Cinco cuestiones clave que los inversores deben tener cuenta en los mercados en 2021

Hay que vigilar de cerca a los bancos centrales, las tecnológicas y el bitcoin, entre otros

Virginia Mora
Bolsamania | 25 dic, 2020 06:00
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El 2020 está a punto de acabar y son muchas las dudas que asolan a los inversores. ¿Qué pasará en 2021? ¿Se recuperarán los mercados o habrá nuevas 'sorpresas'? ¿Y la economía mundial, rebotará todo lo esperado o los rebrotes de Covid-19 asestarán otro nuevo golpe? Con este panorama, los expertos han empezado a hacer sus recomendaciones, y desde AJ Bell apuntan que hay cinco cuestiones clave que no se pueden perder de vista.

"Los inversores tienen que pensar en el futuro, ya que los mercados están constantemente buscando cotizar o descontar eventos antes de que ocurran y tienen múltiples corrientes cruzadas que considerar en 2021". Son palabras de Russ Mould, director de inversiones de AJ Bell, que cree que después del "juego" que han vivido los mercados en 2020 al pasar del pánico por la pandemia al optimismo por las vacunas y la recuperación, ahora es momento de pensar en las tendencias clave que se darán en los "próximos doce meses y más allá".

Son las siguientes:

1. Los bancos centrales

"Los mercados están cada vez más presionados por las decisiones de las autoridades monetarias", dice el estratega, que recuerda que para superar las crisis los bancos centrales han apostado por "recortes cada vez más profundos de los tipos de interés y por cantidades cada vez mayores de alivio cuantitativo (QE)". Cree que las promesas de que el QE es una medida temporal o de emergencia, o de que los bonos adquiridos se venderán han quedado en el olvido, y ahora lo único que se preguntan los inversores es "cuántos estímulos más añadirán los bancos centrales, bajo cualquier acrónimo o disfraz que elijan, y qué efecto tendrán en el ahorro, la inflación, las economías y los precios de los activos".

"En realidad, nadie lo sabe, pero aunque los bancos centrales pueden sentir que han fracasado en sus intentos de avivar el crecimiento y la inflación, se puede decir que están haciendo mucho para impulsar los precios de los activos", opina Mould. Y es que las acciones mundiales se están "dando un festín" con la liquidez barata que proporcionan los programas del Banco de Inglaterra, el Banco de Japón, el Banco Central Europeo (BCE), el Banco Nacional Suizo y la Reserva Federal (Fed).

En opinión de AJ Bell, "para bien o para mal, es probable que los bancos centrales sigan siendo el centro de atención en 2021, especialmente porque parecen estar formando un consenso de que quieren dejar que la inflación se dispare después de años en los que no han conseguido que la inflación llegue a su objetivo del 2%".

2. Oferta de dinero

Frente a las decisiones difíciles que tenían que equilibrar la salud física, mental y financiera de sus respectivas poblaciones, los bancos centrales y los gobiernos han actuado de la manera que consideraban más adecuada para prestar apoyo durante la pandemia y los cierres.

Mould remarca que, como resultado de las políticas de tipos cero o negativos, los diferentes programas QE y las iniciativas como los préstamos garantizados por el Estado, "hay una gran cantidad de nuevo dinero en efectivo que está dando vueltas". Esto, dice, no garantiza que suba la inflación, porque para eso "también se requiere la velocidad del dinero". No obstante, AJ Bell cree que "si los bancos empiezan a conceder préstamos (por su propia voluntad o a instancias de los gobiernos) o si los precios de los alimentos y el combustible suben y los trabajadores empiezan a exigir más sueldos (y luego a gastarlos), todavía podría haber una sorpresa inflacionaria".

3. 'Valor' versus 'crecimiento'

AJ Bell señala también el eterno enfrentamiento entre 'value' y 'growth' como otro de los temas clave de 2021. "El aumento del desempleo es un fuerte argumento en contra de la tesis que aboga por una mayor inflación, y una inflación sostenida seguiría siendo una gran sorpresa para muchos si se desarrollara, especialmente después de más de una década de bajo crecimiento, baja inflación y tasas de interés cero. La jugada para los inversores en este entorno ha sido bastante sencilla: comprar activos a largo plazo, comprar bonos, comprar acciones de crecimiento (como la tecnología), y olvidarse de las materias primas, olvidarse de títulos 'value' y olvidarse de los mercados emergentes", apunta Mould.

Por eso cree que si hay inflación, "el libro de jugadas tendría que revertirse, al menos si la historia sirve de guía y siempre que no volvamos a las galopantes subidas de precios de la década de 1970". "Si hay una dosis de inflación, las acciones cíclicas y de valor, las acciones de los mercados emergentes y las materias primas -todos activos de corta duración- podrían fortalecerse a expensas de otros activos de larga duración como los bonos y las acciones 'growth'", apunta el experto.

De hecho, AJ Bell ha apreciado ya "señales sutiles de que los inversores pueden estar posicionándose para este cambio" del crecimiento secular al crecimiento cíclico, o del 'growth' al 'value' en lo que se refiere al estilo de inversión y la selección de acciones.

4. Las acciones tecnológicas

La tecnología ha sido el gran apoyo de los inversores en 2020, ya que les ha ayudado, como también lo ha hecho con los consumidores y las empresas, a hacer frente a la pandemia, a los cierres y a los nuevos entornos de trabajo. "Cualquier continuación o aceleración de este sutil cambio del crecimiento al valor podría tener grandes implicaciones para las carteras de los inversores y sus estrategias de asignación de activos", dice Mould.

"Incluso si la tendencia continúa, eso no significa necesariamente que la tecnología vaya a colapsar". "La influencia de las FAANG -Facebook, Amazon, Apple, Netflix y Google- ha sido enorme para ayudar a elevar el S&P 500 en 2020. En el último año han añadido 2,1 billones de dólares en capitalización de mercado, o dos tercios de la ganancia de valor total del S&P", dice AJ Bell, que cree que si las subidas se agotan, lastradas por las propias valoraciones, la presión regulatoria o incluso la decepción de las ganancias, entonces "los inversores pueden enfrentarse a una elección difícil en términos de selección de país, sector y acciones".

5. El oro y el bitcoin

"Hay una escuela de pensamiento que dice que comprar lo que es popular no es una receta para hacerlo bien, y se podría decir que esto ha funcionado en 2020", dice el experto de AJ Bell. Porque ni el oro ni el bitcoin atrajeron mucha atención a principios de año, pero ambos han tenido un buen año y han alcanzado nuevos máximos históricos.

Muchos creen que todavía queda mucho por ver tanto en el oro como en el bitcoin, especialmente si los gobiernos siguen acumulando deudas y los bancos centrales hacen todo lo posible por financiar esos préstamos por la puerta trasera con QE, tipos de interés cero... etc. Aunque otros dicen que ni el oro ni el bitcoin tienen valor intrínseco, ya que no generan efectivo. "Una vez más, en 2021, los inversores tendrán la oportunidad de elegir si ven al bitcoin y al oro como almacenes de valor y útiles diversificadores de cartera o como generadores de problemas", concluye.

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