Aunque desde 1900, las acciones españolas superaron en rentabilidad a los bonos
Los bonos del Estado españoles ofrecieron una rentabilidad media anual del 5,6% entre el 2000 y el 2020, por encima del 2,6% que ganó la renta variable española para ese periodo, según los datos del banco de inversión Credit Suisse.
A más largo plazo, en el periodo comprendido desde 1971, las rentabilidades medias reales de ambas clases de activos fueron más similares, con un 3,5% en la renta variable y un 4% en la renta fija soberana a largo plazo, según recoge el 'Anuario de Rendimientos de la Inversión Global 2021'.
Estos datos profundizan hasta el año 1900 y concluyen que en ese plazo, superior a un siglo, las acciones españolas obtuvieron un rendimiento medio real del 3,5% anual, por encima del 2,1% de los bonos soberanos a largo plazo y del 0,2% que ofrecieron las letras del Tesoro, en los últimos 120 años.
"Si bien durante las décadas de 1960 y 1980 los rendimientos reales de la renta variable española estuvieron favorecidos por un mercado alcista y ocupaban el segundo lugar a escala mundial, en las décadas de 1930 y 1970 se registraron los peores rendimientos en nuestros países", señala el análisis.
Durante los 121 años que abarca el anuario, la prima de la renta variable española a largo plazo, medida en relación con los bonos, fue del 1,6%, por debajo a la prima de cualquiera de los otros países analizados durante todo este periodo.
Otro estudio de Renta 4 ha mostrado que la probabilidad de perder dinero invirtiendo en el Ibex a un año vista es del 36%, mientras que cae al 25% en un plazo de cinco años y se reduce al 0% a partir de diez años.
A pesar de los datos de España, la renta variable global es la mejor inversión financiera a largo plazo, por delante de los bonos y las letras del Tesoro.
En los últimos 121 años, la renta variable global ha generado un rendimiento real anualizado en dólares del 5,3%, frente al 2,1% de los bonos y el 0,8% de las letras.
Desde 1900, la renta variable ha superado a los bonos y las letras en todos los mercados. En el mundo en su conjunto, la renta variable superó a las letras en un 4,4% anual y a los bonos en un 3,1% anual.
El estudio, en colaboración con la London Business School, destaca que la caída de las bolsas de valores mundiales provocada por la propagación del Covid-19 fue la más rápida de la historia, aparte del 'crash' de octubre de 1987. El mercado se desplomó una media del 35% en solo 23 jornadas bursátiles.
Sin embargo, la recuperación en Estados Unidos y en muchos otros mercados fue excepcionalmente rápida, apoyada por un enorme estímulo presupuestario y monetario; después, a finales de año, los mercados se vieron impulsados por las noticias sobre las vacunas.