El mes ha arrancado con muy mal pie entre la Fed, Trump y el Brexit
"Agosto no tiene término medio. O las bolsas no se mueven o se mueven a lo loco". Esto es lo que nos dicen los analistas de Bolsamanía, que reconocen que el hecho de que el mes haya arrancado como lo ha hecho anticipa, como mínimo, que habrá más de una complicación.
Bancos centrales y guerra comercial. Esos son los dos grandes asuntos ahora mismo sobre la mesa y ambos están presionando a las bolsas. La Reserva Federal (Fed) no parece dispuesta a empezar un periodo de recorte de tipos, como muchos querían, y eso ha decepcionado. Donald Trump ha anunciado, por sorpresa, nuevos aranceles a China, y eso ha decepcionado todavía más. Menos relajación de la política monetaria de la prevista y menos posibilidades de que se cierre el acuerdo comercial. Esto es igual a dudas crecientes entre los operadores y a caídas en los índices.
Y hay otro problema añadido en Europa: el Brexit duro. Esta pasada semana parece haber sido la semana en la que los inversores se han dado cuenta, de repente, de que Boris Johnson va a por todas. El primer ministro británico ha vuelto a repetir eso de que habrá Brexit, sí o sí, con o sin acuerdo. No es, en absoluto, la primera vez que lo dice, pero esta semana algunos parecen haberse dado por enterados y la libra ha caído hasta mínimos de casi tres años, con el consiguiente impacto en las bolsas, en determinadas compañías expuestas al país... y todo lo que esto conlleva.
Así pues, puede decirse que agosto va a ser un mes complicado. Todas las bolsas europeas se acercan cada vez más a los mínimos de junio y, en el caso del Ibex, los tiene ahí, en los 8.900 puntos. Si pierde este nivel se iría primero a por los 8.750-8.800 puntos y, por debajo, a los mínimos de diciembre, en los 8.300 puntos.
LOS ANALISTAS NO SE MOJAN
La pregunta ahora es: ¿cree que el Ibex va a perder los 8.900? Y la respuesta es incierta, porque los analistas no quieren hacer de adivinos en esta ocasión. Recalcan que ese es el nivel clave y que, de perderlo, las cosas se complicarían mucho, pero no tienen claro que vaya a hacerlo, aunque asumen que la situación no es muy prometedora.
Los bancos son el principal escollo para el Ibex. Llevan siéndolo desde que arrancó el año y lo están siendo también este verano. Además, el selectivo se ha encontrado con el problema añadido de las energéticas y las caídas que han vivido por las novedades regulatorias que está impulsando la CNMC. Ante este panorama -y con muchas empresas reaccionando mal a los resultados y un contexto internacional que está como está- es difícil ser optimista.
Un analista incidía esta semana en comentarios a Bolsamanía en la idea de que agosto es uno de los meses más complicados y recalcaba que muchos grandes valores del Ibex (Santander, BBVA, Telefónica...) están en soportes o muy cerca y que, de romperlos, el selectivo se iría detrás.
Sin embargo, al mismo tiempo, hay otros expertos que insisten en la tesis de que la economía, por mucho que vayan saliendo datos preocupantes, sigue fuerte y no va a dar un susto (es decir, no se va a ver una recesión a corto). Si aguanta la economía, las bolsas aguantarán, aseguran. A esto se añade el hecho de que Wall Street sigue en máximos y, si la bolsa estadounidense avanza, Europa avanza.
Así pues, podría decirse que, si se calman los ánimos tras lo visto en los últimos días y no proliferan las malas noticias durante el mes, las bolsas podrían aguantar. Sin embargo, si hay más sustos tipo el de Trump y se encienden los ánimos, entonces los mínimos de junio pueden acabar liquidados.
UN MES LOCO
No ayuda el hecho de que agosto sea un mes de extremos. Con muchos de los operadores de vacaciones, el volumen de negociación cae en picado y esto lleva a que los movimientos del mercado se vuelvan más bruscos y exagerados, con un incremento importante de la volatilidad. Esto quiere decir que agosto puede volverse un mes muy negativo incluso aunque no aparezcan noticias que lo justifiquen, y viceversa. Ahora mismo, la impresión es de que hay más posibilidades de que la balanza se incline por el lado de los problemas que por el lado del optimismo y las subidas. Sin embargo, es agosto... y en agosto todo puede pasar en las bolsas.