El gigante asiático fue el único país del G20 cuya economía creció en 2020
El Año Nuevo Chino ya está aquí. Este 12 de febrero el gigante asiático estrena el Año del Buey y lo hace muy recuperado de la pandemia de Covid-19 y con los analistas reconociendo su 'poderío'. El PIB de China creció un 2,3% interanual el año pasado, convirtiendo al país en el único del G20 que registró un crecimiento positivo en 2020. Las autoridades chinas consiguieron reducir drásticamente las tasas de infección del coronavirus, mientras sus responsables políticos estimulaban la economía.
Esta reactivación más temprana en relación con otras economías otorga una mayor claridad sobre las perspectivas para los beneficios empresariales, reconocen desde Aberdeen Standard Investments. En este sentido, consideran que este año ofrece a los inversores "muchas opciones de crecimiento empresarial donde invertir".
"La recuperación económica de China tras la crisis del coronavirus, junto con un crecimiento estructural duradero, promete estimular los beneficios de las empresas del país en el Año del Buey, como corresponde a las características de la especie. La cultura china estima al buey por su fuerza y su capacidad de trabajar duro. La resistencia de la economía china, similar a la de este animal, permitirá a las empresas productivas seguir adelante, en beneficio de los inversores", anticipa Nicholas Yeo, director de renta variable china de la firma.
El índice MSCI China A Onshore subió más de un 40% el año pasado. Este avance refleja la resistencia de los beneficios de las empresas locales después de que el país actuara con rapidez para reabrir su economía tras los confinamientos.
"Esta fortaleza económica inherente está haciendo que el mercado de acciones clase A se haya convertido para el consenso en una apuesta positiva, lo que hace temer que se produzca una burbuja similar a la de 2015. La participación del inversor minorista local es elevada, al igual que la inversión mundial en acciones A", reconoce Yeo.
No obstante, los inversores aún pueden encontrar valor relativo en las acciones clase A. Con un PER forward (relación precio-beneficio a plazo) de 17 veces (basado en la previsión de beneficios para 2021), el índice MSCI China A Onshore cotiza por encima de su media histórica. Aun así, sigue teniendo un descuento del 40% con respecto al S&P500 en términos de precio valor en libros y es un 23% más barato en términos de PER, explica el responsable de renta variable china de Aberdeen.
Estos niveles de valoración también parecen estar bien fundamentados, ya que el consenso sitúa las previsiones de crecimiento de beneficios para las empresas del índice MSCI China A Onshore cómodamente por encima de los dos dígitos.
Desde Aberdeen reconocen que es probable que el ritmo de crecimiento de China se reduzca este año como consecuencia natural de la rápida recuperación. Sin embargo, aunque los inversores pueden esperar una reducción del apoyo fiscal, esto no significa que el país vaya a sufrir una desaceleración importante, sino que las condiciones financieras pasarán de ser acomodaticias a neutrales, opinan. Así, estiman que el PIB de China crecerá a ritmos de un solo dígito alto en 2021.
El segmento 'high yield' de China también parece hoy por hoy "muy atractivo" en comparación con el resto de mercados emergentes, en opinión de Dimitrios Nteventzis, gestor del MainFirst Emerging Markets Corporate Bond Fund Balanced.
El segmento 'high yield' de China también parece hoy por hoy "muy atractivo" en comparación con el resto de mercados emergentes
"Creemos que el sector inmobiliario sigue siendo atractivo y, en particular, los bonos 'high yield' con menor calificación, que han sufrido más debido a los temores de un 'tapering' más agresivo y a las políticas más restrictivas en materia de financiación, apalancamiento y aceptación de hipotecas. Aunque vemos una desaceleración en el sector inmobiliario, creemos que será muy modesta", explica.
Este experto también observa oportunidades atractivas en los bonos de corto plazo de las empresas industriales. "Estos bonos suelen negociarse por debajo de la par y ofrecen rendimientos de dos dígitos, ya que ponen precio al riesgo de refinanciación existente. Nos gusta especialmente Anton Oil, una empresa de servicios petrolíferos centrada en China y en los países de La Iniciativa de la Franja y la Ruta, y Concord New Energy, un productor de energías renovables", concluye.
Schroders, por su parte, hace hincapié en que los mercados de renta fija china se mantuvieron resistentes durante la pandemia, y recomienda a los inversores prestar mucha atención a los bonos chinos por su "atractivo".
"Las repercusiones económicas de la pandemia han puesto de relieve, en todo caso, el atractivo de los mercados de bonos soberanos y corporativos de China así como el papel que los bonos chinos pueden desempeñar en la cartera de los inversores", apunta David Cheng, director de inversión en renta fija asiática de Schroders.
Cheng remarca que la renta fija china tuvo un comportamiento relativamente bueno durante la caída del mercado provocada por el Covid-19 a principios de 2020, y recuerda que los bonos estatales chinos ofrecieron a los inversores los beneficios de la cobertura de riesgos de un activo defensivo, mientras que los bonos corporativos chinos (denominados en 'renminbis') fueron uno de los únicos mercados crediticios importantes que proporcionaron rentabilidades positivas durante ese periodo.