"Calcular mal cuándo salir del mercado le puede costar más de 28.000 dólares"

Schroders recomienda tener "nervios de acero" ante las salidas en masa de los mercados

Álvaro Estévez
Bolsamania | 15 oct, 2022 06:00 - Actualizado: 11:39
un trader travaille a son bureau chez cmc markets a londres en grande bretagne

No está siendo un año sencillo para los mercados. Los principales selectivos mundiales acumulan notables descensos en lo que va de 2022 y la volatilidad y el pesimismo se ha instalado en los parqués, alimentados por la alta inflación, la inestabilidad geopolítica y las subidas de los tipos de interés. Las salidas se van sucediendo, con los inversores convencidos de que es momento de protegerse y evitar el riesgo. Pero ¿y si lo mejor estuviese por venir? Según, Schroders, tomar la decisión incorrecta en momentos cruciales podría costar más de 28.500 dólares en el largo plazo.

Así lo recoge un estudio de la firma alemana, en el que se han estudiado las rentabilidades del británico FTSE 100 y el estadounidense S&P 500, dos de los principales índices bursátiles del mundo. La investigación, explican, señala las “posibles pérdidas que pueden producirse si los intentos de predecir las subidas y bajas del mercado resultan erróneos”.

Comprar barato y vender caro es el objetivo de todo inversor. Sin embargo, es más fácil decirlo que hacerlo. En la práctica, adivinar el mejor momento para entrar y salir del mercado es muy difícil… y puede salir caro”, explican desde Schroders.

En este sentido, la gestora alemana señala que, si bien la rentabilidad pasada no garantiza la futura, una inversión de 1.000 dólares en el S&P 500 realizada en 1988 y mantenida de forma invariable durante 34 años podría haberse convertido en más de 31.200 dólares en junio de este mismo año. El resultado, en cambio, “habría sido diferente si se hubiera tratado de programar las entradas y salidas”.

“Si uno se hubiese perdido los 30 mejores días del índice en esas tres décadas, la misma inversión podría valer ahora 5.336 dólares, es decir, 25.587 dólares menos teniendo en cuenta los efectos de la inflación”, explican desde Schroders. La diferencia en la revalorización anual de la inversión es de más de 5 puntos porcentuales, apuntan, pasando del 10,65% del supuesto inicial al 5,06% si uno se hubiese perdido los 30 mejores días.

La reducción también es significativa en el caso de que uno se hubiese perdido menos días. Así, Schroders señala que no tener esos 1.000 dólares funcionando durante las diez mejores sesiones del período equivaldría a reducir la inversión a menos de la mitad, a 14.304 dólares para una revalorización anual del 8,13%. “La diferencia en la rentabilidad anual entre estar invertido todo el tiempo y perderte los 10 mejores días puede no parecer mucha, pero el efecto compuesto se acumula con el tiempo”, subrayan.

El caso es prácticamente idéntico en el caso del FTSE 100. Una inversión inicial de 1.000 libras esterlinas durante 34 años habría conseguido una rentabilidad anual del 8,31%, hasta las 15.104 libras. En cambio, “perderse los 30 mejores días podrían haberle costado más de 12.000 libras esterlinas durante el mismo periodo de tiempo”, reduciendo esa inversión hasta las 3.100 libras y la rentabilidad anual al 3,38%.

Lo que Schroders intenta demostrar con estos cálculos es que los mercados, por definición, son volátiles, con muchas fluctuaciones hacia arriba y hacia abajo, las cuales suelen estar muy cercanas en el tiempo. “La ironía es que, históricamente, gran parte de los mejores momentos de la bolsa tienden a aparecer después de algunos de los peores días. Es importante tener un plan sobre el tiempo que se piensa mantener invertido, y que ese plan coincida con los objetivos que se pretenden alcanzar”, explican.

Nick Kirrage, gestor de fondos del equipo de inversión en valor de la firma germana, cree que habría que ser muy desafortunado para perderse tantos buenos días en los mercados, pero subraya que “intentar cronometrar el mercado” puede tener resultados fatales para su cartera.

“Como inversores, a menudo somos demasiado emocionales en las decisiones que tomamos: cuando los mercados caen, demasiados inversores entran en pánico y venden; cuando las acciones han tenido una buena racha, demasiados inversores se lanzan a comprar”, apunta este experto.

Célebres inversores como Paul Tudor Jones amasaron buena parte de su fortuna durante crisis bursátiles como la de 1987, mientras que otros se beneficiaron de otros ‘crashes’ como el del estallido de la burbuja de las puntocom o de la crisis financiera de 2008. Por ello, Schroders recomiendan tener “nervios de acero”, trazar nuestra hoja de ruta, ceñirnos a ella y, aunque sea complicado, “no dejar que las emociones incontroladas desbaraten tus planes”.

¿REBOTE A LA VISTA?

En este sentido, recientemente hemos visto signos que apuntan hacia un fuerte rebote del mercado estadounidense. Este pasado jueves, Wall Street experimentó un fuerte rebote tras varios días cotizando a la baja hasta llegar a mínimos de 2020 y el S&P 500 perdiendo los 3.500 puntos. La recuperación, indican los expertos, ha tenido un gran componente técnico.

"El elevado nivel de sobreventa que presentan muchos índices y muchas acciones y el pesimismo reinante en la comunidad inversora pueden 'facilitar' en cualquier momento un nuevo rebote brusco en las bolsas", sentencian los expertos de Link Securities.

Por su parte, desde Diaphanum opinan que hay que tener una “posición neutral” en renta variable. "Las bolsas han descontado en gran medida que los beneficios empresariales están siendo revisados a la baja ante la desaceleración macroeconómica y el impacto de los costes de producción, especialmente en la eurozona". Por ello, la gestora aconseja "aprovechar las caídas importantes para subir exposición a renta variable, manteniendo el foco en el 'value' europeo y el S&P estadounidense".

"Nos enfrentamos a unos mercados muy convulsos, por lo que los objetivos de rentabilidad deben ser a largo plazo, evitando el 'market timing'", añaden.

Los expertos de Bank of America (BofA), en cambio, son “bajistas tácticos hasta Halloween”. En la opinión de estos analistas, el mercado bajará hasta niveles de 3.300 puntos en el S&P 500 para forzar un “pánico político” y una respuesta contundente durante la cumbre del G20, que se celebrará el 15 y 16 de noviembre en Indonesia.

El suelo de las bolsas, explican desde BofA, se alcanzará en el primer trimestre de 2023 y será entonces cuando se produzca un fuerte rebote. “Los mercados dejan de estar en pánico cuando los bancos centrales entran en pánico”, señalan estos expertos.

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