Tanto el yen como los bonos se han visto afectados por la decisión del banco
El Banco de Japón (BoJ, por sus siglas en inglés) ha sorprendido este miércoles al mercado al mantener sin cambios su política monetaria ultralaxa. El organismo que gobierna Haruiko Kuroda también ha decidido por unanimidad mantener su política de control de la curva de rendimientos, dejando la tasa de interés en el -0,1% para los tipos a corto plazo (nivel que mantiene desde 2016) y en torno al 0% para el rendimiento a 10 años, y ha revisado al alza sus previsiones de inflación y a la baja las de crecimiento.
El banco central no ha cumplido con las expectativas del mercado, que esperaba que fuese eliminando gradualmente su programa de estímulo masivo y que ya en esta reunión subiese los tipos ante las crecientes presiones inflacionistas. Sin embargo no lo ha hecho, ni tampoco ha modificado su orientación, que permite que el rendimiento de los bonos a 10 años se mueva 50 puntos básicos a cada lado de su objetivo del 0%, una medida que según los analistas no ha logrado corregir las distorsiones del mercado provocadas por su intensa compra de bonos.
Tras conocerse la decisión del banco central, el rendimiento del JGB a 10 años ha roto su racha alcista y ha caído hasta el 0,37%, muy por debajo del techo del 0,5% fijado por el Banco de Japón, que ha insistido en mantener, y registrando la mayor caída en un día desde noviembre de 2003. Asimismo, el yen también se ha visto afectado, debilitándose en su cruce frente al dólar. En concreto, la divisa nipona se ha dejado más de un 2% frente al billete verde, y ha llegado a tocar los 130,94.
La falta de movimientos del BoJ ha sido interpretado por muchos analistas como una señal de que el gobernador Kuroda se abstendrá de hacer grandes cambios en su política en lo que resta de su mandato, que finaliza en abril. De hecho, la última reunión de política monetaria del gobernador se celebrará los días 9 y 10 de marzo, poniendo así fin a una década al frente del banco que propició un estímulo monetario sin precedentes.
"Creemos que el BoJ seguirá aferrándose a su actual política de control de la curva de rendimientos (YCC), tras dejarla hoy sin cambios. El Banco de Japón seguirá viéndose obligado a intervenir activamente en el mercado de deuda pública japonesa en los próximos trimestres, pero la ralentización de la inflación, junto con la relajación de los rendimientos mundiales, debería aliviar gradualmente las presiones alcistas sobre la curva de rendimientos en el segundo semestre de 2023", comentan desde Oxford Economics.
Estos expertos apuntan, de hecho, que si persisten las presiones sobre los JGB, "el BoJ podría verse obligado a ampliar aún más el corredor YCC, por ejemplo ampliándolo a +/-0,75% o +/-1,00%, para ganar tiempo". "Creemos que este riesgo sigue siendo elevado", concluyen.
Sobre este asunto también se ha pronunciado Michael Hewson, de CMC Markets: "El JGB a 10 años ha superado constantemente el límite superior del 0,5% en los últimos días, poniendo a prueba la determinación del banco central, que ha sido coherente al mantener que aún no tiene prisa por realizar ajustes importantes en su política de control de la curva de rendimientos, pero los acontecimientos parecen haberle superado, ya que la volatilidad ha aumentado".
Los expertos de TD Securities creen que no habrá ningún cambio hasta la marcha de Kuroda. "Esperamos un cambio de política en términos de la banda e incluso del objetivo del JGB a 10 años una vez que haya un nuevo gobernador del BoJ en abril, pero parece que por ahora han ganado tiempo con ajustes de las operaciones del YCC", destacan en un comentario tras la decisión del banco central.
En opinión de Ipek Ozkardeskaya, analista senior en Swissquote Bank, "da la sensación de que el Banco de Japón no quiere enfrentarse a la realidad y no está actuando de acuerdo con las necesidades del mercado".
CAÍDA EN LAS PREVISIONES DE CRECIMIENTO
Asimismo, el Banco de Japón ha modificado sus proyecciones macroeconómicas. En concreto, ha recortado sus previsiones de crecimiento económico para los ejercicios fiscales 2023 y 2024 debido a la ralentización del PIB mundial, lo que afectará a la economía nipona, muy dependiente de las exportaciones. Sin embargo, espera que la economía "siga creciendo a un ritmo superior a su tasa de crecimiento potencial".
También ha elevado las de inflación, aunque cree que el hecho de que los precios hayan subido tanto es algo transitorio. En concreto, cree que la subyacente del año fiscal en curso, que finaliza en marzo, acabará en el 3,0%, desde el 2,9% previsto en octubre. Y ha revisado al alza la previsión de inflación para el ejercicio fiscal que finaliza en marzo de 2024 hasta el 1,8%, desde el 1,6% de hace tres meses.
Sin embargo, la previsión de inflación para el ejercicio fiscal 2023 se ha mantenido en el 1,6%, señal de que el BoJ se aferra a la idea de que los precios se moderarán a medida que se disipen los efectos de los anteriores aumentos de los costes de las materias primas.