Sus expertos creen que va a producirse una "rotación" en los activos
La crisis financiera que ha desatado la quiebra de Silicon Valley Bank (SVB) ya ha tocado, y hundido, a los bancos de medio mundo. Ninguno se salva de la quema, y ahora la duda que acecha a los inversores es qué hacer con las acciones del sector. ¿Mantenerlas o vender? Esa es la cuestión. Esto es lo que aconsejan desde Morgan Stanley.
Los expertos del banco estadounidense han ensombrecido sus perspectivas sobre el sector financiero. Tanto es así que en su último informe de estrategia en renta variable reconocen los "problemas" a los que se enfrentan los bancos, y dicen que tras haber 'sobreponderado' estos valores desde septiembre, ahora "tenemos que reconocer que el caso de inversión para el sector hoy en día no es tan atractivo como lo era antes, incluso aunque las valoraciones son más bajas".
Hace unos días, explican estos analistas, estábamos ante un "sector barato con una sólida perspectiva de actualización de EPS y retornos de efectivo muy saludables". Ahora, apuntan, "tenemos un sector más barato, pero donde las noticias sobre las actualizaciones de EPS y las expectativas de retorno de efectivo pueden comenzar a desvanecerse, si no a revertirse".
De ahí que se muestren ahora más cautelosos con la banca. "Somos reacios a rebajar la calificación del sector, ya que vemos margen para que surja volatilidad tanto al alza como a la baja (por ejemplo, a partir de respuestas políticas y/o un rebote en los rendimientos de los bonos)", comentan los estrategas de Morgan Stanley.
Sin embargo, se muestran tajantes: "Vemos más incertidumbre en el futuro y buscaríamos reducir la exposición ante cualquier repunte material". Es decir, que su consejo es vender en cuanto haya un rebote, ante la perspectiva de posibles nuevas caídas que puedan empeorar aún más el aspecto de estos valores y golpear duramente las carteras de los inversores.
Además, estos analistas opinan que "es poco probable que el reciente salto en el mercado y la incertidumbre macro desaparezcan pronto". Como indican, aunque las crisis financieras no siempre conducen a la recesión (así ocurrió en 1984, 1987, 1994 y 1998), lo cierto es que las probabilidades económicas "no parecen tan buenas" esta vez "dada la perspectiva de una restricción material en la disponibilidad de crédito junto con una curva de rendimiento profundamente invertida".
Bajo su punto de vista, el aumento de los riesgos económicos "sugiere que el rendimiento superior de los valores cíclicos ahora se revertirá", y avisan de que "es hora de vender". "El sólido comienzo de año de Europa antes de la semana pasada estuvo impulsado por un desempeño superior tanto de las finanzas como de los valores cíclicos. Después de la gran reversión del precio de las acciones en el primero durante la última semana, creemos que la decisión más fácil desde aquí es reducir la exposición cíclica", comentan los expertos de Morgan Stanley.
Y es que auguran que las perspectivas económicas "se han deteriorado" y que "la ventana para la mejora continua de los datos macro está comenzando a cerrarse". De ahí que aconsejen desprenderse de los valores cíclicos, que son precisamente los más sensibles al ciclo económico y, por tanto, los que tienen más visos de retroceder ahora.
También comentan que la mayor incertidumbre económica y la menor preocupación acerca de los tipos más altos por más tiempo (la crisis de SVB ha cambiado las expectativas de la Reserva Federal) deberían impulsar una "rotación" hacia "los valores defensivos, la calidad y el crecimiento".
¿Y cuál es, según Morgan Stanley, la mejor forma de ponerse a la defensiva? Pues apostando por las telecomunicaciones, que elevan a 'sobreponderar'. "Creemos que las telecomunicaciones son uno de los sectores menos apreciados del mercado y, por lo tanto, deberían beneficiarse de cualquier cambio de posicionamiento en curso junto con las bajas valoraciones y el potencial de una mayor actividad corporativa y cambios regulatorios dentro del sector", comentan.
Asimismo, dicen que teniendo en cuenta la situación actual, "tiene sentido que los inversores aumenten su exposición defensiva". Afirman que la pregunta sobre qué es defensivo en este entorno es válida:, y destacan que "junto con los sectores defensivos tradicionales (salud, productos básicos, telecomunicaciones y servicios públicos)", también ven apropiado "volver a comprometernos con la calidad y otras ideas de mayor duración". Siguen siendo positivos en bienes de lujo, tecnología y tecnología médica.