Los expertos de la entidad creen que el organismo ha adoptado una estrategia "mucho más agresiva"
El Banco de Japón (BoJ) se ha convertido en protagonista inesperado del mercado este verano. El organismo decidía el pasado 31 de julio subir los tipos de interés 25 puntos básicos, hasta su nivel más alto desde 2008. Este movimiento, unido a los débiles datos macro de EEUU, desencadenó la liquidación de las operaciones de carry trade en yenes y el resurgimiento del riesgo de que la economía estadounidense se enfrente a una recesión en los próximos meses.
Las bolsas mundiales sufrieron el ya conocido como 'Lunes Negro' y, a pesar de que el vicegobernador del BoJ, Shinichi Uchida, trató de salir al rescate tras comentar que el banco central nipón no subirá los tipos de interés cuando los mercados financieros estén inestables, los analistas creen que la institución ha adoptado una estrategia más agresiva.
"Esperamos que el BoJ aumente su tasa de política al 1% en los próximos 12 meses", dicen en Danske Bank, donde no prevén que la institución aguarde a que todas las piezas encajen "antes de endurecer aún más" su política monetaria.
En este sentido, los expertos de la entidad destacan que al organismo ya no solo le importa la construcción de un impulso económico que fomente una inflación autosostenida del 2%, sino que el yen ha pasado a ocupar un lugar central. ¿A qué se debe este cambio de rumbo?
"El giro radical quizás también debería verse a la luz del muy bajo índice de aprobación del primer ministro Kishida y su gabinete. Sólo el 25% aprobó en agosto, por debajo del llamado nivel de peligro del 30%, una situación incómoda para Kishida considerando la historia reciente y las próximas elecciones de liderazgo del Partido Liberal Demócrata en septiembre", explican desde la firma danesa.
Y es que una moneda muy débil no suele ser popular entre el público y en Japón crea una inflación bastante visible debido a su condición de importante importador de energía. "En gran medida, una moneda débil beneficia a los principales exportadores a expensas de los consumidores. Ese proceso puede generar inflación, pero será doloroso para los consumidores hasta que las ganancias de las empresas se transfieran a los empleados", matizan estos estrategas.
A este respecto, parece que el Banco de Japón se ha visto presionado para incorporar el yen de manera más explícita en sus decisiones políticas.
"Incluso si el gasto de los hogares muestra sólo una mejora modesta, esperamos que el Banco de Japón aumente otros 25 puntos básicos este año, seguidos de otros 25 puntos básicos en el primer y segundo trimestre. Sin embargo, dada la reciente turbulencia del mercado mundial, y particularmente japonés, esperamos que el BoJ sea un poco más cauteloso en las reuniones de política monetaria de otoño", añaden en Danske Bank.
El cruce entre el dólar y el yen (USD/JPY) ha experimentado algunas oscilaciones extremas durante el verano, lo que ha resultado en una notable apreciación de la divisa japonesa.
Desde el 1 de julio, el yen se ha fortalecido alrededor de un 10% frente al dólar, empujando al USD/JPY por debajo de 150. Varios factores han respaldado la moneda japonesa, según indican desde la entidad danesa, incluida una eliminación masiva de operaciones de carry trade, tasas más bajas en EEUU, la caída de los precios del petróleo, una intervención más estratégica de las divisas niponas y una subida agresiva del BoJ.
En consecuencia, "el hecho de que el BoJ suba entre 1 y 3 veces más durante el próximo año puede no afectar al USD/JPY tanto como los cambios en los rendimientos estadounidenses o los precios del petróleo. Creemos que hay mayor margen para una mayor caída del USD/JPY en el horizonte estratégico y seguimos siendo bajistas en el cruce. Si nos dirigimos hacia tiempos más volátiles, el carry trade perderá su atractivo, como lo demuestra la reducción a la mitad de las posiciones cortas en yen en julio. Además, el riesgo extremo de una recesión en Estados Unidos, que podría obligar a la Reserva Federal a bajar las tasas de manera rápida y agresiva, podría provocar que el USD/JPY caiga bruscamente, incluso si el Banco de Japón detiene nuevas subidas", valoran.
No obstante, a corto plazo, y ante el reciente repunte, se podría ver una reversión temporal y dado que el USD/JPY ya cayó a 141,70 la semana pasada antes de rebotar por encima de 145, "sospechamos que el mercado permanecerá en modo de 'repuntes de venta' si se produce un rebote significativo, incluso si los activos de riesgo logra sostener un rebote. En general, vemos que el USD/JPY caerá por debajo de 145 en un horizonte de 12 meses", concluyen en Danske Bank.