El primer ministro no logró el apoyo del Senado y todo apunta a nuevas elecciones
Duro castigo para la bolsa italiana este jueves, que ha reducido sus pérdidas hasta el 0,71% (aunque ha llegado a caer más de un 2%) tras haberse quedado el primer ministro, Mario Draghi, sin apoyos para seguir al frente del Gobierno. Esta nueva tormenta política llega en uno de los peores momentos, y es que se espera que el Banco Central Europeo (BCE) dé este mismo jueves pistas sobre su herramienta antifragmentación, aunque lo que está ocurriendo en el país transalpino le complica, y mucho, las cosas. En Italia todo apunta ahora a elecciones anticipadas y los expertos coinciden en señalar que allí la situación es "cada vez más incierta".
Frente a los recortes moderados en el resto de índices europeos, la bolsa italiana sufre este jueves ante la certeza de que finalmente la crisis podría no solventarse como el presidente Sergio Mattarella esperaba, y que finalmente sea necesario convocar nuevos comicios. Y es que Draghi ya ha presentado, de nuevo, su dimisión. "El momento no podía ser más inoportuno, ya que el BCE tiene que tomar una decisión crucial este mismo jueves", señalan los analistas de Rabobank.
Pese a que este miércoles Draghi seguía hablando de la posibilidad de reconstruir su coalición, indicando que consideraría su permanencia si lograba el respaldo necesario, la votación que se llevó a cabo por la tarde en el Senado italiano le cayó como un jarro de agua fría. En el debate previo quedaron de manifiesto las desavenencias entre el primer ministro y los socios de coalición, que exigían grandes cambios políticos. Al final varios partidos torpedearon la votación de confianza: Forza Italia y la Lega ni asistieron, mientras que el M5S permaneció en la Cámara sin votar, para asegurarse de que la votación siguiera alcanzando el quórum necesario para que se llevase a cabo.
"La dimisión de Draghi significa elecciones anticipadas en otoño en Italia, y un caos político al menos hasta entonces", apunta Ipek Ozkardeskaya, analista senior de Swissquote Bank. Este experto señala que "por desgracia", la dimisión "tendrá un impacto más amplio que sólo en Italia". "Italia es la tercera economía de la Eurozona, y el hecho de que el país se hunda en el caos político supone una capa adicional de estrés para el BCE, que ya está teniendo dificultades para contener la divergencia entre los rendimientos de la Eurozona", remarca, aunque debe hacerlo "si quiere aumentar sus tipos de interés para hacer frente a la creciente inflación".
Este analista cree que "Europa necesita una herramienta sólida para hacer frente al desorden", la herramienta antifragmentación que presentará este jueves el BCE, por lo que "todas las miradas estarán puestas en lo que piensa Christine Lagarde sobre los últimos acontecimientos en Italia".
Por su parte, Michael Hewson, analista jefe de mercados de CMC Markets UK, también cree que la marcha de Draghi supondrá "un duro golpe para el BCE", y recuerda que "la inestabilidad política en Italia no está ayudando al BCE a gestionar los costes de los préstamos italianos, donde el diferencial entre los rendimientos alemanes e italianos a 10 años supera los 200 puntos básicos".
ELECCIONES ANTICIPADAS... CASI CON TODA SEGURIDAD
Los estrategas de Danske Bank también han analizado la situación en su comentario de mercado de este jueves. "Si no se puede formar una mayoría parlamentaria alternativa -lo que actualmente parece improbable-, el presidente Mattarella probablemente tendría que convocar elecciones anticipadas (posiblemente celebradas el 25 de septiembre), justo cuando se inicia la crucial temporada presupuestaria de otoño".
Apuntan que con la excepción de los Hermanos de Italia, "las elecciones anticipadas no interesan a la mayoría de los partidos y, como resultado de los recientes cambios constitucionales, los escaños de la Cámara Baja y la Cámara Alta se reducirán en un tercio tras las próximas elecciones". Según las encuestas actuales, una coalición de centro-derecha liderada por Hermanos de Italia podría ser el resultado "más probable, aunque muchas cosas podrían cambiar una vez que la campaña electoral se ponga en marcha", destacan los analistas del banco danés.
También afirman que si se convocan elecciones anticipadas, la deuda pública italiana ampliará su rendimiento inferior. "Vemos margen para que los diferenciales del BTP-Bund se amplíen hasta 250-260 pb, pero esperamos que se mantengan por debajo de los niveles de la crisis de 2018/19, ya que el euroescepticismo se ha atenuado", comentan.
Y en Barcays también apuestan por un adelanto electoral. "La salida de Draghi de la escena política será negativa para Italia y la UE", dicen los economistas del banco británico, que creen que Mattarella aún podría "verificar la existencia de una mayoría alternativa", aunque creen que "será políticamente difícil y, por tanto, muy poco probable". Apuestan por una nueva cita electoral y dicen que se podría celebrar a principios de octubre (apuntan al día 2). "Mientras tanto, Draghi podría seguir al frente de un gobierno provisional hasta que se instale uno nuevo, pero las competencias del ejecutivo serían limitadas", indican.
Por último, en Danske Bank destacan también que aunque Italia tiene una "tradición de agitación política recurrente, la crisis de gobierno no podría haber llegado en peor momento". Y es que la economía ha perdido impulso al final del segundo trimestre. "La renovada incertidumbre política, unida al endurecimiento de las condiciones financieras y a una inflación persistentemente elevada, corre el riesgo de lastrar aún más las inversiones y el consumo", destacan los analistas de esta entidad.
Sin olvidar que pese a los esfuerzos de diversificación, Rusia sigue suministrando el 25% del gas de Italia (frente al 40% desde principios de año), y "un corte total del gas ruso podría hacer que el PIB disminuyera entre un 2% y un 3% el próximo año (según las estimaciones del Banco de Italia y el FMI)", recuerda Danske. Sus expertos creen que "el riesgo de recesión aumenta para el segundo semestre del año 22" y que la crisis política "también tiene repercusiones negativas para las perspectivas de crecimiento a largo plazo de Italia, ya que la aplicación de las reformas estructurales probablemente se ralentizará, y en el peor de los casos incluso pondrá en peligro la continuación de los desembolsos de los fondos Next Generation de la UE (145.500 millones de euros aún pendientes)".
Un asunto al que también hacen referencia en Julius Baer: "El riesgo de elecciones anticipadas ha aumentado materialmente, lo que supone una clara desventaja crediticia para una Italia fiscalmente débil, que depende de un uso eficiente de los fondos de la Unión Europea", remarcan los estrategas del banco suizo. También creen que el diferencial entre Italia y Alemania seguirá "bajo presión mientras persista la inestabilidad política".