Según Jim Paulsen, jefe de estrategia e inversión en The Leuthold Group
La bolsa es como el mar: puede estar en calma o embravecida. Por eso son tan importantes las brújulas, para guiar a los avezados marineros en medio de esa gran inmensidad. En los mercados hay una que, desde la crisis financiera global del 2008, no suele fallar: el bono a 10 años del Tesoro de EEUU.
"El mercado de deuda ha sido determinante (desde el 2008-2009), o al menos ha estado correlacionado con los 'ganadores' y 'perdedores' en bolsa", afirma Jim Paulsen, jefe de estrategia e inversión en The Leuthold Group.
La clave está en la rendimiento de estos bonos. Desde la última gran crisis, si el rendimiento de la deuda baja, los sectores más defensivos como el de las utilities y el staples (bienes de consumo) suelen celebrarlo rindiendo por encima del resto en el parqué.
¿Y si el rendimiento del bono a 10 años sube? Es entonces cuando los títulos más volátiles se frotan las manos y suelen hacer caja. La siguiente pregunta es obligada: ¿Cuál va a ser el próximo movimiento de la deuda estadounidense? Paulsen es de los que apuesta porque su rendimiento va a seguir escalando.
"La reciente pausa en la subida de su rendimiento pese a las expectativas inflacionarias ha sido desconcertante", concede Paulsen. Y si se confirma esa tendencia lateral e incluso retroceden, "los valores defensivos, incluyendo los títulos growth, pueden hacer su agosto", apostilla.
Esto no va a pasar. Al menos, según Paulsen, que ve al rendimiento del bono saltando por encima del 2%, probablemente para finales de este año. "Eso significa que los inversores deben prestar atención al mercado de deuda", concluye a modo de recordatorio.
La inflación está siendo uno de los grandes temas en los mercados de las últimas semanas. La mayoría, especialmente los bancos centrales, creen que es un problema transitorio, pero hay una entidad que se opone a esa visión: Deutsche Bank.
Los expertos del banco germano califican a la inflación en uno de sus últimos informes de "bomba de relojería" que provocará una crisis cuando sea detonada, según sus cálculos, de 2023 en adelante. "Los efectos podrían ser devastadores, especialmente para los más vulnerables de la sociedad", advierten.