Los analistas de AJ Bell aseguran que un descenso en las tasas puede beneficiar a bonos y acciones
La evolución de los tipos de interés se ha convertido en los últimos meses en el principal catalizador de los mercados financieros globales, y tras la escalada llevada a cabo por gran parte de los bancos centrales, los inversores buscan indicios que anuncien la fecha del tan ansiado pivote en la política monetaria, una posibilidad que muchos analistas ven ahora más cercana tras las grietas que ha mostrado el sistema bancario.
Los analistas de AJ Bell recuerdan que "el FMI cree que las tasas de interés pronto regresarán a los niveles previos a la pandemia, y el mercado está de acuerdo", ya que en Estados Unidos "el mercado está valorando que las tasas de interés sean alrededor de un 0,5% más bajas para fines de año, un cambio en el sentimiento precipitado por las turbulencias en el sector bancario".
Asimismo, en el Reino Unido, los mercados creen que aún podría haber un impulso adicional en el ciclo de ajuste en los próximos meses, pero aún pronostican que las tasas de interés retrocederán a largo plazo.
"Es importante reconocer que el FMI está sugiriendo que las tasas de interés volverán a los niveles previos a la pandemia, no que habrá un regreso generalizado a la política de tasa de interés cero. Su análisis sugiere que en el Reino Unido el tipo de interés natural está alrededor de un 0,5% por encima de la inflación, lo que significaría un tipo de interés nominal del 2,5% suponiendo que el banco central pueda alcanzar su objetivo de inflación", destacan.
Sin embargo, ninguna proyección es segura, y el FMI reconoce que existe una gama considerable de resultados posibles en torno a este escenario de referencia, ya que "hay muchas previsiones económicas que sirven como entradas para el modelo, y que en sí mismas podrían estar fuera de lugar".
"En otras palabras, los hallazgos del FMI tienen un amplio margen de error y deben tratarse con cautela", agregan los analistas de la firma.
Más allá de los análisis y previsiones, las decisiones de los bancos centrales se basarán en la evolución de los indicadores económicos, principalmente en la inflación, de la que se espera que mantenga este curso su trayectoria a la baja, aunque en varios países preocupa ahora la inflación subyacente, que se está mostrando más pegajosa de lo esperado.
"Es difícil ver cómo se podrían reducir las tasas de interés cuando el IPC aún se encuentra en torno al 10%, pero se pronostica que la inflación retrocederá rápidamente durante el próximo año, y el último informe del Banco de Inglaterra sugiere que caerá al 1% en 2025, y solo 0,4% en 2026", valoran.
Desde AJ Bell remarcan que estas previsiones otorgan "cierta credibilidad a las afirmaciones del FMI y también implica que las expectativas actuales de la política monetaria son demasiado estrictas".
"Claramente, las proyecciones económicas deben tomarse con una buena dosis de sal, especialmente cuando los mercados de productos básicos y las condiciones geopolíticas conflictivas aumentan la incertidumbre. Sin embargo, la historia nos dice que la tasa base plana entre 2009 y 2022 fue una aberración, y que las tasas de interés se mueven en ciclos de subidas y bajadas", aseguran.
Por lo tanto, agregan, los inversores "deberían pensar un poco en lo que las tasas de interés más bajas podrían significar para los mercados, ya que inevitablemente llegará un punto en el que los bancos centrales quitarán el pie del freno y volverán a pisar el acelerador".
Las llegada del recorte de los tipos de interés "debería ser buena" para los precios de las acciones, porque "aumenta las valoraciones y hace que la deuda sea más manejable", y serán "especialmente buenas para las acciones de crecimiento con flujos de ganancias más distantes".
"Estos son precisamente el tipo de acciones que se han vendido más a medida que aumentan las tasas de interés, lo que reduce el valor de los flujos de efectivo futuros. Sin embargo, es posible que los inversores no descubran que tienen que girar demasiado hacia las empresas en crecimiento", valoran.
Además, los bonos también pueden prosperar en un entorno de tipos de interés a la baja, lo que supondría "un revés para la suerte de los últimos doce meses" y ayudaría a reforzar el valor de los fondos más conservadores que tienen una alta exposición a valores de renta fija.
"Es probable que los rendimientos más bajos de los bonos también aumenten la demanda de otros activos comparables que se utilizan como refugio seguro o para obtener ingresos, como el oro, las propiedades comerciales y la infraestructura", destacan.
Otro de los beneficiados por el descenso de los tipos es el precio de la vivienda, "ya que las hipotecas se abaratarían y eso, por extensión, sería bueno para las acciones de construcción de viviendas".
"Parece poco probable que cuando las tasas de interés comiencen a caer, lo hagan tan bruscamente como han subido, salvo algún tipo de crisis económica. Sin embargo, los mercados comenzarán a adaptarse anticipadamente al nuevo entorno de tipos de interés y el resurgimiento que hemos visto en las acciones mundiales este año ya es una señal de un cambio en las expectativas de la política monetaria", concluyen.