que esta semana un poco el torno, dando lugar a tomas de beneficios, pero tal vez no suceda”, anticipan estos expertos.
SECTORES BENEFICIADOS
Así, bajo este contexto realizan dos recomendaciones de corto plazo, exclusivamente para “perfiles dinámicos y agresivos”. En ambos casos son ETF compuestos por valores norteamericanos. El primero, el SPDR Select Sector Financial (XLF), un ETF de State Street compuesto por bancos estadounidenses.
“El aumento en la rentabilidad (TIR) del mercado de bonos impacta positivamente en las perspectivas del sector financiero, especialmente en Estados Unidos”, argumentan en Bankinter. “La mejora del ciclo económico y unos múltiplos de valoración atractivo soportan un escenario de revalorización a medio plazo”, añaden.
Por otro lado, apuestan por el iShares US Industrials (IYJ), un ETF de iShares. En este caso, la recomendación de comprar el producto de la divisón de fondos cotizados de BlackRock se basa en que “la mejora del ciclo económico, la estabilización en el precio de las materias primas y la mejora en el sentimiento inversor juegan en favor de las empresas industriales a medio plazo”.