Los analistas ven plausible la paridad entre el euro y la libra
La libra ha rematado una semana de infarto, dejando un nuevo mínimo de más de tres décadas en la sesión asiática del 7 de octubre, alrededor de los 1,18 dólares. Error humano, fallo en los algoritmos o caída en cascada de posiciones 'stop-loss', el caso es que la divisa británica ha sido presa de una oleada vendedora que se podría repetir a medida que Reino Unido avance en el camino del Brexit.
Tras el varapalo de este viernes, los analistas consultados coinciden en afirmar que, sea cual sea el origen del abrupto descenso de un 6% en la divisa contra el dólar y de un 5% contra el euro durante la madrugada del viernes, es sólo una pequeña muestra de la volatilidad que dominará la libra en los meses próximos y que puede llevar a la libra a la paridad con la moneda única. De hecho, las negociaciones entre Reino Unido y la Unión Europea (UE) no han ni siquiera empezado y gran parte de la acción del precio de la última semana es consecuencia de los temores sobre un Brexit duro, alentados por las declaraciones de la primera ministra británica.
Cuando Theresa May fijó la fecha de marzo de 2017 para activar el artículo 50 del Tratado de Lisboa, e iniciar así propiamente la desconexión de la Unión Europea, convirtió el abandono del país de la Europa de “los Veintiocho” en algo tangible y mucho menos fácil de lo esperado.
Desde J.P. Morgan atribuyen el desplome de la divisa de Reino Unido a que “los inversores internacionales largoplacistas han empezado a repatriar su exposición a la libra, algo que no pasó en el período previo al referéndum o inmediatamente después”. “Se estaba esperando a que el Gobierno de May clarificara qué tipo de Brexit persigue y muchos, presumiblemente, estaban esperando que la salida del país de la UE fuera mucho más suave y que se minimizara el impacto económico en el largo plazo”, explican desde el banco de inversión.
J. P. Morgan: Los inversores internacionales largoplacistas han empezado a repatriar su exposición a la libra, algo que no pasó en el período previo al referéndum o inmediatamente después
Tales esperanzas se desvanecieron después de la conferencia del partido conservador y May volvió a arremeter a media semana contra “los Veintiocho” con mensajes a sobre que el Brexit es una revolución silenciosa y que esperan unas duras negociaciones por delante. Así, es razonable atribuir la posterior depreciación de la libra de un 5% en la semana, contra el euro, y de cerca de un 6%, contra el dólar, -en precios de cierre- a que muchos de estos inversores han empezado a reconsiderar sus posiciones.
Las respuestas de los líderes europeos no han ayudado al desasosiego general. Comentarios como los del presidente de Francia, François Hollande, quien ha dicho que la UE se tiene que mantener “firme” ante Reino Unido o de la canciller alemana, Angela Merkel, recomendando a los responsables de las empresas europeas no alcanzar a “acuerdos cómodos” con Gran Bretaña que puedan poner en peligro principios fundamentales de la Unión, no han hecho más que avivar la tensión reinante.
Michael Hewson, analista de CMC Markets, recuerda que Europa “ya está en medio de una crisis existencial y políticos como Hollande no hacen más que avivarla”. Para este experto, el hecho de que desde la UE no se quiera ceder terreno en las negociaciones “acabará volviéndose en contra de Europa, que vive una crisis sistémica en su sistema bancario”.
LA PARIDAD ES POSIBLE
La incertidumbre política no aflojará en los próximos meses. De hecho, es más que probable que los nervios en los mercados y la volatilidad aumenten la vulnerabilidad de la libra contra sus principales rivales.
Después de la rotura del importante soporte de los 1,25 dólares, el siguiente destino para la libra/dólar son los mínimos de 1985 en los 1,05 dólares. “El aspecto técnico de la libra/dólar en el largo plazo es marcadamente negativo”, indica Peter Rosenstreich, analista técnico de Swissquote y “el precio objetivo de los 1,052 dólares, mínimos del 1 de marzo de 1985 son un objetivo más que asequible”, señala el experto.
En cuanto al cruce entre el euro y la libra, José María Rodríguez, analista técnico de Bolsamanía, no descarta "la vuelta a los niveles máximos de 0,98 libras", anticipa. Y añade: "Evidentemente estamos hablando de un potencial objetivo de medio plazo, pero sin lugar a dudas es objetivo probable a tener en cuenta. De hecho, los mínimos y máximos crecientes están ahí y así sólo cabe seguir haciendo una cosa: subir”, explica Rodríguez.
En cuanto a la pregunta de si la paridad es posible contra el 'billete verde', la mayoría de expertos consultados descartan, por ahora, esta idea. Aunque, contra la moneda única, analistas de HSBC ya apuestan porque la libra se cambie a un euro y desde algunos fondos de inversión creen que irá más allá y caerá por debajo de la divisa compartida.
En los últimos 45 años, la libra jamás ha operado en el cambio de uno a uno contra el dólar. El precio más bajo al que se ha llegado a cambiar la libra se alcanzó en 1985, en los 1,05 dólares, mientras que el euro escaló hasta las 0,98 libras en diciembre de 2007. Para tocar la paridad, la libra debería caer otro 20% contra el dólar y el euro tendría que escalar un 11%. Y aunque desde la celebración del referéndum la cotización de la libra se ha hundido casi un 22% frente al dólar, la paridad es algo “poco plausible por ahora y que necesitaría una razón de peso como, por ejemplo, que la economía de Reino Unido se viera diezmada por el Brexit”, explica Kathy Lien, fundadora de BK Asset Management.
PRIMEROS SÍNTOMAS
Por el momento, los síntomas no dejan de ser incipientes, pero revelan que el país no está pasando por buenos momentos. El elevado déficit por cuenta corriente de Reino Unido, que se sitúa en el 5% del PIB, no se aliviará en el corto plazo ya que Reino Unido no es una potencia exportadora, así que sólo se puede paliar mediante una reducción del consumo doméstico. Analistas de BlackRock alertan que la depreciación de la libra acabará por hacer repuntar la inflación, de la misma manera que acabará impactando en el crecimiento del país y en el empleo.
Por ahora, los recientes datos macroeconómicos son contradictorios: después de unos buenos resultados de las encuestas de gestores de compra, la producción manufacturera e industrial de agosto se ha desplomado por debajo del consenso del mercado. Así que si el resultado del referéndum le hinca definitivamente el diente a la economía de Reino Unido y obliga al Banco de Inglaterra a emprender más medidas expansivas, la paridad con el euro caerá por su propio peso. Un monstruo ha venido a ver a la divisa británica. Y se llama Brexit.