En las perspectivas de la gestora de cara al segundo trimestre de 2019
BlackRock ve cerca el fin del rally que están viviendo las bolsas. La firma que más activos gestiona en todo el mundo llega a calificar estas subidas protagonizadas por la renta variable como "frágiles" y "difíciles de prolongarse" en el tiempo.
Para justificar su postura compara el actual momento de las bolsas con el que vivieron a finales de 2018 utilizando una serie de métricas: ganancias, volatilidad, valoración y rendimiento. Su veredicto es claro: la buena racha que viven en estos momentos los parqués es "insostenible".
Así lo afirma BlackRock en su último informe en el que da a conocer sus perspectivas para el segundo trimestre de 2019. De cara a invertir en renta variable, la gestora prefiere la estadounidense y la de los mercados emergentes por encima de la europea.
Dentro de la renta variable estadounidense y los emergentes, BlackRock se decanta por aquellos títulos capaces de capear contextos de desaceleración económica como los del sector sanitario o las tecnológicas. Profundizando en EEUU, destaca que "su economía sigue creciendo pese a la desaceleración".
Por su parte, dentro de los emergentes deja clara su predilección por los mercados asiáticos gracias a "la política de estímulos" que se han llevado a cabo en estos países y la reciente mejora de los datos macro chinos que puede impulsar sus economías aún más.
La otra cara de la moneda para BlackRock es el Viejo Continente. La renta variable europea afronta, en palabras de la gestora, "un contexto político y económico débil que entraña una serie de riesgos y representan una amenaza para el crecimiento". Por tanto, concluye que "a falta de catalizadores, Europa es menos atractiva".
A continuación, BlackRock cita tres posibles catalizadores que pueden hacerle cambiar su visión respecto a las bolsas europeas. En primer lugar, unos resultados empresariales del segundo trimestre por encima de lo esperado. En segundo, que se desvanezcan los riesgos geopolíticos que atenazan las economías del Viejo Continente. Finalmente, la esperanza de que los estímulos de la economía china se traduzcan en un mayor consumo y la mejora de la actividad económica.