Es un claro mensaje de apoyo a la bolsa, ya que la rotación a deuda se frena por ahora
ING prevé que el bono americano a diez años toque el 3,5% de interés en la primera mitad de 2019 y que, en 2020, vuelva a estar por debajo del 3%. Los economistas del banco holandés achacan a los distintos factores políticos y económicos a los que se enfrenta la Fed esta perspectiva, ya que el banco central estadounidense “reducirá el paso en su subida de tipos de interés oficiales el próximo año”. Y esto es un aliciente para las acciones.
Según James Knightley, economista jefe internacional de ING, el aumento de los salarios en Estados Unidos debería soportar la actividad y la superación del objetivo de inflación asegura que la Fed siga subiendo los tipos. Sin embargo, habrá una relajación o desaceleración en el proceso de alzas, que comenzó en 2016.
Factores como un menor apoyo de los estímulos fiscales, los tipos de interés más altos en EEUU, el proteccionismo comercial y un crecimiento externo más débil, junto a un dólar más fuerte, “pesarán cada vez más en la actividad”, contrapone Knightley, que ha estado esta semana en Madrid dando sus perspectivas a clientes del banco junto a Steven Trypsteen, economista encargado de España y Portugal.
Que el bono americano no suba del 3% o del 3,5% es un claro mensaje de apoyo a la bolsa. En una encuesta reciente de Bank of America Merrill Lynch, los gestores de fondos y los inversores profesionales reconocían que abandonarían la renta variable si el bono estadounidense a diez años supera el 3,7%. Y, por lo que parece, todavía queda camino hasta llegar a ese punto de rotación.
Respecto a la guerra comercial, las nuevas tarifas introducidas en 2018 afectan al 2% del comercio mundial y al 11% del comercio de EEUU. Las amenazas y las posibles represalias de los socios comerciales de EEUU elevan el efecto a un 5% del comercio mundial y a un 23% del comercio de EEUU.
LA VISIÓN DE ESPAÑA
En opinión de Trypsteen, “España está en una tendencia decreciente, pero no tan fuerte como el resto de países europeos”. El economista de ING pronostica un crecimiento del PIB para España del 2,6% en 2018 y del 2% en 2019.
Tanto la zona euro como España están frenando su crecimiento, pero “no nos dirigimos hacia una recesión”, descarta ING. Un entorno externo más débil, la inflación en niveles más altos, la incertidumbre política o un potencial de crecimiento más bajo empujan en contra. No obstante, “también hay razones para ser optimistas”, recuerda, algunas como un mercado laboral más fuerte, que las condiciones de financiación siguen bajas o el alto nivel de inversión registrado.